Luka:Tenía a Marco frente a mí, era el responsable de lo que le había sucedido a Alicia, quería matarlo, pero de una forma que sufriera, que se arrepintiera a cada segundo de lo que había hecho, no solo ahora, sino desde que se atrevió a besarla en la discoteca, sabiendo que era mi esposa. Pero estaba dejándolo en manos de mis hombres, por unos minutos creí que era lo mejor, yo había dejado atrás esa vida, ahora era un empresario respetable, el CEO de una gran corporación que abarcaba muchas empresas de diferentes rubros desparramadas a lo largo y ancho del planeta, Alicia era la responsable de eso, ella era mi luz, mi paz, los brazos en los cuales quería cobijarme para sentirme bien, y este desgraciado me lo había arrebatado. Ya estaba en mi coche y me enfurecí de pensarlo, así que apagué el motor y regresé al galpón.– ¡Jefe! – me dijo David al ver que regresaba – creí que se había ido– Lo iba a hacer, pero luego recordé que este desgraciado infeliz me arrebató todo lo que tengo e
Alicia:Me sentía realmente perturbada, estaba perdida. Esto de no recordar nada antes de despertarme en el hospital estaba haciendo mella en mí. El hecho de no sentir nada por el hombre que se suponía adoraba desde que era una pequeña y que no recordara a mis hijos, a mis propios hijos, era aterrador. Todo el mundo trataba de consolarme, de convencerme y convencerse de que todo volvería a la normalidad cuando yo recuperara mi memoria. Empezaba a dudar que eso ocurriera, pero de ser así no creo que todo fuera igual, un hecho muy traumático me había puesto en ésta situación, por lo tanto veía un poco difícil que todo volviera a ser como antes.Le había dicho a Luka que me iría de la casa, en lugar de eso se fue él y ahora la casa se siente muy vacía, creo que hasta lo extraño un poco, pero… ¿por qué? si dije que no le quería. Luego en un arrebato le dije a Renzo que quería el divorcio, pero pensándolo bien, sí lo quiero, no puedo estar con un hombre solo porque todos me dicen que lo am
Narrador:Como bien le había dicho Alicia a Renzo, ellos no interactuaban mucho en la casa, ya que ella, normalmente se encerraba en su dormitorio y Renzo se reunía con el resto de los custodios para conversar con ellos y planificar el día siguiente. Así que el hecho de tener una cena con él, la emocionaba mucho.Le solicitó a uno de los hombres que recogiera el pedido que había hecho por Internet a supermercado para tener los ingredientes de la cena. Cuando llegó a su casa ya tenía todo lo que necesitaba y se puso en ello.Renzo se había marchado más temprano, haciendo que otro de los custodios llevara a Alicia a su casa, para llegar antes y tener esa charla de planificación con todos, antes de que ella llegara y así poder tener esa cena con tranquilidad.‒ Renzo, llegaste puntual como siempre‒ Ya sabes que soy un enfermo de la puntualidad‒ Lo sé y por eso ya tengo todo listo‒ Traje vino, blanco dulce, es el que te gustaba, espero que lo siga haciendo‒ En realidad no lo sé, pero
Narrador:Habían pasado ya varios días desde que Renzo y Alicia tuvieron esa cena. La intención primaria de la joven era que los acercara, sin embargo terminó alejándolos más, si bien el joven seguía velando por su seguridad de manera celosa, trataba de interactuar lo menos posible con ella.– Voy a creer que me estás evitando – le había dicho en una de las pocas ocasiones en las que coincidieron en la misma habitación– No, que va, Alicia– ¿Y por qué es que me lo parece entonces?– Impresiones tuyas, nada más– Renzo – lo detuvo de un brazo cuando él pretendía retirarse – no sé qué fue lo que te hice – lo miró con tristeza – pero te ruego que me perdones– No me has hecho nada – forzó una sonrisa – descuida– Estoy muy sola y ahora creo que también te he perdido a ti– Alicia – le tomó las manos – no me has perdido ni me perderás jamás, es solo que… – pero no terminó la frase, solo se la quedó mirando– ¿Es solo qué?, Renzo, por favor continúa – le dijo casi en un ruego– Es solo qu
