Carol
Sábado, 26 de diciembre de 2015
¡Ya estamos a finales de diciembre! Dios, el tiempo pasa volando. Ya hacía tres meses desde que mi madre y yo nos habíamos mudado a esta enorme casa y conocido a esta incompleta familia.
Los días habían transcurrido sin problemas, o eso quiero creer. Las cosas entre Alex y yo siguen igual, como si nunca hubiera ocurrido nada, como si no hubiésemos estado a punto de besarnos otra vez, como si no hubiera dormido en mi cama mientras le cantaba una canción de cuna, como si no me hubiese visto los pechos y luego dado el mejor masaje del mundo.
Me levanté una mañana dispuesta a hablar con él, reuní todo el coraje y valentía que puede. Esperé ansiosa el horario de recreo para poder verlo, ya que no coincidíamos en ninguna clase. Había ensayado cien veces todo lo que le diría, me temblaban las ro
CarolDomingo, 27 de diciembre de 2015.—¡Buena suerte! Y no seas tímida por favor, si se te da la oportunidad de besarlo no la desperdicies. —Se despidió Betty mientras bajaba de su auto y ella conducía hacia el otro lado de la calle en dirección a las tiendas. Me dijo que hoy quería mimarse a sí misma y comprarse desde blusas nuevas, hasta lencería descarada. Tenía una ligera sospecha de quien vería esa lencería en el cuerpo de mi amiga.Entré en la cafetería Kingdom, la cual estaba prácticamente vacía a esta hora del día. De inmediato me envolvió un ambiente familiar y cómodo, el agradable olor a café recién hecho llenaba el ambiente. Las paredes estaban pintadas de blanco y cuadros con imágenes de tasas de cafés y pastelillos colgaban por todos lados. Las mesas r
Jueves, 31 de diciembre de 2015CarolLa casa estaba llena de personas, al menos unas setenta, y gracias a Dios que la era una mansión, sino estaríamos todos como sardinas en una latita pequeña. Los trajes y vestidos de gala desfilaban por todas partes, todos los invitados se habían vestido elegantes para esta noche. Todos los integrantes y amigos de la familia Cox se encontraban aquí, creo que hasta los que se encontraban al otro lado del mundo habían venido solo para esta noche.Ya habíamos conocido a la mayoría de los tíos, primos, sobrinos, hermanos y parientes lejanos de esta numerosa familia. Pero conocer a los padres de David, Raúl y Hortensia, señores de unos setenta y pocos años, fue lo mejor de la noche. Fueron muy amables con mamá y conmigo, sobre todo la señora Hortensia. Me recordaba a mi abuela Clara, la madre de mi papá, car
Jueves, 7 de enero de 2016CarolDespués de un exhaustivo día en la escuela, por fin estaba en casa. Me sentía agotada por los intensos ensayos con las animadoras, las clases, los exámenes próximos. ¡Dios! La cabeza me explotaría de un momento a otro.Nada más llegar subí a mi habitación y después de un relajante baño de espuma, «no volvería a cometer el error de relajarme en el jacuzzi al aire libre», decidí hacer las tareas que tenía pendientes para mañana. La primera era un trabajo de trigonometría.—¡Odio las matemáticas! —Me lamenté en voz alta.Necesitaría el libro para poder completar los ejercicios, pero cuando abrí mi mochila para sacarlo, sorpresa sorpresa, me di cuenta de que no lo tenía.«¿Se me habrá que
AlexDomingo, 17 de enero de 2016—Alex, ¿dónde estás? Respóndeme por favor.—¡Mamá no vengas, esto es lo mejor! Soy un estorbo en tu vida, en la de papá, en la de mis amigos. Lo mejor es que termine esto de una vez.—¡No Alex! Por favor hijo, escúchame. Tu padre y yo te amamos mucho, si te vas estaremos muy triste y dolidos, tú eres nuestro hijo, siempre vamos a estar ahí para protegerte. Por favor dime dónde estás.—En el puente.—Quédate justo ahí, ya estoy llegando.Me desperté sobresaltado, los recuerdos ya estaban volviendo en forma de pesadilla, como hacían siempre que se acercaba la maldita fecha. Llevaba una semana entera despertándome de madrugada y no podía dormir más luego de esto, la única vez, fue cuando Carol cantó la canci&oac
