Luka:Lo que había sucedido entre Patricia y yo fue hace muchos años. Era un jovencito, tenía unos catorce años para quince, aunque mi aspecto siempre fue de más grande, supongo que por mi altura y complexión física, ella me llevaba cinco, estaba acostumbrado a que las chicas de mi edad cayeran rendidas a mis pies, así que ella fue todo un desafío para mí. Pero logré conquistarla, nuestro romance fue intenso, duro unos dos o tres años, ya no lo recuerdo bien, siempre creí estar enamorado de ella, pero ahora, con Alicia en mi vida, descubro que nada más lejos al amor lo que sentí por Patricia. De todas formas estaba bellísima, y no voy a negar que causó una reacción en mi cuerpo, pues en la cama la pasábamos de maravilla.Alicia se había ido, sin importarle que le pedí que se quedara, al parecer las fiestas no eran lo nuestro, por algún motivo se arruinan. Luego que terminó, me dirigí al estacionamiento, para ver de coger algún Uber y poder regresar a casa, no quería molestar a David,
Alicia:Por primera vez en mi vida creí que esa noche podría ser especial, y perfecta. Pero lejos estaba eso de la realidad. Encontrarme cara a cara con la mujer que Luka me había confesado, había sentido por ella lo más parecido al amor, fue como si me tiraran un balde de agua fría. Quería salir corriendo de esa fiesta, ella no dejaba de mirarle con descaro y él, cuando creía que yo no le veía le sonreía. Así que me fui y dejé que vivieran su romance en paz. Al llegar a casa me largué a llorar desconsoladamente, mi Nana vino a mi encuentro y luego de unos minutos me trajo una pastilla para que pudiera dormir. Así que llorando lo hice. A mitad de la noche me desperté y me vi abrazada a Luka, no entendía nada, desconocí el perfume que traía y no me gustó en lo absoluto, seguramente era el de ella. Quise levantarme, pero la pastilla me lo impidió y volví a dormir. Cuando al fin pude despertarme, vi que Luka estaba terminando de vestirse, me tiré de la cama y lo enfrenté- ¿Te divertiste
Alicia:Estar con Luka tan íntimamente y sabiendo que me amaba, era una felicidad indescriptible, todos los años de sufrimiento ahora se veían muy lejanos. Él me completaba y yo lo adoraba.Pasaron un par de días, de más está decir que casi no salimos del dormitorio.- Hoy iremos a cenar, ¿quieres? – me dijo entre besos- ¿En necesario? - no quería despegarme de él, tenía miedo que todo fuera un sueño del cual despertara- Mi amor, es necesario, sé que fui quien te dijo que te tendría en mi cama por días, pero me muero por mostrarte al mundo, quiero que todos vean lo hermosa que eres y lo enamorado que estoy de ti¿Quién podía resistirse a semejante explicación?, yo también quería presumir de él, y ahora que tenía la libertad de hacerlo, poder besarlo en cualquier lugar y frente a todos, sin esperar que fuera él quien tomara la iniciativa.- Bien, iremos a cenar- ¿Te pondrías el vestido blanco que compramos para la recepción en la embajada rumana? – lo miré sorprendida- Puedo compra
Alicia: Sentir a Luka arder de deseo por mí era maravilloso, sus celestes ojos se convertían en un azul intenso y su brillo se incrementaba. Sus finos labios se tensaban, el rostro se intensificaba. La respiración entre cortada mezclada con lo ronca que le salía la voz cuando estaba excitado, hacía que mi piel se erizara por completo, que mi pelvis se humedeciera y latiera sin control, creo que era capaz de hacerme correr sin tocarme, con solo mirarme de esa manera que tenía de hacerlo y que hacía que mi cuerpo experimentara una mezcla, en suma placentera, de miedo con excitación. Me besó hasta hacer que mis labios dolieran, cuando los dejó en paz, atacó mi cuello con fiereza, sentía su lengua, sus dientes mordiéndome y su boca succionándome, mientras sus manos estrujaban mis pezones. Luego bajó un poco más y cambió las manos por su boca, sus leves mordiscos hacían que gritara de placer. Me fue llevando hasta sentarme sobre el borde de la mesa, no sin antes despojarme de mi mojada bra
