A la mañana del día Lunes, Valentina se levantó como de costumbre ya había notificado a la escuela de Mario que no iría, explicando los motivos por lo que no tendría ningún problema la inasistencia de su pequeño hermano ese día y los posteriores; el tiempo necesario hasta que estuviera recuperado por completo. La verdad es que su hermano era un chico bastante fuerte, ahora mismo estaba en su dormitorio mirando su programa favorito, después de haber tomado el desayuno. Era importante que se alimentara y él no lo había dejado de hacer. Ella apenas estaba terminando de comer el cereal cuando recordó lo del empleo en la compañía de Maximiliano, entonces abrió los ojos de par en par, incluso cuando había estado platicando durante un largo tiempo la noche anterior, nunca llegaron a conversar sobre el horario y por eso se sentía un poco descolocada, ya que era el día lunes, aunque él sabía que tenía a su hermano enfermo y no podía ir a ningún lado... de hecho tenía que avisar a la cafetería
—No, tienes toda la razón del mundo, hay mucho por hacer. Y eso es mi culpa, que no fui, ahora tienes más trabajo. Quiero que sepas que voy a renunciar a la cafetería. Te dije que mantendría el empleo, pero empiezo la semana que viene a trabajar en una compañía, la paga es buena, y para poder aprochada más el tiempo con Mario, he decidido no tener dos trabajos. Eso tomó por sorpresa a Elena. —¿De la noche a la mañana ya tienes un empleo? Es que no lo puedo creer, pero al mismo tiempo me alegro por ti. Es una noticia maravillosa. No sabes lo feliz que estoy contigo, eh —apuntó.—Sí, me ha tomado por sorpresa. No podía decirle cómo fue en ese momento. Así que se limitó a ofrecer una explicación más simple. —Me dejas sorprendida. —Es que al final sí ha funcionado. Me han llamado. Empiezo la semana que viene. De todos modos avisaré a mi jefe en la cafetería sobre esto, así estará atento.—Sí, es lo mejor. Ya sabes cómo es él. Ella conocía mejor que nunca a ese hombre que siempre era
Valentina se había quedado sorprendida al ver a Maximiliano allí. No sé lo esperaba. Verlo de forma repentina allí, le había acelerado el corazón como siempre pasaba, cada vez, era algo que no podía evitar. La verdad es que Maximiliano había ido a casa de Valentina para darle el brazalete pero detrás de todo eso había una razón mucho más fuerte que todavía no tenía un nombre claro para él, pero que vivía en su interior y lo hacía sentir un poco extraño. Allí se encontraba, después de laborar, incluso con pendientes por hacer. Pero eso ahora pasaba a segundo plano. —Hola. ¿Estás bien? Perdona que me aparezca así, te he traído algo importante, aquí tienes tu brazalete. También me gustaría saber cómo sigue tu hermano Mario —le expresó y ella asintió, parecía una tonta. —Yo... Debes tener tanto por hacer. —Hoy terminé un poco más temprano. —Vale. En este momento Mario está en la sala, hace poco tiempo terminamos de hacer una tarea —le explicó. Valentina no podía explicar algo que est
—Pero eso es un gran problema porque tengo a mi hermano Mario y no podría dejarlo solo, tampoco es una buena día que lo lleve conmigo, algo que tampoco podría ser porque es trabajo y... Ahora que me dices eso no estoy segura si puedo ser la asistente qué estás buscando —le fue franca y él asintió, entendía muy bien su preocupación tenía toda la razón del mundo al pensar en él. —Lo sé, pero los viajes de negocios no son largos, de hecho para darte una idea vamos un día y dos días después ya estaríamos de regreso en la ciudad —le explicó y ella suspiró. —No me gustaría estar en un solo día lejos de Mario. —Todavía no ha surgido el viaje, ni siquiera comienzas a trabajar conmigo. Así que nos estamos precipitando un poco a eso pero si es algo que debes tomar en cuenta a pesar de todo no deberías preocuparte porque Mario puede quedarse con alguien que lo cuide durante esos dos días, y estoy seguro de que lo va a comprender... sin embargo también puedo dar la opción de que alguien más va