AlexViernes, 19 de febrero de 2016.—¿Mamá? ¿Por qué tardas tanto en llegar? Tengo miedo.—Tranquilo mi amor, ya casi llego, estoy entrando al puente. Quédate allí Alex.—Ya te veo, veo tu auto…Desperté de la pesadilla en la que me encontraba sumergido. Tenía las sábanas pegadas a la piel por el sudor que cubría todo mi cuerpo. La respiración irregular me agitaba el pecho, no se calmaba por mucho que trataba, me temblaban las manos, y mi visión estaba borrosa. Tenía exceso de saliva en la boca y me sentía adormecido y mareado.«¿Qué mierda?»Traté de levantarme, pero caí al suelo por las sábanas enredadas en mis piernas. Sentía frío y calor a la vez, mi cabello era una maraña húmeda y mi visión seguía desenfoca
CarolEran las tres de la tarde cuando el doctor le dio de acta a Alex luego de una exhaustiva revisión. Nos advirtió que estuviéramos pendientes a cualquier signo o síntoma que pudiera presentar, y en el caso de que volviera a tener fiebre o algún otro malestar, teníamos que llevarlo al hospital una vez más. El mismo doctor estaba extrañado, no le encontraba motivo a la fiebre repentina, ya que Alex no presentaba ningún signo de infección en su cuerpo. Pero luego David, que es neurocirujano, explicó que se debía al alto grado de estrés por el que Alex estaba atravesando. Esto hizo que su tensión arterial subiera, provocando un alto grado de fiebre, como respuesta defensiva.En este momento nos encontrábamos en mi auto Betty y yo rumbo a la cabaña del tío de Alex. Insistió en venir, no me quería dejar sola con dos hombres y
CarolSábado, 20 de febrero de 2016Sentí como la cama se sacudía a mi lado. Al abrir los ojos vi a Alex removerse intranquilo bajo las sábanas, su frente sudada y su respiración laboriosa me dijo que estaba teniendo una pesadilla. Rápidamente tomé su cara entre mis manos mientras decía su nombre, asustada, intentando despertarlo.—¡No! No, por favor, mamá —gritaba mientras se removía. Cada una de sus palabras agrietaron mi corazón llenándolo de dolor y pesar por él.—Alex, cariño, abre los ojos. Es solo una pesadilla, no es la realidad. Abre los ojos —imploré, intentando sacarlo de su mayor temor.Luego de varios intentos donde mi voz cada vez se desgarraba más, abrió los ojos sorprendido y asustado, miraba a todos lados tratando de recordar donde se encontraba.—Alex, estoy
Carol —¿Te duele mucho? —preguntó Betty mientras me ayudaba a desinfectar y limpiar mi rodilla. —No, solo fue un rasguño. —dije por quinta vez. Luego del desafortunado accidente que tuvimos junto a la cascada, Derek trajo a un Alex conmocionado y lloroso hasta la casa, mientras Betty me ayudaba a caminar despacio. Cuando llegamos no vimos a nadie en la sala ni en la cocina, pero ella subió al segundo piso en busca de un botiquín de primeros auxilios que había en uno de los baños y escuchó la conversación susurrada de Alex con Derek. Según me dijo, Alex no paraba de llorar y lamentarse. Me sentía mal por él, la forma en que se culpó por mi caída me dejó desconcertada, fue un cambio demasiado brusco de su estado de ánimo, parecía otra persona. Amaneció alegre y cuando salimos al bosque estaba lleno de energía, pero luego de lo sucedido era como si se sintiera la peor persona, triste y desdichada para los que se encontraban a su alrededor. Todo esto era muy confuso y necesitaba una