Caminaba de un lado a otro sosteniendo fuertemente mi teléfono entre mis manos, temía que, si no lo hacía, se caería debido a los fuertes temblores que tenía en todo mi cuerpo.
"No puede ser posible"
Me repetía una y otra vez mientras recordaba aquel mensaje en donde mi prima hermana Elif, decía que mis padres sabían que me encontraba en Francia.
¿Cómo lo habían descubierto?, lo sabría en unos minutos cuando Elif me llamara.
Sabía que era cuestión de tiempo para que se enteraran, que mi pequeña burbuja donde me había refugiado iba a ser reventada tarde o temprano por ellos, yo lo sabía, pero…nunca me imaginé que sería tan pronto.
Di un salto cuando mi celular vibró entre mis manos, el nombre de Elif apareció en él.
—La paz sea contigo —saludó.
—wa alaikum assalam —respondí de inmediato.
—Lo siento prima, traté de hacer hasta lo imposible —me senté de inmediato en el primer mueble que encontré, sabía que no me gustaría para nada lo que venía a continuación—. Saben que te encuentras en Francia, han enviado un investigador privado para dar con tu ubicación exacta, pues al parecer en una de nuestras llamadas obtuvieron un indicio, por esa razón cambié de teléfono.
Cerré mis ojos dejando que mis lágrimas cayeran silenciosamente.
—To-Todo se ha… ac-acabado —susurré ahogada en llanto.
—No —respondió deteniéndome—. Con Dios como testigo, te prometo que haré hasta lo imposible para que mis tíos rompan tu compromiso, yo lo haré.
Sonaba tan confiada que cualquiera le creería, cualquiera menos yo. Era imposible que lo lograra, mi padre ya había firmado el contrato con el presidente para que me casara con su hijo Ömer.
Ömer estaba dispuesto a dar una gran dote, jamás se había visto algo como eso y entre aquella dote, estaba incluido un ascenso al congreso demasiado favorable para mi padre.
¿Por qué?
Querían que no se tuviera duda al respecto y que mejor manera que comprar a mis padres con algo que siempre han amado…el poder. Este compromiso uniría a dos grandes familias y desde años venían preparándolo sin saber.
Después de reunirse con Ömer y firmar el contrato, me habían dado la noticia en compañía de toda la familia, no sabía la razón de aquella reunión y mucho menos sabía que horas antes mi padre se encontraba firmando un contrato de matrimonio, habían acordado la fecha durante cinco meses, cinco meses en los cuales Ömer me había hecho creer que quería mi amistad.
Estaba devastada, mis padres aun vivían en su época donde los matrimonios forzados se veían muy a menudo.
La mañana siguiente toda Turquía se enteraría así que no pude esperar, el mismo día donde supe que mi vida era una mentira decidí huir con la ayuda de mi prima Elif quien había anticipado mis movimientos, pudo retirar una cantidad muy favorable de dinero que me ayudaría a establecerme nuevamente.
Lejos de mi país.
Lejos de mi familia.
Lejos de Ömer.
—Agradezco todos los días a Dios por darme una Prima como tú, Elif —sonreí inconscientemente—. Pero no quiero que me ayudes más, no quiero que tengas problemas con mis padres por mi culpa.
— ¡No puedes pedirme algo como eso! Por Dios, ¿Acaso enloqueciste? —Iba a responder, pero fui interrumpida por ella—. Eres como mi hermana pequeña Zeynep, juré el día en que naciste protegerte siempre.
—Te-Tengo que irme cuanto antes de Francia —dije en voz alta lo que tanto temía.
Pasaron varios segundos en silencio hasta que Elif habló.
— ¿Por qué no te escucho tan convencida? —Suspiré al recordar las razones—. Acaso… ¿Te enamoraste? ¿Zeynep te has enamorado?
— ¡¿Qué?! —casi grité sobresaltada—. Claro que no, solo es… por Emma, ya sabes, la quiero mucho, es como una segunda hermana y no puedo evitar ponerme triste.
— ¿Acaso también por un varón llamado "Noah"? —negué rápidamente, hasta que me di cuenta que no me podía ver.
—No.
—Ohh Dios, mi hermana encontró el verdadero amor —pude sentir la emoción en su voz—. No me mientas, dime la verdad.
