CarolMiércoles, 29 de marzo de 2017.—Carol, ¿me puedes escuchar? —¿Qué? ¿Quién habla? Escuchaba una voz lejana que me llamaba.—Carolina, ¿me puedes decir cuál es tu apellido? —¿De qué habla esa voz lejana en mi subconsciente?—Carol, cariño, abre los ojos mi amor. Mamá está aquí contigo, por favor. —Ahora escuchaba una voz que lloraba, esta voz la había escuchado varias veces antes, siempre estaba llorando.—Oye bella durmiente, ¿hasta cuándo piensas dormir? El mundo te necesita, ¿sabes? —Otra voz, otra voz que siempre me hablaba.—Alex sigue desaparecido Carol, y tú no despiertas. Estoy perdiendo la mente Carol, me estoy volviendo loco. Oh, Anna, te necesito tanto. —Esta voz, también la había escuchado varias veces. Casi
CarolUn mes después. Martes, 2 de mayo de 2017.—Que bien se siente el sol en mi piel. Lo amo —dijo la voz de mi amiga a mi lado, que, una vez más, expresaba su amor por el sol. Yo solo pude reír.—Sí, es agradable —estuve de acuerdo mientras acariciaba mi pancita de tres meses. Apenas si se notaba un ligero cambio, pero yo podía sentir a mi bebe dentro de mí.Estábamos mi amiga y yo, vistiendo trajes de baño y protector solar, en la piscina de mi casa, o la casa de David, que ya sentía como mía. Hoy, decidimos tomarnos el día libre de la escuela y los estudios, para pasar un tiempo entre amigas, disfrutando de la naturaleza.Ya no estudiamos en Harvard, demasiados recuerdos dolorosos acumulados en esa escuela, además, debido a todos los acontecimientos de las últimas semanas, necesitaba estar cerca de mi familia.
CarolQuerido Diario:Este diario me lo ha regalado mi madre, tal vez para que pueda desahogarme en sus páginas, descargar los sentimientos encontrados y la frustración.Tal vez porque sabía que la noticia que me lanzó a la cara como si yo fuera de plástico y no corriera el riesgo de romperme, lo que sí que hizo, me afectaría demasiado y necesitaría un escape para respirar.Tal vez porque se sentía un poco culpable, porque me vio llorar como hacía mucho no lloraba y le trajo recuerdos.Tal vez porque… malditamente no lo sé, pero lo utilizaré de todas formas. Así que… ¿Por dónde empiezo?Bueno, contaré un poco sobre mí, como una introducción. Si algún d&iac
CarolSábado, 29 de agosto de 2015.—¿Carol? Cariño estoy hablando contigo. —Escuché como la voz de mi madre me hablaba a la distancia.Unas manos delicadas me tomaron la cara por ambos lados volteándola y quitándome las vistas del hermoso paisaje de edificios antiguos y calles atestadas de personas en movimiento que estaba contemplando. Los ojos azules de mi madre, los cuales había heredado, me miraron con preocupación.—¿Ocurre algo? —preguntó.—No, tranquila, todo bien. —Forcé una sonrisa falsa en mi cara, para que se tranquilizara.La conocía, sabía que comenzaría una vez más con el mismo discurso de que debíamos seguir adelante, que papá estaba protegiéndonos desde el lugar donde se encontrara, que &eac
CarolUna hora después ya había terminado, tomé un baño y llevando puesto un vestido veraniego un poco corto, pero cómodo, y unas sandalias. Recogí todo mi cabello negro y lacio, herencia de papá, en una coleta en lo alto de la cabeza y me dispuse a bajar a la cocina con ganas de beber algo frío, estaba sedienta.Efectivamente, como sospechaba, detrás de las pequeñas puertas se encontraba una enorme cocina, decorada de blanco y marrón oscuro, como el resto de la casa.Una gran encimera de mármol negro daba la bienvenida, con su horno, fogones correspondientes y pequeños taburetes de madera la rodeaban. Al otro lado de la cocina se encontraba una mesa de cristal con seis sillas que supuse era la mesa del comedor. Detrás de esta había dos puertas de cristal del techo al piso que daban a la terraza.
CarolBien, esto es lo que sé de la familia Cox según me contó mi madre y Google, no pude evitar buscar información sobre él.«Oye, es lógico.»Si tu madre comienza a verse con un hombre, cualquiera en mi lugar hubiera buscado los trapos sucios o cadáveres en el armario, ¿verdad?¿Cómo se llegaron a conocer David y mamá?Pues, al igual que mostraba la fotografía que vi en la pared de las escaleras, David Cox estuvo casado con Anna Weitz. Si, la heredera de la gran fortuna Weitz, empresas, hoteles, restaurantes, todo cuanto poseían sus padres, los cuales fallecieron hace mucho tiempo.Durante veinte y dos años estuvieron casados, su amor venía desde la universidad, pues ambos estudiaban medicina. Cuando llevaban siete a&ntild
AlexQuerido hijo de puta:Buena entrada para esta mierda de diario que me ha regalado mi padre, junto a la emocionante noticia, «nótese el sarcasmo, por favor», de que se va a casar de nuevo.Bien, hagamos una pausa aquí. Soy Alexander Cox, Alex, hijo de David Cox y Anna Weitz.Esa es mi madre, solo esa y nadie más. Murió hace solo dos años, dos jodidos cortos años. ¿Y David ya está pensando en su próximo coño?Joder, lo quería matar, lo quería malditamente asfixiar con mis propias manos. Pero además de eso, las trae a vivir a la casa, y tiene la desfachatez de comunicármelo una semana antes.«Lindo.»Sé quiénes son esas dos, sé lo que quieren, sé por qu&eacu
Carol—Y esta es la Biblioteca, aquí vienen los alumnos a leer, estudiar, buscar información, tanto en los libros como en las computadoras —dijo Betty, mientras pasábamos delante de unas enormes puertas de madera y seguíamos caminando por un largo pasillo que daba al estacionamiento.Así culminaba nuestro recorrido por este laberinto al que llamaban escuela. Me había perdido en el tercer edificio, cuando mi memoria dejó de recordar después del aula número mil. Lo bueno de esto es, que el último año tenía su propio edificio aparte, con todas las clases y aulas de especialización en el mismo lugar.Pero la verdad es que esta escuela era una maravilla, lo tenía todo, desde laboratorios físicos y químicos hasta aulas de música, arte y pintura, campo de fút