Tano:Desperté luego de la llorada qué me solté anoche, muchos dirán que soy un mariposa por llorar, pero los hombres también tenemos derecho de hacerlo.El sol se coló por las ventanas de la suite, ella estaba dormida, era ver a mi hija durmiendo, misma cara, mismos sonidos.Obviamente me levante y me duche, cuando iba a salir del baño, ella ya estaba de pie, vomitando todo, me enrolle una toalla y le recogí el cabello, espere a que parará y le ayude a bañarse, su cuerpo era más huesudo, pero no dejaba de estar preciosa, puede ser que el embarazo la tuviera así de desmejorada, pero no era normal.Recuerdo las dos noches en las que la hice mía, no lucia así, pero era demasiado estúpido preguntar.—¿Consumes alguna droga?—Fue lo primero que pregunté.Ella sonrió y asintió con la cabeza.—Morfina para el dolor, de vez en cuando—enjuago su rostro y su boca, mientras le ayude a salir.Ella no dejaba de ver mi cuerpo, y estaba molesto, con Catalina y por querer alejarme, si ella me hubiese
Catalina:Mi corazón se había quebrado en pedazos, no deje a bodoque hasta que Cayetano volviera, la noche la había pasado con Pilar… Me hizo daño, aunque estoy yo ya lo sabía, pero no pensé que fuese a hacerlo.Me levante a desayunar, bañe a bodoque y la puse hermosa, mientras que Raquel terminaba de acomodar mis maletas, de hecho era solo una y las cosas que había comprado la tarde anterior con las chicas, porque si volvía a Madrid, volvería con todo lo bonito que había hecho acá y también con lo material, me sentía llena y a la vez vacía, porque dejaba al amor de mi vida para que hiciera feliz a la madre de su bebé, ellos merecían compartir y darle un hogar a María Elvira.—Mi niña, ya esta listo—espeto Raquel, con sus ojos apagados.—Gracias Raquelita, me iré antes de que él regrese… cuídame mucho a la princesa, yo estaré encargándome del trabajo y la bienvenida para Pilar.—¿estas segura que Pilar regresará a Madrid junto con nosotros?—es lo más probable Raquel, yo espero que si
Pilar:Exactamente sabía que estaba pasando, aunque la colombiana haya cedido su felicidad para mí, tenía bien sabido que él la amaba a ella, y eso se podía notar hasta en la forma de respirar.Viajamos junto con mi hija hacia Madrid, Janice se fue con nosotros y por lo tanto, a Tano le tocó equipar una de las casas que su padre había puesto a su nombre, una hermosa y extravagante casa en el barrio de Salamanca, y adoptando también un perro; una de tantas cosas que adjunte a mi lista de cosas que deseaba antes de morir.Mi hija era una hermosura, regordeta y con cinco meses muy bien cumplidos, aunque a dos semanas ya cumpliría los seis y sabía que aunque me quedara poco tiempo, lo iba a gozar al máximo.—Necesito que por favor, organices la boda, esta semana me voy de viaje para Italia, debo cerrar unos proyectos con una empresa textil, no tiene nada que ver con mi padre, es asunto mío. Por favor, algo que tú y la bebé necesiten, llámame o llama a Raquel. Marina estará atenta a ustede
Catalina:Empecé a reír, Pilar me había hecho la pregunta más hermosa de mi vida, pero aun no tenía el placer de convertirme en madre. Yo, de por sí, era demasiado llorona, así que tomé sus manos y le empecé a explicar.—No, aún no se me concede ese deseo. Yo soy muy chillona por que aja.—¿ajá que?—Aja, soy así, muy sentimental. Perdóname.—no debo perdonarte nada Lina.—Bueno, debo irme, prometo mandarte mañana información sobre la boda y la fiesta, espero te guste todo.—Gracias Lina, cuando esté en el paraíso, prometo hablarle al eterno de ti…—me reí y me despedí de ella, yéndome con mi dolor.Marina se despidió de mí y siempre me recordé que me llamara a la hora que fuera si había algún problema con las chicas. Sabía que Cayetano ha Irá ido a Italia a arreglar unos temas de su papá, y de paso, viajar a Lisboa para contactar a uno de los mejores oncólogos y así prolongar la calidad de vida de Pilar, sabía que ese Madrileño era de buen corazón, borracho y tóxico, tal vez, pero así