Le había hablado un poco sobre cada uno de los hermanos de Emma, pero al parecer no pude ocultar mis sentimientos cuando hablaba sobre Noah.
Resignada le conté absolutamente todo, llevaba mucho tiempo callando mis sentimientos y aunque Emma conocía que tenía sentimientos por su hermano, no lo sabía absolutamente todo.
Elif me escuchó sin interrumpirme, de vez en cuando la escuchaba soltar pequeños gruñidos y chillidos de felicidad.
— ¿Cómo pudiste enamorarte de alguien que ni siquiera es capaz de saludarte? ¿Sus padres no le enseñaron modales? estas mal Zeynep, ese hombre no es para ti.
—Tampoco lo sé, y si, él señor y señora Lambert los educaron muy bien, sus otros hijos son muestra de ello. Sé que él no es así, ¿por qué? tampoco lo sé.
—Aun así, estoy agradecida que te haya ayudado. Lo tendré en mis oraciones a partir de ahora. Que Dios lo prospere y le dé larga vi..
Fruncí mi ceño al escuchar como Elif callaba abruptamente.
— ¿Sucede algo Elif? ¿Por q..
— ¿Con quién estás hablas? —escuché la fría voz de mi padre, haciéndome congelar en mi lugar. Hace mucho tiempo no la escuchaba.
Cuelga, cuelga el teléfono Zeynep —pensé para mis adentros, mi cuerpo no respondía.
—No lo volveré a preguntar, ¿Con quién estás hablando? —la llamada se cortó, podía imaginar el problema que tenía justo en este momento por mi culpa.
Lo siento.
Lo que acababa de suceder era un aviso que tenia que irme cuanto antes de aquí.
[…]
Estaba en casa de Emma, nos encontrábamos en su cuarto. Había pasado tres días desde que había hablado con mi prima y dos días desde que le conté a Emma lo que sucedía. Le conté absolutamente todo, la mejor decisión que pude tomar.
Ella se la pasaba contándome absolutamente todo sobre su vida, se me hacía injusto, aparte de herir nuestra relación, el no contarle era algo que siempre me carcomía por dentro, Alá sabe que lo hacía.
—No te puedes ir Zeynep —expresó en un susurró a mi lado, estábamos acostadas en su cama.
—No me quisiera ir, pero tengo que hacerlo —revelé abatida.
—Tal vez si le pedimos ayuda a mi papá —volteé a mirarla como si estuviera loca—. Mi papá es un empresario muy respetado y tiene muchos contactos, tal vez él podría hacer que tus registros desaparecieran, sería como si nunca hubieras estado acá. No tendrían de donde investigar y se irían.
—No, no quiero involucrar a más personas en esto —negué rotundamente—. Nunca abusaría de la confianza de tu padre.
—Lo haremos, hoy mismo hablaré con él…Por favor, deja que te ayude, no puedo simplemente quedarme sin hacer nada.
Emma era muy convincente cuando se lo proponía, y más cuando te miraba con ojos de cachorritos y un leve puchero que la hacía ver tan inocente y adorable.
—Está bien —respondí rendida, dio un chillido de felicidad y se levantó para hacer su baile de victoria, un horrible baile, solté una carcajada al verla—. Por favor para…Es horrible.
—¿Horrible? —me señaló—. Ya desearías bailar como lo hago yo —la miré alzando una ceja y bufó retractándose—. Está bien, admito que me encantaría bailar como lo haces tú, mueves tus caderas condenadamente bien. ¿Acaso tienes sangre latina?
—Es de familia —respondí simple—. Y no lo sé, ¿Cómo saberlo?
—Siempre he querido preguntarte algo —asentí en su dirección—. ¿Por qué nadie aparte de tus padres y si te llegas a casar, tu futuro esposo, no te pueden ver bailar?
