Después de algunos minutos en la conducción finalmente había llegado y estacionó el auto antes de bajarse e ingresar a esa joyería, tanto tiempo yendo al mismo lugar que ya lo veía como un sitio familiar y se sentía muy bien allí. También le tenía mucho cariño a la persona que había estado atendiendo el sitio durante muchos años, esa era Flor. —Hola, Max, me alegra mucho verte por aquí —le dijo con el mismo cariño de siempre. —Flor, hace dos semanas atrás vine. ¿No lo recuerdas? —le expresó con una sonrisa divertida en la cara y la señora le correspondió con el mismo gesto. —Bueno de todas maneras se ha sentido como una eternidad, me da gusto volver a verte y por favor... te vas a sorprender demasiado con la restauración del colgante, ha quedado como de seguro tu madre lo quiere. Deja que vaya por él, no me tardo, eh. Max asintió. Verdaderamente creía que su madre iba a estar conforme puesto que esa joyería era una de sus favoritas y amaba todo lo que hacían allí. Mientras Maximil
Por supuesto que Flor no le creía, pero no le dijo otra cosa respecto al tema, después de eso fue a buscar el brazalete que había pedido y se lo dió en una cajita. Maximiliano no podía creer el giro de las cosas porque ahora no era ni siquiera una casualidad ya coincidencias habían muchas lo que lo hacía pensar que la vida quería realmente encontrarlo con esa chica. Le llamó demasiado la atención el hecho de que hubiera perdido a su madre en un accidente de tránsito, eso de alguna forma le recordó algo que pasó. Fue terrible pensar en eso, realmente abominable, mucho más al pensar en la actitud de su padre, en todo eso, Dios, se sintió culpable, incluso por algo que no hizo y en lo que no tuvo nada que ver, ni siquiera fue capaz de ir con las autoridades para admitir lo que había hecho su padre accidentalmente, porque sabía que ya el silencio estaba comprado. Por eso también se mantuvo al margen, sin siquiera averiguar sobre la familia de la afectada, o habría sido todo peor. —Val
—Lo siento, y sí, todo el trabajo me absorbe, estaba pensando en que hay algo importante por hacer y sigo aquí, mamá y papá, prometo venir este fin de semana, a menos que algo muy grave ocurra y me lo impida. Estaré aquí, y haremos algo, gracias por las galletas. Nos vemos —habló muy rápido y se despidió de ellos, tan pronto que a ninguno le dio tiempo de corresponder de forma correcta. De manera que ello luego se quedaron hablando de la actitud de su hijo. —¿No está un poco raro nuestro hijo? —le expresó y su esposo negó con la cabeza. —Mucho trabajo, eso lo sabes, Marie. Trabaja demasiado, y no digo que está mal, pero debería pensar un poco más en su futuro, debería saber que la compañía debe asegurarse un futuro —repitió y su esposa hizo una mueca, lo sabía también —. Dice que se abre a la posibilidad de formar una familia. También me habló sobre eso del artículo, yo creo que sí es cierto todo eso que se dijo. —No, ¿cómo crees? Nuestro hijo no es infértil, no lo creo. —No me r
Ya después de tanto trabajar había llegado el viernes. Maximiliano pensó en buscar un poco más información sobre Valentina, pero no sabía por dónde empezar. Aunque sinceramente le parecía algo que él no haría. Por supuesto que no tenía malas intenciones al respecto, solo mirar a esa joven y darle la colgante que de seguro era muy valioso para ella, sin embargo ni siquiera él mismo se podía engañar de esa manera, porque detrás de todo había otra interés un poco más profundo, pero que no tenía nombre, digamos que era demasiada curiosidad e intriga por saber qué era lo que había pasado en la vida de esa joven. Lo que más le llamó la atención a Maximiliano fue la trágica muerte de su mamá, había perdido a su progenitora en un accidente de tránsito y ella había asumido la responsabilidad de continuar con la crianza de su pequeño hermano, eso era algo muy valioso e importante y dejaba ver qué ella era una persona muy buena. Esa joven no salía de su cabeza y se estaba convirtiendo en un ver
