Luka:Durante estos últimos años había tratado de llevar una existencia decente, sobre todo por mi familia, la familia que habíamos construido con Alicia, pero la sombra de mi oscuro pasado me venía a golpear la puerta. No quería, soy sincero cuando digo que no lo quería, mi vida de mafioso había quedado atrás. Pero lo ocurrido con mi dulce esposa hacía que la sangre se me enervara y la veta de cruel sicario afloraba, por motivos diferentes a los anteriores, esta vez no me incentivaba el dinero, me incentivaba la venganza, y esa era una motivación mucho mayor‒ Te mantendré informado‒ ¡Eso no me basta Renzo! – le grité al teléfono – quiero que lo encuentres y que sea ya‒ Luka estoy en eso, sabes que hago lo mejor que puedo‒ ¿Lo mejor que puedes?, ¡eso no me basta y lo sabes!, ese maldito hijo de pu*ta se salió con la suya y puso sus asquerosas manos sobre mi esposa‒ Escucha, eres mi jefe y por eso te informo, pero deja que haga mi trabajo, ese por el que me pagas – me gritó tambié
Luka:No podía estar más emocionado, hoy le darían el alta a Alicia y, por fin, podría llevarla a casa. Aunque la felicidad no sería completa, pues envié a la Nana junto con los ni*ños a nuestra casa de campo, ya que no quería que se sintiera abrumada. Ellos eran pequeños aún, si bien la extrañaban, podía mantenerlos ajenos a todo esto, sobre todo a que su madre ni siquiera los recordaba. Renzo le había traído ropa de la casa, así que solo quedaba que se diera un baño, se vistiera y esperáramos por el papeleo.‒ ¿Emocionada?‒ En realidad, emocionada no sería la palabra, sino más bien asustada‒ No tienes que tener miedo por nada, yo estaré contigo como hasta ahora‒ Lo sé, y te lo agradezco, solo me preocupan los ni*ños, no sé qué les voy a decir‒ Descuida – yo no le había dicho nada de que ellos no la estarían esperando para no abrumarla más, pero ya que los mencionaba, se lo diría – tranquila, ellos no estarán en la casa‒ ¿Ah no? – su tono se escuchó apagado, pero no sé si por al
Luka:Escuché llorar a Alicia en el baño, se oía muy desconsolada, así que sin pedir permiso meinterné en él y la saqué de la ducha. La cubrí con una toalla y la abracé. Su cuerpo temblabay no dejaba de llorar. Estaba asustada, o más bien aterrada y motivos tenía. Para mi ellaera mi esposa, mi amada esposa, la madre de mis hijos, pero para ella yo solo era unextraño que estaba siendo amable. Quería protegerla, pero en realidad, de quien más debíahacerlo era de mí, y eso me llevó tiempo aceptarlo.La estreché contra mi cuerpo, quería fundirla conmigo, que fuéramos esa sola persona quehabíamos sido hasta que el maldito la arrebató de mi casa. Sabía que debía darle suespacio y tiempo, así que cuando tuve su boca a escasos milímetros de la mía, me detuve,las ganas de besarla eran enormes, pero no podía hacerle eso.Miré sus ojos temblaban, como aquella noche en el coche, cuando apenas llevábamos undía de casados, sin embargo no iba a comportarme como ese energúmeno, ya no. Peroe
Luka:Me resultaba muy extraño tener que contarle cosas a Alicia que se suponía sabía de sobra, pero debía hacerlo, llenarme d paciencia, cosa de la que carezco; pero ella era merecedora de mi esfuerzo.Creí que cuando entrara al dormitorio de nuestros hijos, algo, por más ínfimo que fuera, recordaría, pero me equivoqué. No importaba cuanto me esmerara, su memoria debía fluir naturalmente, no había nada que pudiera hacer para forzar su recuperación.‒ Ven – le dije estirando mi mano para que la cogiera, cosa que hizo – te enseñaré el dormitorioEn silencio se dejó llevar hacia nuestra habitación. Al entrar sus ojos se desorbitaron y tuvo un deja vu.‒ ¿Te gusta?‒ Sí, veo que no escatimaste en la cama‒ ¿Eso es lo único que le llamó la atención Señora Gentile? – seguí el mismo diálogo que habíamos tenido hacía ya más de siete años en esta misma habitación‒ Espero que sea tan cómoda como grande – ¡sí!, volvió a responderme esa misma estupidezMe reí, claro que ella no entendió el moti