—El Corán i***a a las musulmanas a cubrir lo que es evidente —guardé silencio un momento, recordando el gran texto que mis padres me exigieron que lo memorizara—. Dice: “Y di a las creyentes que bajen la mirada y guarden sus partes privadas, y que no muestren sus atractivos a excepción de los que sean externos, y que se dejen caer el tocado sobre el escote y no muestren sus atractivos excepto a sus maridos, padres, padres de sus maridos, hijos, hijos de sus maridos, hermanos, hijos de sus hermanos, hijos de sus hermanas, sus mujeres, los esclavos que posean, los hombres subordinados carentes de instinto sexual o los niños a los que aún no se les haya desvelado la desnudez de la mujer. Y que al andar no pisen golpeando los pies para que no se reconozcan los adornos que lleven escondidos”.
—Waoo —pronunció Emma, sonreí entendiéndola— Estas en contra de todo lo que llegaste a creer desde pequeña Zeynep… ¿Por qué?
—No estoy en contra, son las reglas y es con lo que viví y lo acepto, pero estar en otro país… en otra cultura, me hizo querer ser alguien diferente a lo que soy, pero conservando mis raíces. Siempre quise utilizar shorts. Siempre quise vivir sin tantas reglas y es justo lo que estoy haciendo y me encanta vivir de esta forma.
—Enseñar danza árabe…No lo…
—No, y todos los días le pido perdón a Dios por exponerme enfrente de tantas personas, pero como yo, hay muchas más musulmanas que pensamos diferente.
— ¿Diferente cómo? —Cuestionó Emma—. Cuéntame todo Zeynep, quiero saberlo.
— Yo soy religiosa, pero no activa, lo era cuando estaba en mi país, bajo el techo de mis padres. Creo en Alá, y en nuestro Gran Profeta Mahoma, pero no leo namaz todos los días. Para mí es más importante rezar a mi manera y hablar con Dios, no solo durante el horario específicamente designado para hacerlo, sino que hablo con Él cuando siento la necesidad. Cuando llegué acá a Francia decidí no usar el hiyab como otros musulmanes activos, pienso que lo más importante es creer con tu corazón, no con tu ropa.
—Tienes toda la razón, no pueden decir que por nuestra forma de vestir somos menos o más. Lo único que importa es tu corazón, tu alma. Hay muchas personas en el mundo aparentando algo que no son.
—Pero, eso no justifica que baile y exhiba mi cuerpo de esa manera…Voy por un vaso de agua…Deberías de tener tu propia nevera, así no tendría que estar bajando.
Emma asintió entre risas, sabía que pronto tendría una en su habitación.
Salí de su habitación, pero una melodía en el fondo del camino me hizo caminar hasta allá.
Me acerqué más a la puerta con duda, era la habitación de Noah y lo último que quisiera era que me viera invadiendo su privacidad.
Él invadió la tuya —dijo mi subconsciente.
La puerta estaba entreabierta y me permitía verlo sentado en la orilla de su cama tocando su guitarra.
Te conocí en la oscuridad
Tú me encendiste
Me hiciste pensar
Que yo era lo suficiente
Bailamos toda la noche
Bebimos demasiado
Sujeté tu cabello hacia atrás
Mientras vomitabas
Entonces sonreíste sobre tu hombro
Y por un minuto, me puse sobrio
Te puse cerca de mi pecho
Y me pediste que durmiera contigo esa noche
Yo dije, ya te dije
Que creo que deberías descansar
Yo sabía que te amaba
Pero nunca lo supiste
Porque actué como si nada cuando tenía miedo de dejarlo todo atrás
Yo sabía que te necesitaba
Pero nunca lo demostré
Pero voy a estar contigo
Hasta que seamos ancianos
Solo dime que no te irás
Solo dime que no te irás
Té despertaré con un desayuno en la cama
Te llevaré café
Con un beso sobre tu cabeza
Y llevaré los niños al colegio
Me despediré de ellos
Y daré gracias a los cielos por aquella noche
Cuando miraste sobre tu hombro
Por un minuto, olvidé que soy mayor
Voy a bailar contigo ahora, sí
Luces bella como nunca
Y juro que a cada día estás mejor
Me haces sentir de esa forma, de alguna manera
Estoy tan enamorado por ti
Y espero que sepas
Querida, tu amor vale más que el peso en oro
Fuimos muy lejos, mi querida
Mira cuanto crecimos
Y voy a estar contigo
Hasta que seamos ancianos
Solo dime que no te irás
Solo dime que no te irás
Voy a vivir contigo
Incluso cuando seamos fantasmas
Porqué siempre estuviste a aquí para mí
Cuando más te necesité
Te amaré hasta que
Mis pulmones no resistan más
Te prometo hasta que estemos muertos
Como en nuestros votos de matrimonio
Entonces te escribí esta canción
Ahora todos saben
Que solo quiero tú y yo
Hasta que seamos ancianos
Solo dime que no te irás
Solo dime que no te irás
Solo dime que no te irás
Oh, solo dime que no te irás
Llevé mis manos a mi corazón que latía frenéticamente, no sabía la razón, pero una parte de mí, una pequeña parte pensó que era él, era él chico del bar, el chico que había cuidado de mi hace tres días cuando decidí ir por primera vez a un bar a tratar de olvidar todos mis problemas.
