Narrador:Como bien le había dicho Alicia a Renzo, ellos no interactuaban mucho en la casa, ya que ella, normalmente se encerraba en su dormitorio y Renzo se reunía con el resto de los custodios para conversar con ellos y planificar el día siguiente. Así que el hecho de tener una cena con él, la emocionaba mucho.Le solicitó a uno de los hombres que recogiera el pedido que había hecho por Internet a supermercado para tener los ingredientes de la cena. Cuando llegó a su casa ya tenía todo lo que necesitaba y se puso en ello.Renzo se había marchado más temprano, haciendo que otro de los custodios llevara a Alicia a su casa, para llegar antes y tener esa charla de planificación con todos, antes de que ella llegara y así poder tener esa cena con tranquilidad.‒ Renzo, llegaste puntual como siempre‒ Ya sabes que soy un enfermo de la puntualidad‒ Lo sé y por eso ya tengo todo listo‒ Traje vino, blanco dulce, es el que te gustaba, espero que lo siga haciendo‒ En realidad no lo sé, pero
Narrador:Habían pasado ya varios días desde que Renzo y Alicia tuvieron esa cena. La intención primaria de la joven era que los acercara, sin embargo terminó alejándolos más, si bien el joven seguía velando por su seguridad de manera celosa, trataba de interactuar lo menos posible con ella.– Voy a creer que me estás evitando – le había dicho en una de las pocas ocasiones en las que coincidieron en la misma habitación– No, que va, Alicia– ¿Y por qué es que me lo parece entonces?– Impresiones tuyas, nada más– Renzo – lo detuvo de un brazo cuando él pretendía retirarse – no sé qué fue lo que te hice – lo miró con tristeza – pero te ruego que me perdones– No me has hecho nada – forzó una sonrisa – descuida– Estoy muy sola y ahora creo que también te he perdido a ti– Alicia – le tomó las manos – no me has perdido ni me perderás jamás, es solo que… – pero no terminó la frase, solo se la quedó mirando– ¿Es solo qué?, Renzo, por favor continúa – le dijo casi en un ruego– Es solo qu
Narrador:Luego de semejante conversación y con un ruego más de por medio. Luka se retiró de la oficina de Alicia– Realmente te lo ruego, Alicia, no lo hagas por mí, hazlo por dos ni*ños pequeños que se sienten abandonadosFue lo último que le dijo antes de partir.Alicia había quedado muy trastornada luego de eso. Tenía tantas cosas en la cabeza, tantos sentimientos encontrados. Luka le hacía sentir lo que ningún otro, pero el miedo era más poderoso, ella le sabía un mafioso, un hombre despiadado, capaz de torturar a alguien hasta la muerte, Leandro se había encargado de describirlo como un verdadero monstruo, con la esperanza, claro está, de que Alicia inclinara su amor hacia su persona y no hacia Luka.Habían pasado un par de días y las cosas seguían igual. Pero ese domingo estaba especialmente cálido y soleado, el verano ya se iba presentando, sin traer su agobiante calor aún.– Nana, desayunare afuera, en el patio. Haz que pongan una manta y traigan algunos juguetes para Samuel
Alicia:Debo reconocer que fui a la casa de campo por un impulso, durante el viaje me arrepentí varias veces, por suerte me resistí y fui de todas maneras, ya que pasé un día maravilloso. Fui feliz como hacía tiempo no lo era, aunque debo decir que nunca lo fui, porque no recuerdo nada antes del hospital. No pude reconocer sus caras, ni sus voces y tampoco sus aromas, de todas formas, mi corazón me gritaba que los amaba, incluso más que a mi propia vida.De alguna manera ellos llenaban el vacío que había en mí, tenía que interactuar más con ellos, pero Luka me infundía un poco de temor, las cosas que me había dicho Leandro que hizo, hacía que me dieran escalofríos, no parecía el hombre de hoy, ese padre abnegado y amoroso. ¿Cómo alguien puede tener dos personalidades tan diferentes?, Luego de hoy, estaba segura de que una de ellas era un personaje, el problema es que no sabía cuál de las dos y eso me inquietaba mucho.– Gracias Renzo, por no permitir que me arrepintiera y diera la vue
