Querido Diario. En mi cabeza el mundo se despedazaba, se estaba dividiéndose en dos; me sentía sola, en ese momento nadie podía salvarme de mi caída… Excepto tú. Es realmente extraño cuando puedes amar a una persona que no existe, alguien que solamente has mirado en sueños ¡Ya lo sé! Es patético y frustrante, ¿cómo se puede tocar a una persona que se esfuma apenas abres los ojos? Eso me atrofia los sentidos, de la misma manera pasa con otras situaciones que se han ido despertando y fusionando en mis memorias; otros recuerdos me dominan sin yo tener el poder de controlarlo, entonces revive lo siniestro, hermoso ángel oscuro, ¿quién es? ¿Por qué me acosa? ¿Por qué le temo y a la vez lo deseo? ¡Debo estar enloqueciendo! Es lo más lógico. Estas circunstancias me han llevado a comprobar que la mente humana es una máquina complicada que puede jugarte malas pasadas, y hasta confundirte, eso es tenebroso pero cierto; aunque debo aceptar que la mía es exagerada, no se conforma con crear i
El tiempo continuaba transcurriendo velozmente, me sentía perdida en el colegio, estás pequeña, vacaciones me había sacado por completo del estrés del estudio.—¿Victoria no me oyes?… ¡Te estoy hablando! —decía Emily sacándome de mi trance.—Disculpa, no te escuché, ¿qué pasa?—Te estoy diciendo que te apures en dejar tus cosas, abajo nos espera el transporte que nos llevará al museo.Rápidamente, deposité todo en la cama, tomé mi morral y salimos apuradas. Habíamos llegado al patio central del colegio, ya se encontraba presente la profesora, y casi todas las chicas de mi salón, y no solo eso, los chicos también estaban; Lucy al vernos se nos unió, Emily la había reclutado, así que ya era parte de nuestro pequeño grupo.—Hola, Victoria —saludó Lucy con timidez, quizás pensaba que por alguna razón yo la iba a rechazar, y la entendía, la mayoría de las chicas del salón no se portaban bien con ella.—Hola, Lucy.Al momento ella me sonrío, pero esa sonrisa se fue apagando drásticamente y
Ya Todos nos encontrábamos dentro del museo de Antropología escuchando con atención las instrucciones del profesor, cada grupo estaría compuesto por tres alumnos, debíamos realizar una especie de ensayo o monografía sobre la historia del museo; varias chicas querían incluir en sus grupos a uno de los chicos, pero la profesora enfatizó que estaríamos juntos, pero no revueltos. Empezamos a recorrer el sitio buscando algo que nos llamase la atención y que nos inspirara a comenzar. Emily se había mantenido en silencio durante el recorrido hasta que llegamos a una parte del museo donde vimos una escultura donde se podía apreciar gravados en forma de serpiente, Emily se quedó mirando la figura, sus ojos brillaron con un fulgor poseso. —¿Por qué no hacemos nuestro ensayo sobre las serpientes? —Lucy y yo nos miramos confusas por el comentario de Emily. —Tú sabes que el trabajo es sobre la historia de este Museo, y de las exposiciones que celebran el diverso pasado cultural de British Columbi
Todos los estudiantes se fueron dispersando hacia sus labores. —Las espero adentro —manifestó Lucy. Emily y yo seguíamos sin hablarnos, Rebeca se condujo hacía nosotras notando la mala cara que llevábamos. —¿Qué les pasa chicas? ¿No les gustó el viaje? —Sí, solo tengo jaqueca —respondió Emily rápidamente, al parecer se le había olvidado lo sagaz que era Rebeca, para engañarla se necesitaba de mucha agilidad. —Tómate una pastilla, aunque las rabias no se calman con analgésicos —Emily no refutó, luego se dirigió a mí. —Victoria, tenemos una conversación pendiente. ¿Lo recuerdas? —No se me olvida, pero será posible que la dejemos para más… —no pude finalizar la oración, Ethan llegó repentinamente. —Disculpen. —¿No deberías estar ya con los demás estudiantes? Sabes que si te ven los coordinadores van a llamarte la atención, y tu expediente ya no tiene hojas para colocar más observaciones. —No se preocupe, señorita Rebeca, voy a ser breve. Emily y yo nos miramos extrañadas por la
