~Leo~

Pasó una semana, pero apenas podía vivir con tanta impotencia y tristeza.

Envié a Amanda a casa de su padre para poder llorar a mi esposa y aunque Max me pidió que la soltara, no pude. Soltarla significaría renunciar a ella y no quería hacerlo. Ni siquiera sabía si estaba bien o cómo lo estaba pasando.

"Necesitamos soltarla o el Alfa Oscuro verá nuestra marca en ella como una muestra de desafío." Me advirtió Black, pero no pude.

Decidí que le escribiría una carta al Señor de los Lobos, suplicándole que me devolviera a mi esposa y prometiéndole nunca trabajar ni actuar en su contra, no me importaba si lo que estaba haciendo era solo una estupidez, pero tenía que hacer algo, no podía quedarme sentado lamentándome.

Si no me la devolvía, lo mínimo que podría hacer era dejarme escuchar su voz para saber que estaba bien y feliz donde sea que estuviese.

"Estás causando más daño, que bien, ¿y si lo ve como un desafió? ¿Recuerdas que Tamia se entregó para que pudiéramos vivir? La situac