Nunca antes se había vuelto tan desesperante estar en una sala de espera y mucho más cuando estaba esperando noticias sobre su pequeño hermanito, ella mucho lo cuidaba y evitaba qué cosas malas le pasaran, lamentablemente algo así era inevitable y se debía a alguna razón. Todavía seguía esperando noticias sobre su hermano Mario. Estaba muy preocupada por su salud y no quería pensar en algo terrible. Pero la imaginación y el miedo de la mano, no era una buena combinación. Así que ya estaban demasiadas cosas en su cabeza. Se tapó la cara y sollozó, inquieta. ¿Qué rayos estaba pasando? —Oye, todo va a estar bien.Le había dicho Maximiliano quién al percatarse de la escena no tardó ni un momento en subirlo al auto e ir directo al hospital. Y aunque al poco tiempo había Mario recuperado la memoria, ahora lo estaban atendiendo por la fiebre. —Sé que es completamente normal que algo así pase, sin embargo no es fácil dejar de preocuparme, él lo es todo para mí. —Puedo darme cuenta de lo i
De manera que Valentina se fue con Mario y lo dejó en la habitación, se había cerciorado de verlo durmiendo. Le dio la medicina, cómo había indicado el especialista. Ya estaba un poco más tranquila y aliviada regresó a la sala en dónde Maximiliano estaba ocupando uno de los sofás, mientras la esperaba a ella. —Yo, vivo aquí desde hace algún tiempo por supuesto no es mi casa, vivo alquilada. Es lo que me puedo permitir ahora —deslizó una sonrisa amarga. —Es un lugar bonito... —No intentes hacerlo ver así, sé muy bien que debería darle una mejor vida a Mario pero... Creo que estoy siendo demasiado tonta al decir esto, Mario tiene donde dormir, come tres veces al día, tiene qué ponerse y educación, realmente estoy agradecida con la vida. —Pero mereces más, eso es lo que quieres decir, sin dar la impresión de que estás siendo desagradecida por lo que tienes. ¿No es así? —emitió y ella suspiró. Era justo eso lo que pensaba. —Sí, he trabajado muchísimo todo este tiempo para mejorar la
Después de platicar sobre el trabajo, Maximiliano se había retirado de su departamento y otra vez la muchacha le agradeció por haber llevado a los dos al hospital, en respuesta le repitió que no tenía de qué preocuparse. De manera que ya Maximiliano se encontraba de camino a la casa de sus padres y durante el trayecto se puso en contacto con su mamá para explicar lo que había pasado, esa razón por la que todavía no había llegado. —Maximiliano, dime que todo está bien, hace rato que te estoy esperando, todavía no llegas, no me digas que ha sido porque fuiste a la farmacia y eso te quitó un poco de tiempo. Se apresuró en decirle a su mamá, mientras parecía bastante preocupado al respecto y Maximiliano tomó una bocanada de aire nada más, no iba a decirle lo que había pasado, bueno, no exactamente no él porque ese incidente sí había sido un poco preocupante para ella, pero no podía contar nada sobre Valentina, que era una desconocida para su mamá. Además de que iba a confundirse con to
—Ahora suceden tantas cosas, ni siquiera sé qué decirte. Bueno solamente te llamé para decirte eso de la llamada, dime si consigues algo de información sobre eso, puede que también sea un teléfono desechable, y ya no te puedas poner el contacto o saber quién estaba llamando la verdad no sé nada... —suspiró. —De seguro yo podré encontrar la información que necesitas y sabremos quién ha llamado, también está esa posibilidad de que la llamada se haya hecho desde un teléfono desechable por lo que sería completamente difícil encontrar o rastrear la llamada. —Sí, estoy consciente de ello, solamente inténtalo, pero si no se puede, entonces lo comprenderé. —Vale. Te avisaré cualquier cosa. Y si vuelven a llamarte, no deberías tomar la llamada.—No lo haré. —De acuerdo. Después de un rato había terminado la llamada y Maximiliano retomó la conducción, directo a la casa de su madre, ya se encontraba en la propiedad y pronto en el interior de la casa, su mamá apareció mirándolo con preocupac
