Me acerqué para besar sus labios, ella apoyó una de sus piernas en mi hombro para sostenerse, pero no era muy cómodo para ella, así que dejé que también colocara la otra pierna en mi hombro. Lamí y chupé arriba de su cosita, casi rozando su clítoris.“¡Ay! ¡Leo!" Gimió. Ese gemido hizo que se me endureciera aún más. No podía esperar a meter mi verga dentro de ella, pero me tenía que contener para que disfrutara, mi deber era complacerla primero, así que seguí chupando, haciendo círculos, triángulos, escribiendo su nombre y el mío con mi lengua, sin parar, hasta que agarró mi cabello y sin poder contenerse más, se vino. Se estremeció y sentí como le temblaban las piernas, lleno mi boca de su dulce néctar y me lo bebi."¡Ahhh!" Gimió al sentir su orgasmo.Esa fue toda la indicación que necesitaba para saber que era hora de metérselo. Me habría encantado hacerlo en la ducha, pero no quería un simple rapidin, yo quería darle más que eso. Por lo que me puse de pie y ella saltó para abraza
"Pero tranquila, que el Rey ya está buscándolos." Le aseguré, sentí cómo su cuerpo se relajaba un poco.La abrace para seguir contándole."Cuando me fui a casa, Max y yo fuimos a ver el campamento en el bosque y encontramos un bolso con fotos tuyas, te han estado siguiendo desde que saliste del orfanato y parece que lo siguen haciendo. En la última foto que tomaron, estás dándole o recibiendo algo de un extraño, pero ya eras parte de mi manada y lo más extraño es que escribieron en la parte de atrás de la foto algo como 'Envíensela al Alfa, ella está con ellos'.No tengo ni idea de lo que significa, pero espero que mañana que la veas puedas aclarar un poco las cosas para que sepamos qué hacer." Le conté, ella asintió, mientras seguía en mis brazos.Luego le comenté sobre la moneda, aclarándole que lo que estaba pasando tenía que ver con un linaje que se suponía que ya no existía. Sentí que estaba incomoda, después de lo que le dije y lo entendía, tenía todo el derecho de no querer ver
~ Amelia ~Todo lo que Leo me contó me puso la piel de gallina, pero sus palabras dulces calmaron mi miedo y poco a poco desapareció. Entre todo lo que me dijo me di cuenta de que me llamó 'amor' y 'mi vida'. Jamás pensé que llegaríamos a este punto, pero cuando lo hizo, me sentí feliz. No quería apresurar nada porque podía ver cómo iba bajando la guardia y abría su corazón poco a poco.Lo abrace, y él me besó en el cuello, envolviéndome en su embriagante aroma amaderado de hombre maduro y sabio. Leo lamio mi cuello con tanta dulzura que terminé calentándome y gimiendo en sus brazos, luego me recostó sobre la cama, y entendí que íbamos a llegar tarde a la cena en casa de los Clayman y no me importaba ir a la cena oliendo a Leo, de hecho, sería como una pequeña venganza.Se inclinó sobre mí en la cama y atrapándome entre sus brazos, me miró con sus ojos llenos de amor."No voy a dejarte, jamás lo hare, Amelia, así que no quiero que pienses en esas cosas." Me dijo antes de besar mi cuell
Me puse un vestido de encaje negro que me llegaba a la mitad de los muslos, haciendo que mis piernas se vieran alargadas, pero sin dejar de ser elegante. A Leo le encantó el largo del vestido. Las mangas cubrían tres cuartos de mis brazos y eran ajustadas, a pesar de que se podía ver mi piel a través del encaje, no se veía vulgar, sino muy elegante. Dejé mi cabello suelto y lacio, pensando que nunca me había sentido tan bien con mi cuerpo y mi cara, hasta ese momento.No me puse mucho maquillaje, sabía que no lo necesitaba. Leo silbó apenas me vio, yo le sonreí antes de bajar la mirada a mis pies. Los tacones negros que llevaba eran hermosos y combinaban a la perfección con el vestido, sostenía un bolso negro y me coloqué unos aretes pequeños de diamantes que Leo me había regalado."Te ves preciosa, Amelia." Me dijo un halago, así que le sonreí."Tú tampoco te ves nada mal." Le respondí, admirándolo. La verdad era que él siempre se veía increíble. En ese momento, llevaba pantalón neg
