Carol
Domingo, 8 de enero de 2017.
—Pero bueno, si pareces otra persona. —¡Wow cambio radical!
—¿Te gusta? Estuve un poco indecisa, pero mi prima Valentina me convenció de un cambio de look —lució Betty, mientras daba una vuelta delante de mí, exhibiendo su nuevo corte y color de cabello.
Luego de unas excelentes vacaciones, al menos para mí, ya estábamos de vuelta en la escuela. Estaba desempacando cuando entró este terremoto loco por la puerta de mi habitación.
—Te quedó hermoso, me encanta —alagué sentándome en mi cama y ella a mi lado. Se había teñido de rubio y lo había cortado un poco también, le quedaba estupendo.
—Tú no tienes ningún cambio visible, pero no paras de sonreír, ¿qué ha pasado? —preguntó curiosa chocando mi ho
AlexLunes, 20 de febrero de 2017. —¡Despierta Bella Durmiente, ya salió el sol! —Una molesta y ruidosa voz habló a mi oído, despertándome del sexi sueño que estaba teniendo con Carol. «Maldito sea.»—¿Eres tú, mi príncipe? —pregunté con voz chillona decidido a seguirle el juego.—Que bien me conoces cariñito, aquí está tu macho. —¿Tu macho? Y se ríe el idiota.—¿Vienes a darme el beso del amor verdadero? —Esta vez saqué la cabeza de debajo de las sábanas para poder ver al ʺpríncipeʺ. Estaba delante del espejo como siembre.—Ya quisieras gilipollas. —«Ja, ingenuo.»—Mis labios son una delicia bebé, si no me crees, pregúntale a Carol. —Derek volteó hacia mí con cara
CarolJueves, 16 de marzo de 2017.—¡Carol, espérame! —gritó Betty a mis espaldas a la vez que unas pisadas apresuradas me seguían por el pasillo central de la escuela.—Vamos Betty, quiero ver el anuncio —apresuré a mi amiga que, agitada, llegaba por fin a mi lado.—¿Cuál es la urgencia? Estaba haciendo pis en el baño cuando recibí tu mensaje. —Se quejó.—¿No sabes? —Solo negó con la cabeza—. Marcos me dijo que habían publicado un anuncio en la pizarra. Dice que es una convocatoria para ser alumno de intercambio internacional.—Oh, ¿de verdad? —preguntó asombrada, asentí.—Dice que esto lo hacen todos los años. Publican el anuncio, ofreciendo el lugar para ser alumno de intercambio internacional con la Universidad de Harv
AlexNo, no…No puede ser…Yo no lo hice…—¡Hey, mira para adelante chico! —Una voz me gritó llamando mi atención. Levanté la vista del volante para ver un auto mal estacionado justo delante de mí— Casi chocamos imbécil. —El hombre dentro del auto seguía gritándome, pero apenas escuchaba su voz.Mi mente estaba ocupada tratando de recordar, mi cerebro estaba exprimiéndose a sí mismo para sacar los recuerdos de donde sea que estuviesen escondidos, pero fue imposible. Misteriosamente los había perdido, todos los recuerdos del día en que cumplí quince años, los había perdido.Nunca pasaría por mi mente lastimar a Derek o a Betty, arruinar su felicidad.¿Por qué lo haría?No tiene sentido en mi mente, yo amo a mi hermano, su f
CarolMiércoles, 22 de marzo de 2017.—Alex, por favor, contesta a mis llamadas cuando escuches este mensaje. Estoy preocupada, por favor. —Pasé mis manos por mi cabello por millonésima vez en una hora. Este era el mensaje número quinientos que le enviaba a Alex, todos sin respuestas.—¿Dónde puede estar, Derek? —pregunté una vez más.—Lo siento Carol. Ya revisé en todos los lugares que solíamos frecuentar, las cafeterías, el gimnasio, incluso el parque donde solíamos correr en las mañanas. Le dejé una fotografía suya y mi número de teléfono a cada encargado de esos lugares, por si lo veían me avisaran con urgencia. Pero nada, no hay resultado —explicó Derek que se paseaba de un lado a otro en la sala de estar de nuestro apartamento.—¿Y no ha vuelto a comunica
CarolMiércoles, 29 de marzo de 2017.—Carol, ¿me puedes escuchar? —¿Qué? ¿Quién habla? Escuchaba una voz lejana que me llamaba.—Carolina, ¿me puedes decir cuál es tu apellido? —¿De qué habla esa voz lejana en mi subconsciente?—Carol, cariño, abre los ojos mi amor. Mamá está aquí contigo, por favor. —Ahora escuchaba una voz que lloraba, esta voz la había escuchado varias veces antes, siempre estaba llorando.—Oye bella durmiente, ¿hasta cuándo piensas dormir? El mundo te necesita, ¿sabes? —Otra voz, otra voz que siempre me hablaba.—Alex sigue desaparecido Carol, y tú no despiertas. Estoy perdiendo la mente Carol, me estoy volviendo loco. Oh, Anna, te necesito tanto. —Esta voz, también la había escuchado varias veces. Casi
CarolUn mes después. Martes, 2 de mayo de 2017.—Que bien se siente el sol en mi piel. Lo amo —dijo la voz de mi amiga a mi lado, que, una vez más, expresaba su amor por el sol. Yo solo pude reír.—Sí, es agradable —estuve de acuerdo mientras acariciaba mi pancita de tres meses. Apenas si se notaba un ligero cambio, pero yo podía sentir a mi bebe dentro de mí.Estábamos mi amiga y yo, vistiendo trajes de baño y protector solar, en la piscina de mi casa, o la casa de David, que ya sentía como mía. Hoy, decidimos tomarnos el día libre de la escuela y los estudios, para pasar un tiempo entre amigas, disfrutando de la naturaleza.Ya no estudiamos en Harvard, demasiados recuerdos dolorosos acumulados en esa escuela, además, debido a todos los acontecimientos de las últimas semanas, necesitaba estar cerca de mi familia.
CarolQuerido Diario:Este diario me lo ha regalado mi madre, tal vez para que pueda desahogarme en sus páginas, descargar los sentimientos encontrados y la frustración.Tal vez porque sabía que la noticia que me lanzó a la cara como si yo fuera de plástico y no corriera el riesgo de romperme, lo que sí que hizo, me afectaría demasiado y necesitaría un escape para respirar.Tal vez porque se sentía un poco culpable, porque me vio llorar como hacía mucho no lloraba y le trajo recuerdos.Tal vez porque… malditamente no lo sé, pero lo utilizaré de todas formas. Así que… ¿Por dónde empiezo?Bueno, contaré un poco sobre mí, como una introducción. Si algún d&iac
CarolSábado, 29 de agosto de 2015.—¿Carol? Cariño estoy hablando contigo. —Escuché como la voz de mi madre me hablaba a la distancia.Unas manos delicadas me tomaron la cara por ambos lados volteándola y quitándome las vistas del hermoso paisaje de edificios antiguos y calles atestadas de personas en movimiento que estaba contemplando. Los ojos azules de mi madre, los cuales había heredado, me miraron con preocupación.—¿Ocurre algo? —preguntó.—No, tranquila, todo bien. —Forcé una sonrisa falsa en mi cara, para que se tranquilizara.La conocía, sabía que comenzaría una vez más con el mismo discurso de que debíamos seguir adelante, que papá estaba protegiéndonos desde el lugar donde se encontrara, que &eac