A la mañana del día Lunes, Valentina se levantó como de costumbre ya había notificado a la escuela de Mario que no iría, explicando los motivos por lo que no tendría ningún problema la inasistencia de su pequeño hermano ese día y los posteriores; el tiempo necesario hasta que estuviera recuperado por completo. La verdad es que su hermano era un chico bastante fuerte, ahora mismo estaba en su dormitorio mirando su programa favorito, después de haber tomado el desayuno. Era importante que se alimentara y él no lo había dejado de hacer. Ella apenas estaba terminando de comer el cereal cuando recordó lo del empleo en la compañía de Maximiliano, entonces abrió los ojos de par en par, incluso cuando había estado platicando durante un largo tiempo la noche anterior, nunca llegaron a conversar sobre el horario y por eso se sentía un poco descolocada, ya que era el día lunes, aunque él sabía que tenía a su hermano enfermo y no podía ir a ningún lado... de hecho tenía que avisar a la cafetería
—No, tienes toda la razón del mundo, hay mucho por hacer. Y eso es mi culpa, que no fui, ahora tienes más trabajo. Quiero que sepas que voy a renunciar a la cafetería. Te dije que mantendría el empleo, pero empiezo la semana que viene a trabajar en una compañía, la paga es buena, y para poder aprochada más el tiempo con Mario, he decidido no tener dos trabajos. Eso tomó por sorpresa a Elena. —¿De la noche a la mañana ya tienes un empleo? Es que no lo puedo creer, pero al mismo tiempo me alegro por ti. Es una noticia maravillosa. No sabes lo feliz que estoy contigo, eh —apuntó.—Sí, me ha tomado por sorpresa. No podía decirle cómo fue en ese momento. Así que se limitó a ofrecer una explicación más simple. —Me dejas sorprendida. —Es que al final sí ha funcionado. Me han llamado. Empiezo la semana que viene. De todos modos avisaré a mi jefe en la cafetería sobre esto, así estará atento.—Sí, es lo mejor. Ya sabes cómo es él. Ella conocía mejor que nunca a ese hombre que siempre era
Valentina se había quedado sorprendida al ver a Maximiliano allí. No sé lo esperaba. Verlo de forma repentina allí, le había acelerado el corazón como siempre pasaba, cada vez, era algo que no podía evitar. La verdad es que Maximiliano había ido a casa de Valentina para darle el brazalete pero detrás de todo eso había una razón mucho más fuerte que todavía no tenía un nombre claro para él, pero que vivía en su interior y lo hacía sentir un poco extraño. Allí se encontraba, después de laborar, incluso con pendientes por hacer. Pero eso ahora pasaba a segundo plano. —Hola. ¿Estás bien? Perdona que me aparezca así, te he traído algo importante, aquí tienes tu brazalete. También me gustaría saber cómo sigue tu hermano Mario —le expresó y ella asintió, parecía una tonta. —Yo... Debes tener tanto por hacer. —Hoy terminé un poco más temprano. —Vale. En este momento Mario está en la sala, hace poco tiempo terminamos de hacer una tarea —le explicó. Valentina no podía explicar algo que est
—Pero eso es un gran problema porque tengo a mi hermano Mario y no podría dejarlo solo, tampoco es una buena día que lo lleve conmigo, algo que tampoco podría ser porque es trabajo y... Ahora que me dices eso no estoy segura si puedo ser la asistente qué estás buscando —le fue franca y él asintió, entendía muy bien su preocupación tenía toda la razón del mundo al pensar en él. —Lo sé, pero los viajes de negocios no son largos, de hecho para darte una idea vamos un día y dos días después ya estaríamos de regreso en la ciudad —le explicó y ella suspiró. —No me gustaría estar en un solo día lejos de Mario. —Todavía no ha surgido el viaje, ni siquiera comienzas a trabajar conmigo. Así que nos estamos precipitando un poco a eso pero si es algo que debes tomar en cuenta a pesar de todo no deberías preocuparte porque Mario puede quedarse con alguien que lo cuide durante esos dos días, y estoy seguro de que lo va a comprender... sin embargo también puedo dar la opción de que alguien más va