Dominic asintió con una sonrisa dibujada en su rostro, él está sintiendo como su corazón no deja de latir con fuerza en su interior mientras que se encargaba de conducir a Anastasia hacia su habitación. Cada paso que daban, era como si el camino para ellos fuera eterno, y el aire a su alrededor, se había convertido en su mayor cómplice. Al llegar a la habitación, este lugar estaba siendo abrazado por una suave luz proveniente del exterior. La ventana de la habitación de Dominic seguía abierta, dejando que la brisa fresca y helada de la noche se infiltrara en su interior para querer refrescarlos. Anastasia se quedó observando la habitación, apreciando cada detalle que este tenía: la cama era impecable, grande, parecía que en ella pudieran caber hasta tres personas durmiendo juntas sin ningún inconveniente. La cama estaba perfectamente organizada, las paredes de la habitación no estaban decoradas como si allí viviera un chico joven, de hecho, la habitación era tan elegante, que Anast
Dominic y Anastasia han terminado de vestirse en silencio, sintiendo como el peso de la situación estaba convirtiendo su apasionado momento en un momento incómodo para ellos, a pesar de que las cosas entre ellos estaban yendo demasiado bien para haber sido verdadero. Dominic terminó de vestirse primero que Anastasia, sintiéndose abrumado por lo que ha sucedido, él no dejaba de mirarla con preocupación, porque apenas ahora, él se ha dado cuenta de que no quería perder a Anastasia por nada del mundo, él no quería alejarse de Anastasia ni mucho menos, querer alejarse de su bebé a quién él ya empezaba a amar sin importar nada de lo que ha ocurrido. — Anastasia, necesito contarte algo, algo que es muy complicado para mí de tener que decirte, y es que ante todo, debo ser honesto contigo, y desearía de verdad que puedas comprenderme y perdonarme porque no me gustaría que por estos malos entendidos, malas decisiones, tengamos que alejarnos si así lo quieres hacer. Ella ha mirado a Dominic
Ha pasado un mes desde que ocurrió todos esos cambios inesperados en la vida de Anastasia y Dominic Sinclair. Ahora, Anastasia se había mudado a la casa de Dominic, sintiéndose muy cómoda allí porque su hijo estaba creciendo al lado de su padre, sin importar en las circunstancias en que había sido planeado. Los compañeros de manada de Dominic le querían tanto a Anastasia como a su bebé, y estaban ansiosos porque ya llegara el momento en que este naciera y poder verlo crecer, jugar con él, y hacerlo parte de su manada para cuando llegara el momento adecuado de así hacerlo. Dominic se ha esforzado por hacer que las cosas entre él y Anastasia funcionen y valgan la pena, él se ha convertido en otro hombre, en uno que no pensó que alguna vez en su vida llegaría a ser. A pesar de todo lo inesperado que se atravesó en su relación, la relación de Dominic junto con Anastasia se fortaleció mucho, y ambos estaban compartiendo la esperanza de querer estar así por mucho más tiempo de lo que
Luego de entrar en la oficina de Anastasia, Dominic caminó con despacio para que la comida de su bandeja no fuera a terminar regada en el suelo, y entonces, él se acercó hasta el escritorio de Anastasia, dejó la bandeja puesta sobre el escritorio, y él se sentó en la silla de frente del lugar donde se sentaba Anastasia. Anastasia cerró la puerta de su oficina, y se acercó hasta su lugar, se sentó, y Dominic le entregó en sus manos, el vaso de su frappuccino. — ¿Cómo ha estado tu día? — preguntó Dominic con naturalidad y con una sonrisa de oreja a oreja, sus ojos brillaban de la emoción que sentía en ese momento. Anastasia tomaba asiento, mientras que al mismo tiempo, ella conseguía aclarar todas sus emociones. Pero sin más, ella decidió mantener la compostura adecuada para el momento: — Bueno, todo marchaba bien, hasta hace un par de horas atrás — contestó ella, intentando mantenerse firme con su actitud. Pero Dominic notó como cambió el tono de voz de Anastasia en solo un par
