Luego de entrar en la oficina de Anastasia, Dominic caminó con despacio para que la comida de su bandeja no fuera a terminar regada en el suelo, y entonces, él se acercó hasta el escritorio de Anastasia, dejó la bandeja puesta sobre el escritorio, y él se sentó en la silla de frente del lugar donde se sentaba Anastasia. Anastasia cerró la puerta de su oficina, y se acercó hasta su lugar, se sentó, y Dominic le entregó en sus manos, el vaso de su frappuccino. — ¿Cómo ha estado tu día? — preguntó Dominic con naturalidad y con una sonrisa de oreja a oreja, sus ojos brillaban de la emoción que sentía en ese momento. Anastasia tomaba asiento, mientras que al mismo tiempo, ella conseguía aclarar todas sus emociones. Pero sin más, ella decidió mantener la compostura adecuada para el momento: — Bueno, todo marchaba bien, hasta hace un par de horas atrás — contestó ella, intentando mantenerse firme con su actitud. Pero Dominic notó como cambió el tono de voz de Anastasia en solo un par
Finalmente, Dominic sintió que pudo relajar la tensión que se apoderó de su cuerpo, y mientras comían, Dominic no dejó de querer mirar a Anastasia a los ojos con total amor que él sentía por ella. — Lo siento, cariño. Tú sabes que siempre es mejor que hablemos las cosas antes de terminar en una pelea, porque eso es lo que menos queremos que suceda de que terminemos peleando — dijo Dominic mirando a Anastasia con una sonrisa dulce. — Sí, así es, porque yo tampoco quiero terminar peleando contigo, así que olvidémonos de lo que ha pasado, y mejor, concentrémonos en lo que es más importante, porque yo venía para compartir contigo la noticia de que he podido cerrar el negocio de inversión con el nuevo inversionista árabe — confesó Dominic con excitación de la alegría que sentía por haber triunfado con ese negocio. Anastasia ha sonreído con emoción y orgullo al escuchar la noticia de Dominic. — ¡Eso es sensacional! ¡Es una gran noticia, Dominic! ¡Felicidades! — exclamó Anastasia con
Anastasia, por más que quería, no consiguió hacer que Dominic se apurara para ella meterse en el baño, y entonces, al ella darse cuenta de que Dominic estaba comenzando con sus bromas, ella decidió que era tiempo de corresponderle a Dominic de sus bromas. Ella se acercó hasta el mesón del baño, allí encontró con frasco de plástico de gel de ducha que olía a menta combinada con alcohol para desinfectante, Anastasia sabía que aquel era el gel favorito de Dominic, y entonces, decidió defenderse. Con una mirada traviesa, y aprovechándose de que Dominic está distraído en la ducha mientras juega con su imaginación a hacerse el cantante, él estaba tardándose más de lo que Anastasia hubiera deseado, que Dominic lo hubiera hecho par ducharse porque ella quería meterse a bañar también, y entre bromas y bromas, iban a salir demasiado tarde para su cita romántica. Y fue allí cuando ella decidió seguir el juego del hombre lobo, ella decidió jugar sucio también, y con el frasco agarrado de una
— ¿Ya estás lista? — preguntó Dominic. — Sí, ¿Tú también lo estás? — respondió Anastasia. Dominic asintió. — Muy bien, vámonos, no perdamos más tiempo para salir que de por sí lo hemos perdido en la ducha — Anastasia, sugirió. Dominic se río nervioso. Anastasia sintió que sus mejillas se han ruborizado, y entonces, ella se apuró a salir con Dominic de la habitación, bajaron hasta el primer piso de la habitación, y luego, se marcharon a buscar camino hacia el auto para cuando se despidieron de los chicos después de que ellos se los encontraron sentados en el comedor, comenzando a cenar juntos. Dominic arrancó el auto, y mientras que conducían, Anastasia y Dominic discutían acerca de a cuál restaurante iban a ir a cenar, sin embargo, y terminaron aceptando la idea de que fueran a cenar al mismo restaurante de comida italiana en el que ellos se habían conocido hace más de un mes. Estacionaron el auto, bajaron de él, y se encaminaron a buscar que mesa escogerían para sentarse,