"Siéntate en la silla de Leah. Estoy seguro de que su madre le encontrará otro puesto." Dijo Leo, así que me senté allí con mucho gusto, ya que eso era una grosería.Para mi sorpresa, noté que Linda estaba sentada a mi lado y Theo también estaba ahí. Por otro lado, Avery y Marcel estaban sentados en la cabecera de la mesa.Leo me susurró que, como Sylvester no estaba, Marcel era la persona de mayor rango, y luego, le seguía Theo, después él y así sucesivamente. Miré la distribución de los asientos y me di cuenta de que la explicación de Leo coincidía perfectamente con lo que veía, por lo que definitivamente era una falta de respeto que Joan pusiera a Leah entre Linda y Leo, ya que él no estaba saliendo con ella, tampoco tenía un rango más alto que el líder del consejo.Poco a poco, todos los invitados fueron llegando y acomodándose en sus lugares. Leah llegó al lugar donde yo estaba sentada y para ser honesta, ya extrañaba su cara de amargada."Estás en mi asiento, sirvienta." Dijo ent
~ Amelia ~Todos comimos en silencio.Sentí la incomodidad en el ambiente, pero Leah se merecía todo lo que le pasó, era una completa ilusa por pensar que Leo le habría hecho caso a sus caprichos. No había duda de que a ella le gustaba, pero él ya le había demostrado y varias veces que no estaba interesado en ella, eso no tenía nada que ver con que estuviéramos juntos o con que fuéramos compañeros destinados. Leo ya le había demostrado que no la veía de esa manera. De hecho, yo estaba ahí, viendo como la había rechazado cuando fue a la casa de su manada en el Este, aun así, quizá pensó que, porque ahora estaba en su mansión con el apoyo de su madre podría forzarlo a quererla.El corazón de Leo era una piedra y tuve mucha paciencia para ablandarlo un poco. Inicialmente me rechazó sin considerar las consecuencias, eso solo demostraba lo mal que estaba a nivel sentimental en aquel entonces. Aunque fuésemos compañeros destinados, siempre tuve en mente que tal vez no funcionaría y si no fue
Supuse que no reaccioné cómo ella quería.Supe que tenía razón cuando vi que Leah se acercó a mí, sonriendo."Trepadora." Dijo en voz baja con una sonrisa falsa plasmada en la cara, yo le sonreí con la misma emoción."Y nos volvemos a encontrar." Respondí, al instante vi la rabia en sus ojos."Verte así de celosa es increíble, en especial después de que me dijiste que no iba a dar la talla. Pobrecita, no te diste cuenta de que ya había ganado. Creo que lo mejor es que busques en otro lado o mejor aún, dejes de aspirar a más de lo que puedes alcanzar, ya estás muy vieja para esto, Leah." Le dije disfrutando de mi victoria, lo único que hizo fue gruñir."No creas que ya ganaste, Amelia. ¡Leo va a ser mío!" Dijo con firmeza.Tuve que esforzarme para no reírme, porque esa mujer era una ilusa que se mentía a sí misma."¡Suerte con eso!" Le dije y antes de que pudiera responder, Linda se nos acercó."¿Te gusta pelear, Leah?" Preguntó Linda, había venido para ayudarme, así que Leah bajó la ca
El maldito debió pensar que sería muy fácil derrotarlos con la plata.Poco después, aparecieron dos lobos más, transformados parcialmente, allí entendí que eso no sería una pelea justa. Aunque Leo y los Lores del Norte entrenaron para luchar con plata, eso no era lo mismo cuando no tienen acceso a sus lobos, mientras que sus oponentes sí.Uno de los lobos le dio un puñetazo tan fuerte a Marcel que vi como un chorro de sangre salió de su boca y escuché un crack, parece que le habían roto las costillas."Avery, por favor, ¡despierta!" Lloraba Linda en la parte de atrás, yo no sabía si ir a ayudar a los hombres o quedarme con Avery y Linda.Luego, los lobos siguieron y golpearon a Leo, Marcel y Theo hasta que los dejaron inconscientes, ahora venían por nosotras. Viendo como estaba la cosa, supe lo que tenía que hacer; le di el control total a Aurora y me transformé parcialmente.Sabiendo que podrían tener la misma habilidad que yo, avancé rápidamente hacia el lobo blanco y con mis garras,