Luka:A pesar de que el verano estaba asomando, hoy era un día particularmente gris y lluvioso, no era la típica tormenta de la estación, se asemejaba más un día de otoño. Estaba en mi oficina ubicada en el puerto, desde allí dirigía la mayoría de las empresas a mi cargo y las que no, había delegado personal de confianza para hacerlo, es que no se puede estar en todos los sitios a la vez. La reunión que tenía programada para esa mañana, se había suspendido, pues uno de los que iba a concurrir sufrió un infarto y estaba internado mientras se debatía entre la vida y la muerte.Ese episodio me hizo reflexionar sobre las prioridades que uno debe tener para hacer que la vida valga la pena y no solo transcurra amontonando años sin sentido. La vista que tenía desde la ventana era maravillosa, pocas veces podía disfrutarla y hoy era en particular placentera. Ver la lluvia caer sobre el agitado mar de la bahía, esa danza perfecta que tenían la dulce agua que caía del cielo y la salada del mar,
Narrador:Luego de la conversación y el arreglo al que habían llegado los jóvenes esposos, ambos estaban con una mezcla de nerviosismo y entusiasmo.Renzo trataba de mantenerse algo alejado de Alicia, pues había experimentado en carne propia. La inestabilidad de la chica y no quería tener problemas ni confundirla más, pero ante el llamado directo, no pudo negarse‒ Me llamaste Alicia‒ Si Renzo, sé que has estado evitándome…‒ No, Alicia claro que no, ¿cómo crees semejante cosa?‒ ¡Vamos, Renzo, que no sabes mentir! – Renzo bajo su cabeza dándole así la razón a Alicia‒ Disculpa, es que yo solo quería evitar que tuvieras más conflictos‒ Descuida, no te disculpes, soy yo quien te debe una, me he estado comportando como una imbécil, tratando de ser alguien que no soy, en realidad no sé quién soy, pero seguro no esa idiota.‒ Tampoco te disculpes, tú tienes mucho que procesar. Lo que sucede es que se te ve tan bien por fuera que uno olvida lo rota que estás por dentro‒ Mucho, te lo ase
Luka:Tener a Alicia devuelta en casa me había hecho el hombre más feliz del mundo, sin embargo haber recuperado a mi amigo Renzo, con el que conversábamos hasta altas horas de la madrugada y el que muchas veces me baja a tierra, hacía que me sintiera completo nuevamente.No volví a ver, ese día, a Alicia hasta el almuerzo, donde interactuó con los niños y la Nana activamente, pero evitó mi mirada todo el tiempo.Esto iba a ser difícil. Lo único que me animaba era recordar todos los meses que ella se esforzó para lograr que la amara y, sin embargo, yo me comportaba como un cretino. Ella tuvo que soportar mucho, incluso que la dejara plantada el día que ingresaba a la Universidad, así que, lo menos que yo le debía, era un poco de paciencia y condescendencia.Así que decidí darle su espacio y tiempo con los chicos, por lo que me metí en mi despacho para trabajar un poco, pero saber que ella se encontraba tan cerca de mí, hizo que me fuera imposible concentrarme. Por suerte vino Renzo a
Alicia:Cuando fui a hablar con Luka sobre dormir en la misma habitación, juro que lo hice con la mejor de las intenciones, pensando en que era lo mejor para nuestros hijos, pero creo que él se emocionó un poco demás y me arrepentí, pero lo hecho, hecho estaba y había que asumir las consecuencias. Cuando apoyó su mano en la mía, por reflejo se la retiré, pues sentí una electricidad recorrer mi cuerpo. Estaban sucediéndome cosas extrañas con él. Cuando desperté en el hospital, era un extraño para mí, pero fue tan amable y empático conmigo, pero luego en la casa, se había puesto un poco intenso y la noche que bebió, logró asustarme y quise alejarme de él, al punto de pensar hasta en el divorcio. Pero ahora me sentía nerviosa cuando lo tenía cerca, y si me miraba, me volvía loca de ansiedad. Sabía que tenía dos hijos con Luka, por lo tanto no era un extraño y claramente yo no era virgen, pero no recordaba nada, así que era como si lo fuera. La pregunta que empezó a rondar por mi cabeza,