Anastasia asintió a modo de respuesta, pero con una sonrisa reconfortante, ella también está sintiéndose incómoda por esta situación, puesto que se suponía que, esa noche, iba a ser su primera cita romántica oficial con Dominic, y, sin embargo, no es que haber ido a su restaurante favorito italiano donde se conocieron por primera vez haya sido el problema, el problema estuvo en haberse tenido que enterar de cuál había sido el fin de Sara, luego de haber sido desterrada hace un mes de la manada por su mal comportamiento. Poco a poco, Dominic intentó mantener la compostura y quiso disfrutar la noche como se había prometido él mismo que haría. Tanto Dominic como Anastasia mantuvieron la calma, y hojearon el menú con lentitud por un par de minutos, y es que de vez en cuando, y tratando de hacerlo con disimulo, Dominic miró de reojo hacia donde se encontraba Sara, y se ha dado cuenta de que ella estuvo todo ese tiempo, esperando en el segundo piso del restaurante, atendiendo más mesas, pue
Anastasia pretendía intentar calmarse, ella respiró profundamente y ha decidido que no dejaría que esta situación arruinara el resto de su noche. Entonces, dejó que el agua calmara la tensión que sentía su cara, y luego, con una toalla de papel, se secó, tiró el papel sucio a un bote de basura, terminó por arreglarse de nuevo el cabello que estaba despeinado, y quiso salir del baño, no sin antes prometerse una cosa a sí misma. — Lo superaré, no dejaré que ese mal acontecimiento del pasado nos arruiné a Dominic, a mí y a mi bebé — se susurró a sí misma, y luego salió del baño con la cabeza en alto, manteniéndose firme ante su decisión. Al salir del baño, ella se encontró a Dominic, él estaba siendo atendido por una de las meseras, más no por Sara, y para Anastasia fue una tranquilidad que así lo hubiera hecho, aunque en realidad, ella no supiera que era lo que él estuviera hablando con la mesera, hasta que se acercó a ellos. — ¿Qué pasó? ¿Por qué te has levantado de nuestra mesa? —
Anastasia tragó saliva, poniéndose cada vez más nerviosa por la gravedad de la situación. — ¿Qué? No, Dominic, no pienso dejarte solo, no quiero que nada malo te pase, yo estoy aquí para ti, y tú estás aquí para mí, ¿Lo recuerdas? — dijo Anastasia, mirando a Dominic a los ojos. Dominic la miró, él sabía perfectamente cuál había sido su promesa, sin embargo, estaba tan aterrorizado ante la idea de saber qué pasaba qué él no quería que ni su bebé ni Anastasia sufrieran daño porque, aunque él no lo hubiera dicho, él ya sabía quién era el que venía en camino, porque había podido percibir su olor, había podido sentir sus pasos, y había escuchado su respiración. Claramente, Dominic no quería que Anastasia tuviera que ser testigo en ese momento del problema que se avecinaba porque, en verdad, iba a suceder lo peor del mundo para ellos. — Anastasia, por favor, deberías de marcharte de aquí, vete para el auto, y prométeme que si yo no regreso, por favor, vete para la casa y avísales a l
— No… Chicos, Dominic está en problemas, necesita de su ayuda, Sara quiso volver a atacarnos, y está peor que antes, por favor, vayan a rescatarlo, él me dijo que viniera a buscarlos que ustedes sabrían a donde ir — dijo Anastasia, su respiración cada vez se escuchaba más agitada, a pesar de que ella fue en auto hasta la mansión, la presión por saber de qué estuvo a punto de correr peligro no le favoreció la situación, además de que, estaba preocupándose del estado de su bebé, porque por más que lo disimulara, ella sabía que su dolor del vientre estaba haciéndose cada vez más fuerte, cada vez, este iba poniéndose más imposible de soportar. — Zachary, por favor, cárgala y quédate con ella cuidándola, llévala a su habitación, Josh y yo nos encargaremos de Dominic, ya sabemos donde encontrarlo — anunció Robert, también dejando a un lado, su control de la consola de videojuegos para acercarse rápidamente hacia donde estaban Zachary y Anastasia. Josh le siguió el paso a Robert, sintiénd