Finalmente, Dominic sintió que pudo relajar la tensión que se apoderó de su cuerpo, y mientras comían, Dominic no dejó de querer mirar a Anastasia a los ojos con total amor que él sentía por ella. — Lo siento, cariño. Tú sabes que siempre es mejor que hablemos las cosas antes de terminar en una pelea, porque eso es lo que menos queremos que suceda de que terminemos peleando — dijo Dominic mirando a Anastasia con una sonrisa dulce. — Sí, así es, porque yo tampoco quiero terminar peleando contigo, así que olvidémonos de lo que ha pasado, y mejor, concentrémonos en lo que es más importante, porque yo venía para compartir contigo la noticia de que he podido cerrar el negocio de inversión con el nuevo inversionista árabe — confesó Dominic con excitación de la alegría que sentía por haber triunfado con ese negocio. Anastasia ha sonreído con emoción y orgullo al escuchar la noticia de Dominic. — ¡Eso es sensacional! ¡Es una gran noticia, Dominic! ¡Felicidades! — exclamó Anastasia con
Anastasia, por más que quería, no consiguió hacer que Dominic se apurara para ella meterse en el baño, y entonces, al ella darse cuenta de que Dominic estaba comenzando con sus bromas, ella decidió que era tiempo de corresponderle a Dominic de sus bromas. Ella se acercó hasta el mesón del baño, allí encontró con frasco de plástico de gel de ducha que olía a menta combinada con alcohol para desinfectante, Anastasia sabía que aquel era el gel favorito de Dominic, y entonces, decidió defenderse. Con una mirada traviesa, y aprovechándose de que Dominic está distraído en la ducha mientras juega con su imaginación a hacerse el cantante, él estaba tardándose más de lo que Anastasia hubiera deseado, que Dominic lo hubiera hecho par ducharse porque ella quería meterse a bañar también, y entre bromas y bromas, iban a salir demasiado tarde para su cita romántica. Y fue allí cuando ella decidió seguir el juego del hombre lobo, ella decidió jugar sucio también, y con el frasco agarrado de una
— ¿Ya estás lista? — preguntó Dominic. — Sí, ¿Tú también lo estás? — respondió Anastasia. Dominic asintió. — Muy bien, vámonos, no perdamos más tiempo para salir que de por sí lo hemos perdido en la ducha — Anastasia, sugirió. Dominic se río nervioso. Anastasia sintió que sus mejillas se han ruborizado, y entonces, ella se apuró a salir con Dominic de la habitación, bajaron hasta el primer piso de la habitación, y luego, se marcharon a buscar camino hacia el auto para cuando se despidieron de los chicos después de que ellos se los encontraron sentados en el comedor, comenzando a cenar juntos. Dominic arrancó el auto, y mientras que conducían, Anastasia y Dominic discutían acerca de a cuál restaurante iban a ir a cenar, sin embargo, y terminaron aceptando la idea de que fueran a cenar al mismo restaurante de comida italiana en el que ellos se habían conocido hace más de un mes. Estacionaron el auto, bajaron de él, y se encaminaron a buscar que mesa escogerían para sentarse,
Anastasia asintió a modo de respuesta, pero con una sonrisa reconfortante, ella también está sintiéndose incómoda por esta situación, puesto que se suponía que, esa noche, iba a ser su primera cita romántica oficial con Dominic, y, sin embargo, no es que haber ido a su restaurante favorito italiano donde se conocieron por primera vez haya sido el problema, el problema estuvo en haberse tenido que enterar de cuál había sido el fin de Sara, luego de haber sido desterrada hace un mes de la manada por su mal comportamiento. Poco a poco, Dominic intentó mantener la compostura y quiso disfrutar la noche como se había prometido él mismo que haría. Tanto Dominic como Anastasia mantuvieron la calma, y hojearon el menú con lentitud por un par de minutos, y es que de vez en cuando, y tratando de hacerlo con disimulo, Dominic miró de reojo hacia donde se encontraba Sara, y se ha dado cuenta de que ella estuvo todo ese tiempo, esperando en el segundo piso del restaurante, atendiendo más mesas, pue