Capitulo 3

Escucho al hermano y no puedo evitar sentirme mal, ya que no soy ese tipo de persona que él describe y si yo estuviera en su lugar reaccionaria así o hasta peor quisiera poder ayudarlos, pero yo nunca me casé, me entregan las pruebas y nos vamos a un restaurante para revisar los documentos y hablar sobre esta situación. Comprobamos y efectivamente el acta está firmada por mí, no tengo dudas, me pongo a pensar en ese viaje a las vegas para ver si encuentro la razón de como terminé en este enredo.

—Amigo, lamento decirte que este documento es totalmente legal, pudiste constatar que es tu firma, así que efectivamente estás metido en este tremendo problema. Del cual la única opción viable es que asumas tu papel de esposo para dejar sin efectos las demandas mientras ella está en coma. Solo tú tienes derecho sobre ella hasta que este al 100% de sus capacidades, es la única carta que puedes jugar a tu favor por ahora. Y rezar que tu esposa sobreviva para que pueda aclarar todo esto y pueda sacarte del problema con su padre y hermano es lo que como abogado te recomiendo, si ella fallece el cuento es otro, puedes terminar realmente en la cárcel.

—Entran los familiares de mi esposa, porque efectivamente en esta acta consta que estoy casado. El hermano se acerca y me tira un sobre, lo abro y hay unas fotos, ahí puedo recordar que el día de las vegas uno de mis socios estaba con una chica. Ellos estaban muy tomados, al salir pasamos por una capilla de esas y ellos dijeron que querían tomarse fotos y hacer un matrimonio de mentiras antes de consumar su unión. Todo fue un juego, entramos, ella se puso un velo, compraron anillos de plástico, nos dijeron que fuéramos sus testigos, el otro socio y yo. Pero en ningún momento yo me casé, fue él, debo llamarlo para ver que sucedió porque fue un juego, no fue algo legal, solo mostramos las identificaciones y firmamos, de hecho. Yo no estoy con la chica en ninguna de las fotos, salgo en la esquina al lado del novio, necesito comunicarme con mi socio, así que me levanto de la mesa y lo llamo.

No entran llamadas a su celular, sale fuera de área, voy a tratar de contactarlo por mail, pero eso también puede demostrar que nos pusimos de acuerdo para decir esa versión y con lo jodido que estoy en estos momentos lo mejor será que siga con esto. Como si no supiera la verdad porque tengo que actuar con pie de plomo porque al más mínimo error terminaré en la cárcel. Su secretaria atendió y no me dio buenas noticias, así que camino a la mesa, hablo con mi abogado y mis hermanos para que sepan lo que haré.

—debes intentarlo, para aclarar la situación.

—aunque a este punto igual estoy casado y debo asumir un matrimonio que yo no quise. Regresamos al juzgado, entra el juez y mi abogado pide la palabra.

—Tiene la palabra.

—su señoría, mi cliente ha evaluado las pruebas y tiene algo que comunicarle. Mi cliente quiere aceptar la responsabilidad total como esposo de la señora Emily Esposito, desde el día de hoy no saldrá del país y será quien velará por ella a partir de este momento como esposo y tutor legal.

—¡No acepto eso, él debe estar preso! ¡Yo velaré por mi hija, no lo quiero cerca de ella! Si puede dele cadena perpetua, ¿cómo es posible que pida estar cerca de mi hija después de abandonarla? ¿O es que deseas quedarte con todo si ella muere? Porque sí es así,

te advierto que no lo permitiré, ¡sobre mi cadáver tú verás un peso de Emily!

—¡Silencio! Esto es un juzgado, no una plaza para aguantar sus gritos y señor Erick no es lo que usted desee, es lo que la ley indica. Y en definitiva es el señor Esposito quien tiene todo el derecho, ya que es su esposo y contra eso no hay nada que hacer. Lo único que le voy a exigir es que no puede abandonar el país, ni a su esposa hasta que ella este al 100% de su salud. Lo demás se decidirá, luego, todo depende si la señora vive para tomar sus decisiones, o si fallece, usted podrá tomar acciones legales cuando quiera, ¿quedo claro? Pero mientras eso no suceda, no puedo permitirle un trato hostil hacia el señor Esposito.

—Si su señoría dijeron los abogados.

—Hermano, esto fuera más fácil si les contaras la verdad de lo sucedido y el error que hubo.

—No hermanos, eso no cambia nada, ella para bien o mal es mi esposa, si aclarar las cosas con ellos me sacara de este problema lo hiciera, pero no y el único que puede aclarar esto está de luna de miel. Por tres meses no le pasarán llamadas, me dijo su secretaria, así que me toca asumir la responsabilidad, creo que lo mejor es que ustedes viajen esta noche, no sé cuando podre salir de aquí. Ahora son ustedes los encargados de los negocios, yo los ayudaré desde acá con lo que pueda cuiden a la familia y sobre todo a los niños, gracias por apoyarme, pero tienen un bebé al cual cuidar. Es más, no sería capaz de ensuciar el nombre de ella, ya que por lo visto su familia no sabe que ella solía tener aventuras, yo soy un caballero.

Llegamos al hotel, despedí a mis hermanos, me bañé y me preparé para ir al hospital, me coloqué un conjunto deportivo, alquilé un carro y tengo que buscar un departamento o ver si mi esposa tiene uno. Porque lo mejor es que comparta sus espacios para tener pruebas ante el juez de que efectivamente estoy cumpliendo su palabra, porque sé que su familia estará vigilándome veinticuatro siete, ellos trataran de demostrar que yo soy un incompetente así que preparo las maletas para preguntar al abogado de la familia de mi esposa donde vive ella para mudarme allí.

Entro al hospital, pregunto por mi esposa y me indican donde está, veo afuera a su familia, me ven muy mal, los ignoro y hablo con el médico que va saliendo de su habitación. Me explica que mi esposa no tiene ninguna evolución hasta ahora, hay que esperar y si en caso tal la queremos dejar descansar en paz solo debo firmar y ellos proceden.

Eso me impresiona, ¿cómo podría yo dejarla morir cuando ni siquiera la conozco? No sé lo que ella quiere en la vida, es más, por lo que escuché, ella ayuda a un orfanato. Seguro su sueño más grande será tener hijos o qué sé yo, solo quiero que esto acabe para salir de este matrimonio y seguir con mi vida. Cada vez entiendo más a sus familiares, debe ser duro ceder el control de la decisión más difícil de sus vidas a un desconocido y más cuando ellos ignoran la realidad tras todo esto.

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