—Félix. Espero que no tenga nada que ver con trabajo, eh. Se apresuró en decirle a su amigo, aunque de todas maneras si lo que le iba a decir estaba relacionado con el trabajo, lo escucharía, ni modo. Félix suspiró al otro al lado de la línea lo que le tenía que decir no sería nada agradable para él. —Bueno Maximiliano, sé perfectamente que tienes planes para ir a casa de tus padres y pasarla bien, sin embargo esto no puedo posponer y decírtelo luego, se trata sobre algo importante. Sinceramente a mí también me tomó desprevenido cuando me llamó Ferrán. Pero ni modo, es sobre el trabajo, se cancela por un infortunio. Y no solo eso, además de eso que es sobre el trabajo lo otro se trata sobre un escándalo, acabo de mirar las noticias y siguen hablando de tu visita a la clínica incluso escuché un poco sobre lo que estaban conversando y la verdad es que ya es demasiado —le dijo y Maximiliano se sintió un poco preocupado, impotente, pues nada de lo que se estaba diciendo en la prensa era
Nunca antes se había vuelto tan desesperante estar en una sala de espera y mucho más cuando estaba esperando noticias sobre su pequeño hermanito, ella mucho lo cuidaba y evitaba qué cosas malas le pasaran, lamentablemente algo así era inevitable y se debía a alguna razón. Todavía seguía esperando noticias sobre su hermano Mario. Estaba muy preocupada por su salud y no quería pensar en algo terrible. Pero la imaginación y el miedo de la mano, no era una buena combinación. Así que ya estaban demasiadas cosas en su cabeza. Se tapó la cara y sollozó, inquieta. ¿Qué rayos estaba pasando? —Oye, todo va a estar bien.Le había dicho Maximiliano quién al percatarse de la escena no tardó ni un momento en subirlo al auto e ir directo al hospital. Y aunque al poco tiempo había Mario recuperado la memoria, ahora lo estaban atendiendo por la fiebre. —Sé que es completamente normal que algo así pase, sin embargo no es fácil dejar de preocuparme, él lo es todo para mí. —Puedo darme cuenta de lo i
De manera que Valentina se fue con Mario y lo dejó en la habitación, se había cerciorado de verlo durmiendo. Le dio la medicina, cómo había indicado el especialista. Ya estaba un poco más tranquila y aliviada regresó a la sala en dónde Maximiliano estaba ocupando uno de los sofás, mientras la esperaba a ella. —Yo, vivo aquí desde hace algún tiempo por supuesto no es mi casa, vivo alquilada. Es lo que me puedo permitir ahora —deslizó una sonrisa amarga. —Es un lugar bonito... —No intentes hacerlo ver así, sé muy bien que debería darle una mejor vida a Mario pero... Creo que estoy siendo demasiado tonta al decir esto, Mario tiene donde dormir, come tres veces al día, tiene qué ponerse y educación, realmente estoy agradecida con la vida. —Pero mereces más, eso es lo que quieres decir, sin dar la impresión de que estás siendo desagradecida por lo que tienes. ¿No es así? —emitió y ella suspiró. Era justo eso lo que pensaba. —Sí, he trabajado muchísimo todo este tiempo para mejorar la
Después de platicar sobre el trabajo, Maximiliano se había retirado de su departamento y otra vez la muchacha le agradeció por haber llevado a los dos al hospital, en respuesta le repitió que no tenía de qué preocuparse. De manera que ya Maximiliano se encontraba de camino a la casa de sus padres y durante el trayecto se puso en contacto con su mamá para explicar lo que había pasado, esa razón por la que todavía no había llegado. —Maximiliano, dime que todo está bien, hace rato que te estoy esperando, todavía no llegas, no me digas que ha sido porque fuiste a la farmacia y eso te quitó un poco de tiempo. Se apresuró en decirle a su mamá, mientras parecía bastante preocupado al respecto y Maximiliano tomó una bocanada de aire nada más, no iba a decirle lo que había pasado, bueno, no exactamente no él porque ese incidente sí había sido un poco preocupante para ella, pero no podía contar nada sobre Valentina, que era una desconocida para su mamá. Además de que iba a confundirse con to