Carol
Cuando desperté el lugar a mi lado en la cama estaba vacío. Sentí un poco de decepción, hubiera querido que cuando abriera los ojos Alex estuviera aún aquí conmigo.
«¿Qué? ¿De dónde salió eso?»
Todos los sucesos de estas últimas semanas y el levantarme a las tres de la mañana me estaban pasando factura, mi mente estaba pensando cosas ridículas y mi cuerpo anhelaba imposibles. Mi cerebro definitivamente necesitaba un año sabático, fui hasta el baño, y comencé a prepararme para el día de hoy.
Ya lista bajé las escaleras y caminé en dirección a la cocina para tomar el desayuno, cuando escuché los susurros de una conversación. Eran David y Alex y al parecer no querían ser escuchados porque hablaban en voz baja. Me quedé detrás de las puertas,
CarolMartes, 15 de diciembre de 2015.—Estoy agotada —suspiré, cuando salíamos de los vestuarios Betty y yo rumbo al aparcamiento. Acabábamos de terminar el agotador ensayo con las animadoras y mi cuerpo pedía relajación a gritos.—Yo no puedo ni mover el dedo meñique. Sahara es peor que los jefes del ejército. Creo que, si me llevan ahora mismo a una guerra, la ganaría —Se quejó Betty, pero tenía toda la razón. Sahara era muy estricta, tal vez demasiado—. Cuando llegue a casa me daré un baño de burbujas con sales aromáticas e iré directo a la cama. —Asintió efusivamente con la cabeza—Oh si, esa es una buena idea. Cuando llegue a casa iré directo al jacuzzi y me relajaré con las burbujas calentitas. De verdad lo necesito. —De solo pensar en ello se me aflojaba el cuerp
CarolSábado, 26 de diciembre de 2015¡Ya estamos a finales de diciembre! Dios, el tiempo pasa volando. Ya hacía tres meses desde que mi madre y yo nos habíamos mudado a esta enorme casa y conocido a esta incompleta familia.Los días habían transcurrido sin problemas, o eso quiero creer. Las cosas entre Alex y yo siguen igual, como si nunca hubiera ocurrido nada, como si no hubiésemos estado a punto de besarnos otra vez, como si no hubiera dormido en mi cama mientras le cantaba una canción de cuna, como si no me hubiese visto los pechos y luego dado el mejor masaje del mundo.Me levanté una mañana dispuesta a hablar con él, reuní todo el coraje y valentía que puede. Esperé ansiosa el horario de recreo para poder verlo, ya que no coincidíamos en ninguna clase. Había ensayado cien veces todo lo que le diría, me temblaban las ro
CarolDomingo, 27 de diciembre de 2015.—¡Buena suerte! Y no seas tímida por favor, si se te da la oportunidad de besarlo no la desperdicies. —Se despidió Betty mientras bajaba de su auto y ella conducía hacia el otro lado de la calle en dirección a las tiendas. Me dijo que hoy quería mimarse a sí misma y comprarse desde blusas nuevas, hasta lencería descarada. Tenía una ligera sospecha de quien vería esa lencería en el cuerpo de mi amiga.Entré en la cafetería Kingdom, la cual estaba prácticamente vacía a esta hora del día. De inmediato me envolvió un ambiente familiar y cómodo, el agradable olor a café recién hecho llenaba el ambiente. Las paredes estaban pintadas de blanco y cuadros con imágenes de tasas de cafés y pastelillos colgaban por todos lados. Las mesas r
Jueves, 31 de diciembre de 2015CarolLa casa estaba llena de personas, al menos unas setenta, y gracias a Dios que la era una mansión, sino estaríamos todos como sardinas en una latita pequeña. Los trajes y vestidos de gala desfilaban por todas partes, todos los invitados se habían vestido elegantes para esta noche. Todos los integrantes y amigos de la familia Cox se encontraban aquí, creo que hasta los que se encontraban al otro lado del mundo habían venido solo para esta noche.Ya habíamos conocido a la mayoría de los tíos, primos, sobrinos, hermanos y parientes lejanos de esta numerosa familia. Pero conocer a los padres de David, Raúl y Hortensia, señores de unos setenta y pocos años, fue lo mejor de la noche. Fueron muy amables con mamá y conmigo, sobre todo la señora Hortensia. Me recordaba a mi abuela Clara, la madre de mi papá, car
Jueves, 7 de enero de 2016CarolDespués de un exhaustivo día en la escuela, por fin estaba en casa. Me sentía agotada por los intensos ensayos con las animadoras, las clases, los exámenes próximos. ¡Dios! La cabeza me explotaría de un momento a otro.Nada más llegar subí a mi habitación y después de un relajante baño de espuma, «no volvería a cometer el error de relajarme en el jacuzzi al aire libre», decidí hacer las tareas que tenía pendientes para mañana. La primera era un trabajo de trigonometría.—¡Odio las matemáticas! —Me lamenté en voz alta.Necesitaría el libro para poder completar los ejercicios, pero cuando abrí mi mochila para sacarlo, sorpresa sorpresa, me di cuenta de que no lo tenía.«¿Se me habrá que
AlexDomingo, 17 de enero de 2016—Alex, ¿dónde estás? Respóndeme por favor.—¡Mamá no vengas, esto es lo mejor! Soy un estorbo en tu vida, en la de papá, en la de mis amigos. Lo mejor es que termine esto de una vez.—¡No Alex! Por favor hijo, escúchame. Tu padre y yo te amamos mucho, si te vas estaremos muy triste y dolidos, tú eres nuestro hijo, siempre vamos a estar ahí para protegerte. Por favor dime dónde estás.—En el puente.—Quédate justo ahí, ya estoy llegando.Me desperté sobresaltado, los recuerdos ya estaban volviendo en forma de pesadilla, como hacían siempre que se acercaba la maldita fecha. Llevaba una semana entera despertándome de madrugada y no podía dormir más luego de esto, la única vez, fue cuando Carol cantó la canci&oac
AlexViernes, 19 de febrero de 2016.—¿Mamá? ¿Por qué tardas tanto en llegar? Tengo miedo.—Tranquilo mi amor, ya casi llego, estoy entrando al puente. Quédate allí Alex.—Ya te veo, veo tu auto…Desperté de la pesadilla en la que me encontraba sumergido. Tenía las sábanas pegadas a la piel por el sudor que cubría todo mi cuerpo. La respiración irregular me agitaba el pecho, no se calmaba por mucho que trataba, me temblaban las manos, y mi visión estaba borrosa. Tenía exceso de saliva en la boca y me sentía adormecido y mareado.«¿Qué mierda?»Traté de levantarme, pero caí al suelo por las sábanas enredadas en mis piernas. Sentía frío y calor a la vez, mi cabello era una maraña húmeda y mi visión seguía desenfoca
CarolEran las tres de la tarde cuando el doctor le dio de acta a Alex luego de una exhaustiva revisión. Nos advirtió que estuviéramos pendientes a cualquier signo o síntoma que pudiera presentar, y en el caso de que volviera a tener fiebre o algún otro malestar, teníamos que llevarlo al hospital una vez más. El mismo doctor estaba extrañado, no le encontraba motivo a la fiebre repentina, ya que Alex no presentaba ningún signo de infección en su cuerpo. Pero luego David, que es neurocirujano, explicó que se debía al alto grado de estrés por el que Alex estaba atravesando. Esto hizo que su tensión arterial subiera, provocando un alto grado de fiebre, como respuesta defensiva.En este momento nos encontrábamos en mi auto Betty y yo rumbo a la cabaña del tío de Alex. Insistió en venir, no me quería dejar sola con dos hombres y