Catalina:Se acercaba la boda y la presentación en sociedad de la pequeña, Pilar y Cayetano tenían que presentarse como la familia feliz y borrar el escándalo de la llegada no planificada de María E.Mi madre me había organizado unos días en Santa Marta, volver.Me tocaba volver para tratar de canalizar mis emociones, mis sentimientos y lo que conllevaba separarme de Cayetano Rodríguez, sé que tuve culpa, pero no podía ser egoísta con Pilar, menos con Bodoque, Sarita estaba en una encrucijada también y llevaba días extraña. Por otra parte, Nath ya se había recuperado de la paliza que casi lo hace dormir para siempre, Cayetano no quería verlo ni en pintura y era para menos, mientras que Constanza se encontraba nuevamente al pie del cañón… trato de sabotear el vestido de novia de Pilar, se entero que Cayetano se casaba y que no era ni conmigo y la agarro contra rubiales, armando tremendo tropel el día de la serenata qué Tano le hizo a Pilar…Flashback:“—Malagueña… salerosa, eres linda
Tano:Soy del aire, no soy de nadie. Me case en el mismo instante en el que presente en sociedad a mi hija, Pilar lucia hermosa, un vestido blanco sobrio, mi hija como un copo de nieve, pero, mi felicidad no era la que deseaba, porque definitivamente con la mujer que me case, no era Catalina, mi colombiana de ojos saltones.No se había presentado a ninguna de las dos festividades y era entendible, en parte.Mi padre estaba un poco confundido, pero sabía que entre Raquel y Marina lo pondrían al tanto, las personas que llegaron recibieron muy bien los acontecimientos, entre todos ellos; Nathan estaba ahí, decidido a hablar conmigo. Acepte verlo y hablar con él en cuanto pilar iba acompañada de Marina y bodoque saludando en las mesas, ya habíamos hecho esto oficial y sólo faltaba que mi corazón sanará.Caminamos hacia una de las habitaciones privadas del lugar y me pidió perdón, empezando con que él estaba enamorado de Pilar desde que la vio, y que en ningún momento había querido dañarme
Catalina:En el vuelo antes de la muerte de Pilar:No salía de mi cabeza, su recuerdo aún me pesaba en el alma y en el corazón, en cuanto yo aborde ese avión para Santa Marta, iba con el corazón roto, aunque yo misma sabía que yo tenía el control de la situación y saber que Pilar era feliz, valía la pena todo lo que había hecho y tarde o temprano Cayetano lo entendería. —¿Podría sentar aquí al señor Abadallah?—preguntó con tremenda cara de susto la azafata, mientras que un hombre altísimo, como del mismo porte de Tano, sumándole una cabeza más de altura, estaba furico, se le podía notar en la respiración agitada y en el movimiento de sube y baja de su ancha espalda.—¡Claro, no hay problema de mi parte!—le regale a ella una sonrisa y, aliviada, le indico al señor que se sentará a mí lado, cuando este iba a protestar, se dio la vuelta para verme.Un hombre de rasgos muy diferentes a un latino o europeo, su boca y nariz perfecta, su piel azúcar morena, una exquisita barba y unos ojos m
Tano:En las noches pensaba en todo lo que me había pasado en tan corto tiempo, una bebé, quien solo veía como pasaban cosas y no entendía el porqué.Yo tampoco sabía porque esto me pasaba, me había convertido en padre, en prófugo del amor y en viudo, en corto tiempo y enferntandome a mil demonios, al miedo que desprendía mi ser por todo lo que había pasado, y ahora con esto.Sólo me quedo juntar las manos sin separarlas, hincarme a la santa Macarena y pedirle por ese amor que tenía rezagado en mi corazón y quería desprender, porque quise a mi esposa, pero amaba a Catalina y ella ya había encontrado a un hombre que de por vista encima, se veía que era estable y que también se moría por ella, que podía darle el mundo entero y, aunque tal vez yo también, mi pensamiento bohemio había regresado… querer tomar la guitarra y vagar en distintos lugares, sin responsabilidades, sin dolores ni preocupaciones… pero era al contrario, era donde debía agarrar más fuerza y terminar de criar a mi hija