—Yo admiro demasiado que a pesar de lo difícil que podía ser, que te hayas hecho cargo de tu hermano todo este tiempo, le has dado lo que necesita incluso cuando piensas que deberías darle más. Mario es un chico feliz e inteligente y eso deja mucho saber de ti. A este punto, he llegado a la conclusión de que eres una persona magnífica y mereces lo mejor en tu vida. Creo que la oportunidad que tienes a trabajar en la compañía hará de tu vida algo mucho mejor y no te preocupes porque nunca has ocupado un trabajo, así ya te dije que alguien se encargará de explicarte todo lo que necesitas y de esa manera podrá saber todo lo que debes hacer en la compañía —le dejó saber otra vez, recalcando el hecho de que no tenía de que preocuparse por su nueva experiencia y la compañía ya que alguien le explicaría todo lo que necesitaba saber para poder desempeñar muy bien su papel en el trabajo, eso dejó a valentina un poco más aliviada, realmente no quería hacer algo desagradable a sus ojos y mucho m
Valentina había sentido como su corazón latía un poco más rápido de lo normal cuando ella le dijo esas palabras porque de alguna manera era como si le estuviera expresando que ella era como una chica distinta y la estaba mirando también ya desde otra perspectiva, no sabía que era lo que quería conseguir con eso. Pero había logrado encontrar un punto débil de su parte y ponerle un poco más nerviosa de lo que ya estaba con su presencia allí al frente. Impresionante todo lo que hacía sentir con solo eso. —Gracias. Nunca antes me lo había mencionado alguien, yo me lo he repetido en los momentos más complicados. Pero tú eres la primera persona que me lo dice y de verdad que te lo agradezco mucho, porque tiene un efecto muy bueno en mí —admitió, el hombre estaba muy satisfecho con la respuesta que ya le estaba dando pero también le parecía increíble que fuera el único que le dijera eso. —Entonces te lo puedo decir a menudo, tú lo deberías haber y tenerlo siempre en cuenta, no lo olvides.
—De todas maneras estoy muy agradecida contigo por todas estas maravillosas oportunidades. Ahora que lo recuerdo podría darte el nombre del papá de Mario y así sabrías cómo empezar con las averiguaciones, pero de mi padre no sé absolutamente nada. —Vale. ¿Cuál es el nombre del papá de Mario? —Si no me equivoco es un italiano y se llama Luca Ferrari, es la persona con la que mamá tuvo una relación muy extraña y de ayer resultó ser Mario. Por eso el nombre también —añadió. De manera que el hombre no pudo evitar pensar en ese nombre, qué por alguna razón no dejaba de sonar en su cabeza, como si fuera algo grabado, la verdad es que anteriormente ya había escuchado ese nombre y a pesar de que era muy común, sabía que la cercanía con ese nombre y apellido italiano estaba estrechamente relacionado con la compañía. Entonces vino a la cabeza alguien cercano a él. Claro, hace poco había conversado con un hombre llamado Luca Ferrari, no solo una persona con el que hacía negocios también lo co
A Maximiliano le daba vueltas y vueltas la cabeza y la verdad es que parecía que todo era parte de una pesadilla, sin embargo todo era demasiado real, tenía el teléfono en la palma de la mano y estaba leyendo esa profunda amenaza que le estaban dando. No, todavía no caí en cuenta de quién era esa persona de la que tenía que alejarse, aún así dentro de su mente se estaba apuntando a una persona: Valentina. Todo comenzó desde que él se acercó un poco más y profundizó en su vida. ¿Era de ella de quién tenía que alejarse? Intentó dormir otra vez pero se le hacía demasiado complicado volver a dormirse. No quería ponerse en modo paranoico en ese momento, pero era inevitable no hacerlo. Miró a todos lados, solamente la oscuridad de su habitación, las cortinas que se movían ligeramente, la escasa iluminación quedaba momentáneamente aquella lámpara sobre su mesita de noche. Se llevó la mano a la frente y luego volvió a clavar los ojos en la pantalla. Le marcó a su amigo para contarle. —Fél