— ¡Zeynep! —escuché mi nombre en un grito, no tardé mucho para sentir como se abalanzaba hacia mí.
Mi espalda.
—Creí que ya habíamos hablado sobre esto —recordé, haciendo referencia a su delicada forma de saludar—. Terminaré sufriendo de dolores de espalda al terminar la carrera, por Alá que no suceda, necesito estar sana.
—No te vi en todas las vacaciones —reprochó Emma, bajándose y dejando libre mi espalda, lo cual agradecí internamente—. Deja tu dramatismo, ese es mi saludo donde te expreso cuanto te extrañé estas vacaciones.
—También te extr… —Una voz mucho más fuerte me interrumpió.
—Hoy te llevaré yo. No te vayas a tardar, odio esperar —parpadeé varias veces asimilando la situación en la que nos encontrábamos.
Era Noah.
Noah detrás de mí.
Noah lo suficientemente cerca como para sentir el calor que emanaba su cuerpo y el olor de su colonia, mi olor favorito.
Era la primera vez que estábamos tan cerca, mis piernas parecían gelatinas.
—Pensé que Ethan me llevaría —Emma me miró extraña, trataba de decirme algo, pero no entendía.
Era mala para las señas.
Me moví un poco, no quería estar tan cerca suyo al voltearme…tal vez no lo soportaría y me caería.
Sí, así de patética.
—Cambio de planes, no te vayas a tardar.
Como siempre no se había percatado de mi presencia, lo observé hasta que dobló una esquina y desapareció.
Esta situación ya era algo más allá de la friendzone, considerando que ni siquiera éramos amigos, esto era la mismísima nada.
—Deberías permitirme decírselo, todo sería distinto si él lo supiera —oí a Emm decir a mi lado.
Negué levemente.
—No cambiaría absolutamente nada si lo supiera—expliqué, retomando el camino a la primera clase del día.
Bioquímica
[…]
—Quiero nuevas vacaciones, las exijo —reí sin poder evitarlo—. Demasiados libros por leer.
—Recién empezamos semestre y tú ya quieres vacaciones —negué sonriendo—. Eres imposible Emma Lambert. Debiste de haber elegido otra carrera.
—La medicina es una carrera agotadora, lo sabía desde pequeña al ver a mamá y a mis tíos, pero, es algo que he querido estudiar desde que tengo memoria —la miré de reojo, notando como su mirada se perdía—. Es frustrante cuando no puedes ayudar a una persona que amas.
— ¿A quién?
Detuvo su andar y me observó, su mirada era demasiado intensa e intimidante, me recordaba a la del señor Lambert.
—A Noah.
— ¿Por qué? —pregunté de inmediato.
Todo lo que pasaba con Noah me importaba y esto era algo que desconocía.
—Es algo muy personal para él, no puedo decírtelo —asentí entendiendo, tal vez más adelante lo sabría—. ¿Y tú por qué elegiste medicina?
Retomamos el camino mientras pensaba en una respuesta convincente.
—Me encanta ayudar a la cantidad de personas posibles y ahora poder salvar una vida, es algo grande y quiero ser parte de ello, aunque implique muchas responsabilidades.
—Es algo muy lindo, tenemos que ayudar a este mundo de m****a —fruncí mi ceño al escucharla—. Lo siento, sé que no te gustan las malas palabras, pero es inevitable no decirlas.
—Estoy en otro país y es una cultura diferente, me terminaré acostumbrando, tranquila —me encogí de hombros despreocupada.
— ¿En tu casa nunca decían malas palabras? —Negué—. ¿Ni una?
—Vine a escuchar la primera mala palabra acá en Francia, mis padres son muy estrictos, ya te podrás imaginar mi educación.
—Casi nunca hablas de tus padres, por no decir nunca —empecé a incomodarme por el rumbo de la conversación, siempre pasaba lo mismo cuando alguien tocaba el tema de mi familia. Aun no me sentía lista para hablar con la verdad—. He notado que tienen una mala relación, espero que en estas vacaciones que pasaron hayan podido mejorarla.
Tener que hablar de mis padres me ponía nerviosa a tal punto de tener las manos sudorosas. Quería contarle toda la verdad, pero sabía que no era el momento. Si habría pasado las vacaciones con mis padres, no estaría aquí en Francia.
—Es que me haría rec...recordarlos y me pondría triste, son muy estrictos, pero son buenos, soy su única hija y sé que me quieren y tal…
—Espera —me interrumpió de repente—. ¿Me lo dices a mi Zeynep? Porque pareciera que te estuvieras auto convenciéndote a ti misma.
