~ Leo ~ Me di cuenta de que la camioneta en donde iban nuestras compañeras pasó a toda velocidad sin importarle los huecos que había en el camino, así que me pregunté por qué tanto alboroto. Acabábamos de ganar. ¿Por qué se iban tan rápido? "¿Qué está pasando?" Le pregunté a Amelia a través del enlace mental. La camioneta estaba lo suficientemente cerca como para hablar por el enlace. "Mirabel está muy herida, así que tenemos que llegar a la casa de la manada lo más rápido posible." Respondió, por lo que me preocupé. La única razón por la que Timothy seguía vivo era por su nieta; era la única familia que tenía. Ojalá el viejo se la hubiese llevado, en lugar de decirle que se quedara con nosotros a luchar. Mirabel no sabía cuál era nuestro plan, así que era obvio que iba a salir lastimada. "Dile al Kappa que acelere apenas lleguen a la parte buena de la carretera, nosotros las alcanzamos pronto." Le dije a Amelia, ella se quedó callada. Ya estábamos cerca de esa parte de la
"Timothy es un puto imbécil..." Comenzó a decir Kyle, señalando que seguramente él era el sapo, pero Dominic lo interrumpió. "Kyle, por favor, usa tu cerebro por primera vez en tu vida. Esto ya me está cansando." Dijo, sonando impaciente. Kyle se sintió herido, pero a Dominic eso no le importó ni un poquito. "Si Timothy fuese el informante, ¿crees que habría dejado a Mirabel así como así, en una batalla como esa? Ella estaba muy herida, menos mal que nuestras compañeras se apuraron para regresar a la Montaña y que la pudieran ayudar. Recuerda que esa chica es la única familia que le queda a ese señor." Dijo Theodore, señalando la estupidez de Kyle. Supuse que Linda se había enlazado con él para informarle sobre la situación de Mirabel. "Además, si hubiese sido Timothy, habría llamado a Inkabod para avisarle que estábamos ahí, porque nos vio a todos antes de irse." Agregó Marcel, descartando a Timothy como sospechoso. Me di cuenta de que había enviado a los miembros de Brentw
Nos bajamos de la camioneta y me acerqué a ellos. "Sus esposas llegaron antes que ustedes. Claudia fue a ayudar a Mirabel porque estaba muy herida, así que se fueron para la clínica." Explicó mi madre, revisándome de arriba abajo, por lo que me sentí como un niño otra vez. "¿Dónde están todos los miembros de la manada?" Le pregunté a mi padre.Él suspiró. “Les ordené que se escondieran, si nos atacaban, al menos podríamos salvarlos a ellos. Después de todo, un infiltrado en un búnker no puede hacer mucho. No tendrían más información que dar, y sabiendo que Yuri no va tras la gente sino tras los líderes, no los buscará en los búnkeres." Explicó mi padre, estuve de acuerdo. "Y dime, ¿sí les sirvieron nuestras ideas?" Preguntó con ansiedad, así que asentí. Mis padres chocaron los cinco con alegría, fue muy raro ver eso. "Ojalá nos hubiéramos quedado para disfrutar de la acción, pero no quería dejar a la gente desprotegida." Dijo mi padre, así que le agradecí. "Inkabod debe hab
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra
~Tamia~ Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada. Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada. También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir. Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en cas
~Tamia~ No hablé con Leo durante todo el viaje y cada intento que hizo por hablar conmigo fue respondido por mi silencio. Cuando finalmente llegamos a casa, fui directo al dormitorio. Nuestra casa tenía cuatro habitaciones, queríamos que nuestros hijos tuvieran cada uno la suya propia, pero ya no sería así. Me pregunté cuál de esas habitaciones me pedirían que ocupara cuando Amanda se mudara; Las palabras de Linda seguían en mi mente y al igual que ella, sabía que mi cama estaría también vacía pronto."Tamia, por favor." Dijo Leo, siguiéndome a la habitación. "Por favor, Tamia." Suplicó y me giré para mirarlo."¿Por favor qué? Todos están hablando de esto, Leo, me humillaste en la fiesta, ¿qué si ella es tu compañera destinada? ¿Tenías que dejarme sola para ir al balcón y besarla? ¿Sabes siquiera lo que significa controlarte a ti mismo?" Le pregunté y bajó la cabeza."El sentimiento era abrumador." Me reí al escuchar su respuesta."Mejor ve a Bosque Blanco y termina lo que ya empezas
~ Tamia ~Pasó otro mes en el que las cosas empeoraron entre Leo y yo; ya no pasaba tiempo conmigo y sutilmente se había mudado de nuestro dormitorio. Se veía venir, pero aun así me molestaba. Además, llevaba a Amanda a las funciones a las que lo invitaban y me dejaba a cargo de la manada. Ya estaba trabajando en mi salida, así que me decía a mí misma que solo tomaría un poco más de tiempo. A menudo miraba donde descansaba su marca en mi cuello y quería quitármela. Odiaba verla, tanto que siempre la cubría, al menos mis lágrimas ya se habían secado. Algunas Lunas simpatizaban conmigo y otras felicitaron a Amanda, aunque ella no había sido nombrada Luna aún y yo sabía por qué; Amanda era doctora y no estaba entrenada para la batalla. Nombrarla Luna significaría que tendría que asumir todas mis responsabilidades, incluyendo liderar batallas y supongo que su vida era demasiado importante para eso. Mientras tanto yo planeaba sorprender pronto a Leo.Poco después, estaba sentada en mi o