Luka:Que Alicia me viera como un extraño estaba haciendo estragos en mí, pues a pesar de quelos días iban pasando y nos llevábamos bien, parecía irse alejando cada vez más. Ella eratoda mi vida, mi salvación, mi chaleco salvavidas, mi puerto seguro y la estaba perdiendo,tal vez de forma definitiva.No exagero cuando digo que estaba pasando por el peor momento de mi vida, luego de susecuestro claro.Esa noche me sentía por demás deprimido por la situación, así que bebí de más y no lohago muy a menudo, pero ya saben lo que sucede cuando lo hago, aunque por si no lorecuerdan les cuento que cuando bebo suelo cometer grandes estupideces.‒ Disculpa, Luka, no sabía que estabas aquí – dijo excusándose Alicia al irrumpir enel despacho‒ Descuida, no has interrumpido nada‒ Me alegro entonces, ahora te dejo solo haciendo… – y observó la botella de whiskypor la mitad que estaba sobre el escritorio – lo que fuera que estés haciendoDe un salto estuve junto a ella, que trató de salir, pe
Narrador:Los días fueron pasando y con ellos las semanas, trataba de llevar una vida normal, pero le era imposible, Alicia seguía sin recobrar la memoria y se negaba a ver a sus hijos.– Alicia, en algún momento tendrás que ver a los gemelos – le dijo Leandro, quién era el abogado, designado por Luka, que la estaba ayudando con la administración del hotel– Lo sé, Leandro, lo sé, pero me aterra– Hablaré con Luka para que no esté, así no tendrás que cruzarte con él– No es Luka quien me da miedo– ¿Entonces a que le temes?– A los niños– ¡A los niños!, ¿pero que tontería es esa?, ellos no pueden hacerte daño – preguntó algo desconcertado– Ninguna tontería, ellos no pueden hacerme daño, pero yo a ellos sí y mucho– ¿Cómo podría suceder eso?, ellos te adoran y están deseosos de ver a su madre– Y estoy segura que la madre que vive dentro de mí también, solo que no la oigo, Leandro, te juro que por más que lo intento, no logro oírla – y lanzó a llorar– Calma, Alicia, no te hace bien
Narrador:Luka retomó la calma, siempre había sido muy impulsivo, pero, para su suerte, se rodeaba de gente que le bajaban los pies a la tierra cuando más lo necesitaba, durante muchos años por su amigo Renzo y ahora era David.Él había decidido dejar todo aquello en el pasado, pero ya saben lo que dicen del pasado, siempre te alcanza, así que había dejado que lo hiciera.Cuando se serenó, caminó lentamente hacia la silla donde Marco estaba atado, tal y como un animal que se acerca a su presa, pudo sentir el miedo que desprendía, eso hizo que esbozara una sonrisa de medio lado, sus pupilas se dilataran y su mirada se intensificara.– David, quítale la capuchaAl oír la voz, la reconoció al instante y un escalofrío invadió por completo su cuerpo. Hasta ese momento no sabía quiénes lo habían capturado ni el motivo, pero la profunda voz de Luka hizo que el terror se apoderara de su cuerpo. Su mayor temor se estaba haciendo realidad. Sabía muy bien que las posibilidades de salir de esa si
Luka:Tenía a Marco frente a mí, era el responsable de lo que le había sucedido a Alicia, quería matarlo, pero de una forma que sufriera, que se arrepintiera a cada segundo de lo que había hecho, no solo ahora, sino desde que se atrevió a besarla en la discoteca, sabiendo que era mi esposa. Pero estaba dejándolo en manos de mis hombres, por unos minutos creí que era lo mejor, yo había dejado atrás esa vida, ahora era un empresario respetable, el CEO de una gran corporación que abarcaba muchas empresas de diferentes rubros desparramadas a lo largo y ancho del planeta, Alicia era la responsable de eso, ella era mi luz, mi paz, los brazos en los cuales quería cobijarme para sentirme bien, y este desgraciado me lo había arrebatado. Ya estaba en mi coche y me enfurecí de pensarlo, así que apagué el motor y regresé al galpón.– ¡Jefe! – me dijo David al ver que regresaba – creí que se había ido– Lo iba a hacer, pero luego recordé que este desgraciado infeliz me arrebató todo lo que tengo e