Odiaba que Emma fuera tan cuidadosa, detallista, minuciosa e inteligente con todo. Nunca podía pasar por desapercibido alguna situación o palabra que saliera de mi boca para ella…y lo peor, nunca se callaba absolutamente nada.
Pero aun así la amaba mucho.
—Te-Tengo que irme —comenté segundos después al no encontrar respuesta a su preguntó. Sí, me auto convencía a mí misma, cosa que usualmente lo hacía—. Tengo un compromiso y llegaré tarde.
Que Alá me perdonara por tantas mentiras. —pensé para mis adentros.
—Quedamos en que hoy irías a mi casa —recordó confundida—. ¿Ya no quieres ir?
—Claro que sí, pero no puedo debo ir al compromiso—mi intento de justificación era un asco.
— ¿Sabes que soy muy buena leyendo a las personas? —asentí—. Entonces iremos a mi casa y no volveré a tocar el tema de tus padres. ¿Te parece?
Veces como esta adoraba esa cualidad que poseía Emma, sabia cuando debía detenerse y justo ahora era ese momento
—Vamos, Noah nos está esperando —me detuve abruptamente al recordar ese gran detalle, hoy era él quien la llevaba.
No podía estar en un lugar tan pequeño, a pocos metros del. No era yo misma y ese día lo había confirmado.
Sin darme cuenta había empezado a caminar y me encontraba subiendo a su auto.
Estaba en el auto de Noah Lambert…
Era la primera chica en esta universidad aparte de Emma que se subía a su auto. Esto era un gran avance y me sentía completamente feliz, creo que estaba a nada de ponerme a reír sin razón alguna.
Bueno, si había una razón.
—Pensé que solo eras tú —su comentario me trajo de nuevo a la realidad—. No subo a mi auto a desconocidas… que se baje.
Abrí exageradamente mis ojos, era muy bueno para ser realidad claramente.
—Noah no empieces —Demandó Emma.
— ¿Por qué no te bajas? —me preguntó directamente a mí, estaba mirándome por el retrovisor. Quedé helada en mi lugar, esa no era la mirada con la que muchas noches había soñado que me daría, estaba lejos de serla—. ¿Acaso no escuchaste niña?, ¿eres sorda?
Parpadeé varias veces evitando que las lágrimas que querían salir, no lo hiciera, sería humillante para mí.
Este es el momento donde te bajas y sales corriendo —dijo mi subconsciente.
Era justo lo que haría, pero mis piernas tenían una desconexión con las órdenes que mi cerebro mandaba.
—Deja de ser tan estúpido con mi mejor amiga Noah—le riñó, empezando a enojarse—. Ella no se bajará, no quiero volver a escuchar que le digas algo como eso. Por una vez en tu vida sé amable con una persona que no pertenezca a tu entorno.
Noah no dijo nada, solo arrancó.
Su mirada era neutra y desde mi asiento podía ver como apretaba el volante fuertemente. En el aire se respiraba una tensión abrumadora.
—Oye para aquí, tengo que bajarme —dijo unos minutos después, la miré confundida. ¿Qué estaba pasando? —. Papá me necesita en la empresa, ustedes vayan a casa, los alcanzo más tarde.
—Emma —susurramos Noah y yo al unísono.
La susodicha se rio mientras abrió la puerta. Hizo un gesto de que saliera rápidamente y así lo hice. No podría estar en ese auto a solas con él, en la primera oportunidad me tiraría.
—Gracias —murmuré.
—Aun no me des las gracias Zeynep Aslanbey, aún no he hecho nada por ti —arrugué mi ceño empezando a considerar de nuevo la idea de irme corriendo—. Noah —lo llamó—. Se bueno con Zeynep.
Me empujó adentro del auto, quedando esta vez en el lado del copiloto. Le rogué con la mirada que no lo hiciera, pero solo siguió con su sonrisa diabólica y se fue.
Después que pusiera nuevamente en marcha el auto, llevé mis manos a mi regazo, limitándome a respirar muy suavemente. Fueron los peores quince minutos de mi vida. Sí, había contado cada segundo y minuto que pase encerrada en su auto. Estaba tan rígida que creía que me compararía en ese momento con un bloque de cemento.
Cuando aparcó, me apuré en salir cuanto antes, cuando pensé que ya podía respirar tranquila su mano me detuvo.