Alicia:Sentí como el agua me empapaba la cara, era evidente que llovía y yo estaba a la intemperie,pero mis ojos se negaban a abrirse y mi cuerpo parecía no querer obedecer ninguna orden quele diera. Me dolía todo, absolutamente todo. El frío calaba mis huesos, me encontraba casidesnuda y no podía dejar de temblar, lo hacía de miedo y de frío, pero más de miedo, puesestaba aterrada y desorientada. Otra vez le ordené a mis ojos abrirse y a mis piernas moverse,pero ninguno de los dos me obedeció, tampoco mis brazos, ni siquiera los dedos de las manos.De pronto escuché una voz a lo lejos, era más como un murmullo. Quise gritar para pedir ayudapero mi garganta no pudo emitir sonido alguno. No llegué a distinguir sus palabras hasta quesentí que me cubrían con algo, un hombre me cogía en brazos y me recostaba a su pecho‒ Renzo, abre el coche y ve llamando al Doctor, vamos a casa.‒ ¿Está bien?‒ No, no lo está, pero al menos respiraNo reconocí ninguna de las voces, en realidad no
Luka:¿Explicarles que había pasado con mi esposa? ¿Qué cara*jos sabía yo que había pasado con ella? Solo sé que un día regresé a casa y no estaba. Tenía mil llamadas perdidas de Renzo, pero mi móvil había elegido el peor momento para quedarse sin batería. Yo había tenido que hacer un viaje corto, solo fue un día y una noche; la primera noche que pasábamos separados desde que regresó de la Universidad, cumpliendo así con nuestra promesa.‒ ¿En realidad debes irte? – recuerdo que me preguntó con algo de tristeza‒ Sí, mi amor, debo ir. Sabes que murió el gerente del muelle y debo nombrar un reemplazo‒ Pero todo el mundo ya sabe quién será su remplazo, el Dr.Castaldo‒ En eso llevas razón, pero debe hacerse de manera formal, pues el nombramiento es frente al consejo o no tendrá valor legal, y Leandro Castaldo, por su condición de abogado, no aceptará si lo hago de otra forma‒ Ustedes y sus formalidades, ojalá la tuvieran a la hora de ma*tar gente‒ Alicia, no seas así, sabes que hace m
Alicia:Cuando desperté estaba desorientada por completo, no sabía dónde estaba, pero por laropa que traían quienes me rodeaban, podría jurar que en un hospital. Me hablaban todosal mismo tiempo, en un principio, yo no entendía lo que me decían, trataba de hablar perome era imposible. Hasta que vino un hombre, algo mayor, y despejó la sala, quedando soloconmigo y una enfermera. Era muy poco lo que podía ver, mis ojos se negaban a abrirsedel todo, pero estaba progresando y una línea podía ver, aunque como en una neblina‒ Alicia, ¿puedes oírme? – yo no respondí, entonces insistió - ¿entiendes, al menoslo que te digo?Yo solo asentí con la cabeza, que por cierto me dolía mucho. Este hombre parecíaconocerme y, según él, mi nombre era Alicia. Pero yo no lo recordaba, no recordaba nada,ni mi nombre, ni mi apellido o dirección, que edad tenía y mucho menos lo que me habíapasado‒ Doctor, creo que ella sí le entiende – dijo la chica que estaba a su lado‒ Bien, Alicia, necesito que
Narrador:‒ Alicia, ya llevo días aquí, a tu lado, contándote muchas cosas, pero tú aún no me diriges la palabraDijo Luka en un momento, un poco enfadado. Es que los días transcurrían, el permanecía a su lado, no se había movido de allí, lo poco que dormía, lo hacía en la cama contigua, pues había pagado para que Alicia permaneciera sola en una habitación. Él sabía que ella interactuaba con el médico y las enfermeras, pero no con él. Le habían dicho que tenía que tener paciencia, pero luego de tantos días, comenzaba a terminársele la poca que tenía. No quería apurarla, ni mucho menos, pero necesitaba saber lo que le había ocurrido, tenía que encontrar al culpable y hacerle pagar. Pero ella se limitaba a escucharle, pero no le hablaba.Renzo iba a diario, trataba de consolar a Luka, aunque sin éxito.‒ Mi amor – se sentó en la cama y le tomó la mano – necesito que me digas algo, lo que sea, no puedes ignorarme así – suplicó ya al borde de la desesperación‒ Yo no te ignoro – respondió