Carol
Jueves, 16 de marzo de 2017.
—¡Carol, espérame! —gritó Betty a mis espaldas a la vez que unas pisadas apresuradas me seguían por el pasillo central de la escuela.
—Vamos Betty, quiero ver el anuncio —apresuré a mi amiga que, agitada, llegaba por fin a mi lado.
—¿Cuál es la urgencia? Estaba haciendo pis en el baño cuando recibí tu mensaje. —Se quejó.
—¿No sabes? —Solo negó con la cabeza—. Marcos me dijo que habían publicado un anuncio en la pizarra. Dice que es una convocatoria para ser alumno de intercambio internacional.
—Oh, ¿de verdad? —preguntó asombrada, asentí.
—Dice que esto lo hacen todos los años. Publican el anuncio, ofreciendo el lugar para ser alumno de intercambio internacional con la Universidad de Harv
AlexNo, no…No puede ser…Yo no lo hice…—¡Hey, mira para adelante chico! —Una voz me gritó llamando mi atención. Levanté la vista del volante para ver un auto mal estacionado justo delante de mí— Casi chocamos imbécil. —El hombre dentro del auto seguía gritándome, pero apenas escuchaba su voz.Mi mente estaba ocupada tratando de recordar, mi cerebro estaba exprimiéndose a sí mismo para sacar los recuerdos de donde sea que estuviesen escondidos, pero fue imposible. Misteriosamente los había perdido, todos los recuerdos del día en que cumplí quince años, los había perdido.Nunca pasaría por mi mente lastimar a Derek o a Betty, arruinar su felicidad.¿Por qué lo haría?No tiene sentido en mi mente, yo amo a mi hermano, su f
CarolMiércoles, 22 de marzo de 2017.—Alex, por favor, contesta a mis llamadas cuando escuches este mensaje. Estoy preocupada, por favor. —Pasé mis manos por mi cabello por millonésima vez en una hora. Este era el mensaje número quinientos que le enviaba a Alex, todos sin respuestas.—¿Dónde puede estar, Derek? —pregunté una vez más.—Lo siento Carol. Ya revisé en todos los lugares que solíamos frecuentar, las cafeterías, el gimnasio, incluso el parque donde solíamos correr en las mañanas. Le dejé una fotografía suya y mi número de teléfono a cada encargado de esos lugares, por si lo veían me avisaran con urgencia. Pero nada, no hay resultado —explicó Derek que se paseaba de un lado a otro en la sala de estar de nuestro apartamento.—¿Y no ha vuelto a comunica
CarolMiércoles, 29 de marzo de 2017.—Carol, ¿me puedes escuchar? —¿Qué? ¿Quién habla? Escuchaba una voz lejana que me llamaba.—Carolina, ¿me puedes decir cuál es tu apellido? —¿De qué habla esa voz lejana en mi subconsciente?—Carol, cariño, abre los ojos mi amor. Mamá está aquí contigo, por favor. —Ahora escuchaba una voz que lloraba, esta voz la había escuchado varias veces antes, siempre estaba llorando.—Oye bella durmiente, ¿hasta cuándo piensas dormir? El mundo te necesita, ¿sabes? —Otra voz, otra voz que siempre me hablaba.—Alex sigue desaparecido Carol, y tú no despiertas. Estoy perdiendo la mente Carol, me estoy volviendo loco. Oh, Anna, te necesito tanto. —Esta voz, también la había escuchado varias veces. Casi
CarolUn mes después. Martes, 2 de mayo de 2017.—Que bien se siente el sol en mi piel. Lo amo —dijo la voz de mi amiga a mi lado, que, una vez más, expresaba su amor por el sol. Yo solo pude reír.—Sí, es agradable —estuve de acuerdo mientras acariciaba mi pancita de tres meses. Apenas si se notaba un ligero cambio, pero yo podía sentir a mi bebe dentro de mí.Estábamos mi amiga y yo, vistiendo trajes de baño y protector solar, en la piscina de mi casa, o la casa de David, que ya sentía como mía. Hoy, decidimos tomarnos el día libre de la escuela y los estudios, para pasar un tiempo entre amigas, disfrutando de la naturaleza.Ya no estudiamos en Harvard, demasiados recuerdos dolorosos acumulados en esa escuela, además, debido a todos los acontecimientos de las últimas semanas, necesitaba estar cerca de mi familia.
CarolQuerido Diario:Este diario me lo ha regalado mi madre, tal vez para que pueda desahogarme en sus páginas, descargar los sentimientos encontrados y la frustración.Tal vez porque sabía que la noticia que me lanzó a la cara como si yo fuera de plástico y no corriera el riesgo de romperme, lo que sí que hizo, me afectaría demasiado y necesitaría un escape para respirar.Tal vez porque se sentía un poco culpable, porque me vio llorar como hacía mucho no lloraba y le trajo recuerdos.Tal vez porque… malditamente no lo sé, pero lo utilizaré de todas formas. Así que… ¿Por dónde empiezo?Bueno, contaré un poco sobre mí, como una introducción. Si algún d&iac
CarolSábado, 29 de agosto de 2015.—¿Carol? Cariño estoy hablando contigo. —Escuché como la voz de mi madre me hablaba a la distancia.Unas manos delicadas me tomaron la cara por ambos lados volteándola y quitándome las vistas del hermoso paisaje de edificios antiguos y calles atestadas de personas en movimiento que estaba contemplando. Los ojos azules de mi madre, los cuales había heredado, me miraron con preocupación.—¿Ocurre algo? —preguntó.—No, tranquila, todo bien. —Forcé una sonrisa falsa en mi cara, para que se tranquilizara.La conocía, sabía que comenzaría una vez más con el mismo discurso de que debíamos seguir adelante, que papá estaba protegiéndonos desde el lugar donde se encontrara, que &eac
CarolUna hora después ya había terminado, tomé un baño y llevando puesto un vestido veraniego un poco corto, pero cómodo, y unas sandalias. Recogí todo mi cabello negro y lacio, herencia de papá, en una coleta en lo alto de la cabeza y me dispuse a bajar a la cocina con ganas de beber algo frío, estaba sedienta.Efectivamente, como sospechaba, detrás de las pequeñas puertas se encontraba una enorme cocina, decorada de blanco y marrón oscuro, como el resto de la casa.Una gran encimera de mármol negro daba la bienvenida, con su horno, fogones correspondientes y pequeños taburetes de madera la rodeaban. Al otro lado de la cocina se encontraba una mesa de cristal con seis sillas que supuse era la mesa del comedor. Detrás de esta había dos puertas de cristal del techo al piso que daban a la terraza.
CarolBien, esto es lo que sé de la familia Cox según me contó mi madre y Google, no pude evitar buscar información sobre él.«Oye, es lógico.»Si tu madre comienza a verse con un hombre, cualquiera en mi lugar hubiera buscado los trapos sucios o cadáveres en el armario, ¿verdad?¿Cómo se llegaron a conocer David y mamá?Pues, al igual que mostraba la fotografía que vi en la pared de las escaleras, David Cox estuvo casado con Anna Weitz. Si, la heredera de la gran fortuna Weitz, empresas, hoteles, restaurantes, todo cuanto poseían sus padres, los cuales fallecieron hace mucho tiempo.Durante veinte y dos años estuvieron casados, su amor venía desde la universidad, pues ambos estudiaban medicina. Cuando llevaban siete a&ntild