Nuestro primer contacto.
—Zeynep —mi corazón golpeó fuertemente contra mi pecho al escuchar mi nombre salir de sus labios, nunca antes me había gustado tanto mi nombre como en este momento.
—S-Si.
—Aléjate de mi familia, aléjate de mi hermana —me volteó abruptamente. Quedamos cara a cara y ambos nos alejamos de inmediato.
—No entiendo —dije.
—Sé la clase de persona que eres, no dejaré que utilices a mi hermana para tus estúpidos planes.
— ¿Qué clase de persona soy? —pregunté a nada de ponerme a llorar, la forma en que me miraba era como si fuera la peor persona de este mundo. Estaba equivocado.
—No te hagas, sé que detrás de esa cara de niña ingenua se encuentra una víbora en busca de dinero y quien sabe que otras cosas más —insinuó lo último.
Un gemido de dolor brotó de mis labios, ¿Cómo era posible que pensara eso sobre mí?
—Te equ-equivocas, no soy así —musité, sintiendo como lágrimas recorrían mis mejillas, mi vista se nubló poco a poco—. Por favor no pienses eso de mí.
— ¿Piensas que llorando me convencerás? No soy estúpido como mi familia, sé que quieres algo de nosotros, sé que deseas algo y te juro que no lo lograras.
—No es lo que piensas —traté de hacerlo entrar en razón.
— ¿Qué es lo que quieres? —Se acercó y me agarró por los brazos—. Dímelo Zeynep.
A ti —pensé.
—No quiero nada —siempre deseé que su mirada estuviera puesta en mí, pero ahora que sucedía, lo único que podía desear era que la retirara. Me partía el alma ver como esos cielos me observaban con aborrecimiento.
—Lo interesada se te nota a miles de kilómetros Srta. Aslanbey
—Usted no se queda atrás Sr. Lambert, la insensibilidad para tratar a las personas y lo estúpido que es, es algo que —me detuve cuando me di cuenta que acaba de llamarme por mi apellido.
— ¿Cómo sabes mi apellido? —pregunté.
Él frunció su ceño y se separó cuando escuchamos el sonido de un auto, ambos volteamos a ver quién era.
—Aléjate de mi familia —fue lo último que dijo antes de irse a paso rápido haciendo caso omiso a los gritos de advertencia del Sr. Lambert para que se detuviera.
¿Por qué había tenido que venir? Después de que Noah entrara y el Señor Gabriel me preguntara más de mil veces la razón de mis lágrimas y yo le asegurara que el motivo no era su hijo, pasamos adentro a esperar a su esposa Anna y a los demás para pasar a comer.Él me contó su día y como algunos de sus incompetentes empleados lo sacaban de quicio, palabras del, no mías; Por otro lado, yo también le conté mi día en la universidad, y como Emma me iba a dejar con dolores en mi delicada espalda.Ahora todos los miembros de la familia Lambert se encontraban en el comedor y por desgracia me encontraba acompañándolos.— ¿Por qué no te comunicaste con nosotros en las vacaciones Noah? —preguntó Anna, rompiendo con el inquietante silencio—. Hoy es la primera vez que te veo después de dos meses, se supondr
POV EthanTodos nos quedamos mirando a Noah marcharse y a Zeynep saliendo a paso rápido detrás de él.— ¿De que hablaba mi hermano? —pregunté.Papá inmediatamente dirigió su mirada a mí, por un instante me arrepentí el haber preguntado, no era un buen momento para hacerlo.—No te concierne lo que hablaba Noah.Me acababa decir entrometido en pocas palabras.—Es mi hermano, todo lo que pasé con él me importa —expresé en un tono fuerte, Emma agarró mi mano por debajo de la mesa evitando justo lo que estaba por venir—. ¡¿Acaso tú y mi abuela son la razón por la cual Noah estuvo en coma?! ¡Qué le hicieron! Confiesa.Tarde.Como si fuera activado algo en él, caminó hacia mi puesto levantándome, alzó su mano para gol
Resoplé frustrada al ver que no había ningún trabajo que se ajustara a mis horarios disponibles. La situación se empezaba a tornar cada vez más dura y me negaba a utilizar el dinero de mi tarjeta, utilizarlo sería un suicidio. Mis padres se enterarían en donde estaba y todo sería… ¡Por Alá!, eso no podía suceder.Trabajaba en algo que jamás pensé me ayudaría, la danza árabe, tenía que agradecerle a mi tía por enseñarme. Tenía dos trabajos en dos academias distintas enseñando, pero una de ellas no necesitaba más de mis servicios y de eso hace dos semanas ya.Tenía dinero reunido, pero no era lo suficiente, con lo de los materiales que se requerían en mi carrera me había gastado casi todo. Hace unos días tenía que haber pagado la renta de mi departamento y aun me faltaba...todo.
