Capítulo128
Faustino, desde luego, quería follarse a Susie. Al escuchar las condiciones de Susie, comprendió el porqué.

—Inmediatamente la atrajo hacia él y la abrazó con fuerza.

Su cuerpo cálido y apasionado encendió a Faustino, quien olfateó ávidamente su perfume.

—Susie, ¿no te estás pasando un poco con lo material?

—Deja de hablar pavadas, te lo he dicho todo. ¡Dime si quieres o no!

Susie, sonrojada, intentaba zafarse del abrazo de Faustino. ¡Este tipo se aprovechaba y encima se hacía el remilgado, ya la estaba tocando y decía esas cosas!

Faustino rió entre dientes, la abrazó más fuerte y, tras un rápido vistazo, dijo:

—Susie, ¿puedes enseñarme a manejar mientras… te follo?

—¿Ah? ¿Se puede? ¡No pareces tan normal! La expresión de Susie se volvió extraña.

Esa imagen ni siquiera se la imaginaba.

—Sí, se puede. Yo me sentaré abajo, tú arriba, solo necesitamos un lugar apartado.

Faustino ya estaba ansioso. Últimamente le gustaba hacer el amor en el coche.

El espacio era reducido, pero el ambiente
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