No recordaba su rostro, en mis pensamientos estaba completamente borroso, pero recordaba lo bien que me sentía junto a él…me sentía en casa.
Corán: Libro fundamental de la religión musulmana que contiene las revelaciones que Dios hizo a Mahoma.
Hiyab: es un velo que cubre la cabeza y el pecho que suelen usar las mujeres musulmanas desde la edad de la pubertad, en presencia de varones adultos que no sean de su familia inmediata, como forma de atuendo modesto.
POV NOAHUna media sonrisa brotó de mis labios al terminar de cantar say you won't let go, esta canción me identificaba en estos momentos.Abrí los ojos de golpe al darme cuenta que los había cerrado por más tiempo del que podía tolerar, la sorpresa fue grande cuando vi a Zeynep observándome.¿Cuánto tiempo lleva ella ahí?— ¿Acaso tus padres no te enseñaron a no espiar a las personas? —Pregunté, dejando la guitarra a un lado—. Te hice una pregunta, responde.Me levanté de mi cama y fui hasta ella.—Y-Yo…esta…pasaba…y —deseé reírme en su cara por lo estúpidamente tierna que se veía nerviosa, pero claramente eso nunca sucedería—. Lo siento.— ¿Qué haces aquí? ¿Acaso no tienes un departament
Me había levantado de buen humor hoy.Mi felicidad fue en aumento cuando al llegar a la universidad me encontré con Paulo... Mi mejor amigo desde que había llegado aquí, lo amaba demasiado, era una muy buena persona y era muy agradecida al tener ese tipo de personas en mi vida.Sus vacaciones eran un poco largas, por eso recién llegaba hoy a la universidad.—Oh Zeynep, te extrañé tanto —me abrazó fuerte, tapándome por completa, era más alto que yo y muchísimo más musculoso. Mis bellos del cuello se erizaron al escuchar el susurro en mi oído—. Estas más hermosa que hace unos meses.Mi cara ardió y sonreí.—Y tú estás mucho más musculoso —me separé, sintiéndome observada de repente. Paulo agarró suavemente mi rostro y me plantó un beso muy cerca a l
No entendía absolutamente nada, todo parecía estar cayéndose a mí alrededor y simplemente no era capaz de hacer algo y de detenerlo.Había pasado una semana realmente difícil, una semana donde fingía que estaba bien cuando por dentro, estaba muriendo poco a poco, mis pensamientos eran confusos, y por primera vez…no sabía qué hacer.¿Qué haces cuando amas tanto a una persona, a tal punto que el amarlo duele?Porque eso era lo que me pasaba con Noah, lo amaba, y aun me preguntaba cómo pasó, como me había enamorado de alguien que no me quería y lo peor, de una persona que antes sus ojos, era completamente invisible.El amor era extraño, libre, el amor no te preguntaba a quién tú desearías amar, el amor era incomprensible, la mejor manera para perder tu cordura.Yo Zeynep Aslanbey, estaba completamente ena
— ¿Acaso has escuchado algo de lo que he leído? —Pregunté un poco enojada—. Es de mala educación no escuchar cuando te hablaban Emma…y más si estamos repasando los apuntes.—Lo sé, lo sé —rodó los ojos dando un bufido de total fastidio—. Solo estoy… ¿crees que sea una perra?— ¿Qué? —musité confundida por el rumbo de la conversación.— ¿Soy una perra? —preguntó de nuevo.—Escuché claramente, pero no veo porqué preguntármelo algo como eso.—Hace unas semanas conocí un chico —arrugó su ceño negando—. Bueno, no lo conocí, solo lo vi y joder es extremadamente caliente.— ¿Qué pasa con ello? —Me acomodé en mi lugar para poner toda mi atención en ella, ca