Caminaba de un lado a otro sosteniendo fuertemente mi teléfono entre mis manos, temía que, si no lo hacía, se caería debido a los fuertes temblores que tenía en todo mi cuerpo."No puede ser posible"Me repetía una y otra vez mientras recordaba aquel mensaje en donde mi prima hermana Elif, decía que mis padres sabían que me encontraba en Francia.¿Cómo lo habían descubierto?, lo sabría en unos minutos cuando Elif me llamara.Sabía que era cuestión de tiempo para que se enteraran, que mi pequeña burbuja donde me había refugiado iba a ser reventada tarde o temprano por ellos, yo lo sabía, pero…nunca me imaginé que sería tan pronto.Di un salto cuando mi celular vibró entre mis manos, el nombre de Elif apareció en él.—La paz sea contigo —saludó.&mdas
POV NOAHUna media sonrisa brotó de mis labios al terminar de cantar say you won't let go, esta canción me identificaba en estos momentos.Abrí los ojos de golpe al darme cuenta que los había cerrado por más tiempo del que podía tolerar, la sorpresa fue grande cuando vi a Zeynep observándome.¿Cuánto tiempo lleva ella ahí?— ¿Acaso tus padres no te enseñaron a no espiar a las personas? —Pregunté, dejando la guitarra a un lado—. Te hice una pregunta, responde.Me levanté de mi cama y fui hasta ella.—Y-Yo…esta…pasaba…y —deseé reírme en su cara por lo estúpidamente tierna que se veía nerviosa, pero claramente eso nunca sucedería—. Lo siento.— ¿Qué haces aquí? ¿Acaso no tienes un departament
Me había levantado de buen humor hoy.Mi felicidad fue en aumento cuando al llegar a la universidad me encontré con Paulo... Mi mejor amigo desde que había llegado aquí, lo amaba demasiado, era una muy buena persona y era muy agradecida al tener ese tipo de personas en mi vida.Sus vacaciones eran un poco largas, por eso recién llegaba hoy a la universidad.—Oh Zeynep, te extrañé tanto —me abrazó fuerte, tapándome por completa, era más alto que yo y muchísimo más musculoso. Mis bellos del cuello se erizaron al escuchar el susurro en mi oído—. Estas más hermosa que hace unos meses.Mi cara ardió y sonreí.—Y tú estás mucho más musculoso —me separé, sintiéndome observada de repente. Paulo agarró suavemente mi rostro y me plantó un beso muy cerca a l
No entendía absolutamente nada, todo parecía estar cayéndose a mí alrededor y simplemente no era capaz de hacer algo y de detenerlo.Había pasado una semana realmente difícil, una semana donde fingía que estaba bien cuando por dentro, estaba muriendo poco a poco, mis pensamientos eran confusos, y por primera vez…no sabía qué hacer.¿Qué haces cuando amas tanto a una persona, a tal punto que el amarlo duele?Porque eso era lo que me pasaba con Noah, lo amaba, y aun me preguntaba cómo pasó, como me había enamorado de alguien que no me quería y lo peor, de una persona que antes sus ojos, era completamente invisible.El amor era extraño, libre, el amor no te preguntaba a quién tú desearías amar, el amor era incomprensible, la mejor manera para perder tu cordura.Yo Zeynep Aslanbey, estaba completamente ena
— ¿Acaso has escuchado algo de lo que he leído? —Pregunté un poco enojada—. Es de mala educación no escuchar cuando te hablaban Emma…y más si estamos repasando los apuntes.—Lo sé, lo sé —rodó los ojos dando un bufido de total fastidio—. Solo estoy… ¿crees que sea una perra?— ¿Qué? —musité confundida por el rumbo de la conversación.— ¿Soy una perra? —preguntó de nuevo.—Escuché claramente, pero no veo porqué preguntármelo algo como eso.—Hace unas semanas conocí un chico —arrugó su ceño negando—. Bueno, no lo conocí, solo lo vi y joder es extremadamente caliente.— ¿Qué pasa con ello? —Me acomodé en mi lugar para poner toda mi atención en ella, ca