—¿Y si se lo pidiese a Rebeca? —me pregunté a mi misma, quizás llevándome a ese estado de hipnosis, ella daría con el origen de mis sueños, pero sentía tanto miedo.—Planeta tierra llamando a Victoria… ¿Estás ahí o te volviste a perder en el tiempo? —dijo Emily haciendo muecas, yo seguía perdida en mis pensamientos meditando la información que Emily me acababa de proporcionar, después de unos minutos le conteste.—Solo pensaba.—Parece que lo que te dije de Rebeca te asombro.—Es simple asombro, también curiosidad.—Yo también tengo curiosidad.Nos recostamos en la cama fijando nuestras miradas en el techo raso de la habitación. Me situé en la gran ventana de la alcoba, dejé que mi mirada vagara por todo el panorama que me ofrecía la vista; la noche se había adueñado del cielo claro, y una increíble luna llena adornaba el firmamento. Emily se había vuelto a internar en el baño para cepillarse los dientes, intentó cerrar la puerta del baño, pero no cerraba, yo le había dañado la cerra
De pronto toda esa imagen se desvaneció cuando me vi a través de sus ojos; rodeada por una fuerza oscura. Margot realmente me odiaba, por alguna razón que aún yo desconocía, ella quería volcar en mí toda su frustración reprimida. Quise entender el por qué, traté de continuar mi viaje dentro de aquella alma, pero no pude. Margot repentinamente se fue poniendo pálida, se levantó de su asiento manifestando un inesperado dolor de cabeza y un extraño mareo, volteé hacia otra dirección mientras el profesor y varias alumnas se dirigieron hacia ella para socorrerla, temí que alguien en el aula de clases hubiese notado lo que sucedía entre Margot y yo. Lucy y Emily se me acercaron para comentar sobre el hecho, pero yo me sentía extraña, más fortalecida; era como si hubiese robado fuerza a Margot, pero a la vez experimentaba una gran tristeza dentro de mí, en cuestión de minutos yo había palpado y sentido en carne propia todas las heridas ocultas en su ser. —¿Esto será colectivo? —inquirió Emi
Su voz se había apagado nuevamente, ya estaba más serena, el calmante que me suministro, Rebeca logró calmar mi ansiedad, pero no lo suficiente como para olvidar lo que acababa de ocurrir.—Yo no tengo esperanzas, sé que lo mejor es dejar de intentarlo, estoy loca.—No lo estás, cuando una persona sufre de locura, desvía su realidad, no se da cuenta de lo que le sucede… Un enfermo mental no es consciente de que está enfermo, simplemente no lo acepta.—Mi vida es una constante ficción… ¿Por qué veo estas personas en mi cabeza? ¡Cómo es posible que hice este dibujo y ni siquiera lo recuerdo! En más, te acabo de ver como a…—¿Cómo quien me viste?—Como a mi madre ¿Lo puedes creer? —le mentí, ella me observó con un dejo de tristeza, mi declaración claramente le había tocado el alma.—Eso sucede porque aún piensas que eres la culpable de la muerte de tu madre, cosa que no es cierto. Victoria debes perdonarte a ti misma si quieres librarte de sentimientos de culpa que solo provocan que t
Aparecía en mi mente el recuerdo de mi abuela, la apreciaba tal cual como la última vez: fuerte y dulce, una mujer de temple de acero. Las lágrimas se asomaron inevitablemente en mis pupilas nublando mi visión, estas fueron rodando cálidamente hasta tocar mi mejilla.—Abuela… Si tan solo me dieras una señal.—¿Estás bien Victoria? —Inquirió Andrea que yacía a mis espaldas, no la había sentido llegar, su repentina aparición me tomó desprevenida y a la vez logró hacerme sentir idiota, el invernadero al igual que el mío era su sitio favorito de la casa.—No me pasa nada, son tontos sentimentalismos de mi parte, extraño a mi papá —sequé disimuladamente la lágrima descarriada. Andrea no quedó convencida ante aquella respuesta débil, aun así, respeto mi dolor y no pregunto más.Mientras caminábamos por el patio en dirección a la casa, el frío una vez más se intensificó en mis entrañas, dándole cabida al miedo incomprensible que muchas veces me atormentaba. Caminé temerosa junto a mi acompa