POV NOAH—Estoy aquí, ¿Para qué me necesitas? —Le pregunté a papá.Había recibido un mensaje suyo a primera hora del día, gracias a ello no había tenido tiempo para despedirme de Zeynep, lo que me tenía de mal humor.Estaba en su oficina para saber que quería decirme. Miré alrededor con agrado, amaba esta oficina y quería tener una igual o mejor.—Siéntate —señaló el cómodo asiento en el que había estado sentado miles de veces—. Es hora de tener una conversación padre a hijo, Noah.Me senté confundido, esperaba que no fuera lo que estaba pensando. Mi papa hablando del sexo era algo que simplemente evitaba a toda costa, recordar la primera conversación que tuvimos me hacía sentir incómodo. Era un desastre haciéndose explicar en cuanto al t
—Entonces Noah se fue sin decirte nada esta mañana, lo que hizo que te enojaras y te cuestionaras de por qué enojarte cuando claramente, tienes que poner distancias entre los dos, pero tú, deseabas despertar y encontrarlo para así desayunar juntos, como lo haría una pareja normal —dijo rápidamente, llegando a una conclusión de todo lo que le había comentado. —No deseaba eso —me defendí. Aunque le había contado todo lo que sucedió en la noche de ayer, había omitido por obvias razones el casi accidente que teníamos por culpa de la enfermedad de Noah. —Claro que sí Zeynep, admítelo —negué levemente, su ceño se frunció de repente y detuvo su paso, lo que me hizo detenerme también—. Hay algo que no entiendo. Exclamó, de repente muy seria. — ¿Qué? — ¿Por qué Noah te llevo a tu departamento y se quedó a dormir? —Estaba por responder de nuevo, la para nada creíble respuesta, pero Emma alzó su mano callándome—. No me creo eso de: "era muy tarde
POV NOAH. —Señor, una camioneta negra con los vidrios polarizados se ha acercado al perímetro de la universidad —me informó mi guardia de seguridad por teléfono. ¿Sería posible? — ¿Puedes ver su placa? —pregunté, viendo como Zeynep se marchaba a paso rápido. La podía alcanzar, ella no era alta. Dos zancadas para mí, eran como tres para ella. Lo haría al terminar la llamada, la llevaría hasta su casa, y esperaba correr con la suerte de probar como se debía esos dulces labios… tal vez. —Señor —arrugué mi ceño por el tono de voz de Franco, no era nada bueno lo que escucharía a continuación—. Es la misma placa, es el mismo auto. Todos mis sentidos se alarmaron y mi corazón empezó a palpitar rápidamente. Levanté mi vista y Zeynep ya no estaba. Joder, maldita enana. — ¿En dónde se encuentra la camioneta? —cuestioné, empezando a caminar rápido. Tenía un mal presentimiento, lo había tenido desde que sal
Días después Abrí los ojos de golpe arrepintiéndome al instante, una fuerte luz me hizo cerrarlos cuanto antes, mi cabeza empezó a doler a causa de mi arrebato. — ¡Zeynep! —escuché en un grito. Esa voz la podría reconocer a kilómetros, mi revoltosa mejor amiga Emma. —No puedo abrir los ojos —anuncié en un susurré, mi voz estaba muy ronca—. Agua. Escuché algunos movimientos. El respaldar de mi cama empezó a levantarse, lo que causo una molestia en mi espalda, me ardía mucho. ¿Por qué me… Empecé a recordar todo, había sufrido un intento de asesinato. —Intenta abrir los ojos, tú puedes. Asentí, abrí lentamente mis ojos, tratándome de adaptar a la luz cegadora de la lampara, me esforcé por mantenerlos abiertos hasta que pude acostumbrarlos. Observé ojeras en el rostro de Emma, tenía una mirada completamente cansada. —Lo…Lo siento —susurré. Solo sonrió y llevó el vaso de agua