La miré a los ojos y le sonreí para aliviar un poco la tensión.

"Creo que acabas de ayudarme a resolver un gran misterio, Amelia." Le dije, convencido de que Alexie podría ser como ella.

Había algo raro en que sus habilidades fueran tan similares. ¿Será que él también se tinturaba el cabello? Pero, sus ojos no se parecían a los de Amelia. Tal vez, ¿usaba lentes de contacto? Eso eran cosas que tendría que averiguar con el tiempo.

"Vamos, Lunita. Tenemos que ir al salón del Rey." Le informé, ella asintió y se puso de pie.

Estaba nerviosa, podía sentirlo en sus manos temblorosas, pero no tenía opción. Sería terrible volver al salón sin ella. Además, confiaba en mis amigos del Norte, también sabía que Sylvester era un hombre de palabra, nunca haría nada que pudiera lastimar a la mujer que me importaba.

"No te preocupes, Amelia, todos están de nuestro lado. Es más, creo que hoy te darás cuenta de que tienes una familia muy poderosa." Añadí para tratar de tranquilizarla, pero, ella