Narrador:Luego de semejante conversación y con un ruego más de por medio. Luka se retiró de la oficina de Alicia– Realmente te lo ruego, Alicia, no lo hagas por mí, hazlo por dos ni*ños pequeños que se sienten abandonadosFue lo último que le dijo antes de partir.Alicia había quedado muy trastornada luego de eso. Tenía tantas cosas en la cabeza, tantos sentimientos encontrados. Luka le hacía sentir lo que ningún otro, pero el miedo era más poderoso, ella le sabía un mafioso, un hombre despiadado, capaz de torturar a alguien hasta la muerte, Leandro se había encargado de describirlo como un verdadero monstruo, con la esperanza, claro está, de que Alicia inclinara su amor hacia su persona y no hacia Luka.Habían pasado un par de días y las cosas seguían igual. Pero ese domingo estaba especialmente cálido y soleado, el verano ya se iba presentando, sin traer su agobiante calor aún.– Nana, desayunare afuera, en el patio. Haz que pongan una manta y traigan algunos juguetes para Samuel
Alicia:Debo reconocer que fui a la casa de campo por un impulso, durante el viaje me arrepentí varias veces, por suerte me resistí y fui de todas maneras, ya que pasé un día maravilloso. Fui feliz como hacía tiempo no lo era, aunque debo decir que nunca lo fui, porque no recuerdo nada antes del hospital. No pude reconocer sus caras, ni sus voces y tampoco sus aromas, de todas formas, mi corazón me gritaba que los amaba, incluso más que a mi propia vida.De alguna manera ellos llenaban el vacío que había en mí, tenía que interactuar más con ellos, pero Luka me infundía un poco de temor, las cosas que me había dicho Leandro que hizo, hacía que me dieran escalofríos, no parecía el hombre de hoy, ese padre abnegado y amoroso. ¿Cómo alguien puede tener dos personalidades tan diferentes?, Luego de hoy, estaba segura de que una de ellas era un personaje, el problema es que no sabía cuál de las dos y eso me inquietaba mucho.– Gracias Renzo, por no permitir que me arrepintiera y diera la vue
Luka:A pesar de que el verano estaba asomando, hoy era un día particularmente gris y lluvioso, no era la típica tormenta de la estación, se asemejaba más un día de otoño. Estaba en mi oficina ubicada en el puerto, desde allí dirigía la mayoría de las empresas a mi cargo y las que no, había delegado personal de confianza para hacerlo, es que no se puede estar en todos los sitios a la vez. La reunión que tenía programada para esa mañana, se había suspendido, pues uno de los que iba a concurrir sufrió un infarto y estaba internado mientras se debatía entre la vida y la muerte.Ese episodio me hizo reflexionar sobre las prioridades que uno debe tener para hacer que la vida valga la pena y no solo transcurra amontonando años sin sentido. La vista que tenía desde la ventana era maravillosa, pocas veces podía disfrutarla y hoy era en particular placentera. Ver la lluvia caer sobre el agitado mar de la bahía, esa danza perfecta que tenían la dulce agua que caía del cielo y la salada del mar,
Narrador:Luego de la conversación y el arreglo al que habían llegado los jóvenes esposos, ambos estaban con una mezcla de nerviosismo y entusiasmo.Renzo trataba de mantenerse algo alejado de Alicia, pues había experimentado en carne propia. La inestabilidad de la chica y no quería tener problemas ni confundirla más, pero ante el llamado directo, no pudo negarse‒ Me llamaste Alicia‒ Si Renzo, sé que has estado evitándome…‒ No, Alicia claro que no, ¿cómo crees semejante cosa?‒ ¡Vamos, Renzo, que no sabes mentir! – Renzo bajo su cabeza dándole así la razón a Alicia‒ Disculpa, es que yo solo quería evitar que tuvieras más conflictos‒ Descuida, no te disculpes, soy yo quien te debe una, me he estado comportando como una imbécil, tratando de ser alguien que no soy, en realidad no sé quién soy, pero seguro no esa idiota.‒ Tampoco te disculpes, tú tienes mucho que procesar. Lo que sucede es que se te ve tan bien por fuera que uno olvida lo rota que estás por dentro‒ Mucho, te lo ase