Abro la puerta de nuestra habitación y ahí estaba Mikhail, con el amor de su vida. Los dos me estaban engañando en mi propia casa. En mi propia cama estaban los dos desnudos sin importarles nada.—¡¿Cómo pudiste hacerme esto?! —grito, al verlos a los dos—. ¡Ni una sola vez me respetaste!No podía creer lo que me estaba sucediendo. —Gianna, esto… —Natasha no lograba decir ni una palabra—. Las cosas... fue el vino…Miro a Mikhail, que estaba profundamente dormido y no se dignó a abrir los ojos al escucharme hablar. No tenía por qué quedarme cuando ya estaba todo claro para mí.Sobraba en esa habitación y no me había dado cuenta de nada. No, sí lo sabía. La cosa es que nunca quise aceptarlo.—Lograste lo que querías, Natasha. Es todo tuyo como siempre lo deseaste —salgo de la habitación, conteniendo las lágrimas.No iba a llorar aquí. No frente a la amante del idiota que se había casado conmigo.—¡Gianna, espera! —me toma por el brazo esa mujer, que ha sido mi calvario desde el día que
Miami-Florida.Cinco años después…Gianna.Los años pasan, el dolor crece y te haces más fuerte. Ya no tienes miedo de ser descubierta y ya no vives con la esperanza de que vendrá por ti. Luchas por tu hijo y por darle lo mejor. Verlo sonreír y correr tan libremente, te llena el corazón.Ya no esperaba que Mikhail me buscara, pero para empezar, nunca lo hizo. Me fui de Italia porque no quería que mi hijo viviera el calvario que su padre me hizo vivir con su amante. Quería que mi pequeño tuviera la oportunidad de ser libre y que corriera sin temor a ser despreciado por una mujer sin escrúpulos. No había sido encontrada hasta hoy.—¿Entonces volverás a Italia? —veo sentarse a Thomas a mi lado—. Gianna, debes saber que si vas para allá, todos sabrán de Aleksandr. Han pasado cinco años desde tu partida, pero ahora de la nada, te están pidiendo que regreses a Italia… perdona que desconfíe, pero es muy sospechoso.—La abuela de Mikhail necesita un director financiero. A nivel laboral es un
Dos días después...Roma-Italia.Gianna.El aire de mis pulmones salía porque simplemente tenía que hacerlo, pero me sentía la persona con la suerte más extraña de este universo. Claro, la persona que un día amé, me destruyó por completo, pero me dio la bendición más grande al mismo tiempo.No tenía más información de cómo se encontraba Mikhail ahora mismo. Solo lo que me comentó su abuela cuando le dije que había llegado a Italia. Por eso debía ir al hospital primero. Alek había estado nervioso durante el vuelo porque había pasado muchas horas sentado y la turbulencia lo había hecho llorar. Thomas se quedaría con mi pequeño mientras yo hacía lo que se suponía que tenía que hacer.Pero lo único que me dejaron completamente claro, es que él no recordaba los últimos cinco años de su vida.Aunque él haya perdido la memoria, en el diccionario de Mikhail, no existe la palabra, «amor por Gia.»Soy una persona fuerte, no soy de rendirme con facilidad, pero a veces me dejo llevar. Sé qué no p
Estaba tan molesta por la situación, que ya no podía disimularlo en mi rostro. Tampoco es que estaba haciendo un esfuerzo en ocultarlo, pero ya no me importaba. No me verás derrotada. No entiendo como pude darle a mi hijo un padre tan imbécil.Estoy agradecida de que, por lo menos, sus ojos grises, le fueron heredados. Mi Alek tiene una personalidad muy dulce y amorosa. Es un niño muy juguetón y sí, voy a pensar en mi hijo para no mandar a su padre al infinito del olvido.—Natasha y yo tuvimos que sacar las cosas de la casa. ¿Puedes buscar otro lugar en donde quedarte? Verás, ella ya vive conmigo y si tú llegas a ir… Pues, no quiero incomodarla. No sé si me entiendes, pero no te quiero ver regresando a la casa —sus ojos parecen estudiarme.Suspiro, levantando una ceja.Solo un poco más, Gianna... Solo un poco más y no lo mandes a la mierda.—Ya no vivo en tu casa. No sé a qué te refieres con mis cosas. Sinceramente, las había olvidado. Vine aquí porque fui obligada a venir, no porque
No todo es malo para mí... Creo.Gianna.Me gustaba lo que estaba sucediendo ahora. Tenía una persona que le respondía a Mikhail de la misma manera que él quería hacerlo conmigo.No necesitaba que me defendiera porque claramente yo podía hacerlo, pero se sentía bien ver qué se quedaba callado y no decía nada, cuando Thomas, se ponía de mi lado y le daba sutilmente unas patadas.—¿Estás saliendo con alguien estando casada, Gianna? —la voz de sorpresa de Natasha, me hizo sonreír—. Eres increíble… Siempre supe que eras una cualquiera.—Vaya... Debe ser muy fuerte de asimilar eso —digo con sarcasmo, haciendo reír a Thomas.—¿Estás con él, Gianna? —esta vez, era la voz de Mikhail.—No tengo porqué hablar de mi vida privada. Te lo he dicho hoy ya varias veces —veo a Thomas—. Te veo en un rato. Yo debo irme y...—No puedes irte. Espera a que el doctor llegue y termine de hablar. Todavía soy tu esposo —su mandíbula estaba tensa.Lo miro mal, pero me siento en el sofá en el que estuve hace rat
Un corazón herido y un corazón traicionero.Gianna.Me había ido con Thomas, en busca de mi hijo y al supermercado. Se compró lo que se necesitaba y nos fuimos al hotel. Alek llegó dormido porque el viaje había sido muy agotador para él. Solo tiene cinco añitos y le tocó volar lejos.Por más que él quería jugar con nosotros, estaba muy cansado. Mis cosas estaban en la sala de la habitación y de acuerdo a la abuela de Mikhail, había conseguido un lugar para nosotros vivir. El contrato como inquilina, había sido firmado antes de volver al hotel y estaba bajo el nombre de un empleado. Thomas y Alek irían a la nueva casa por la mañana, así que podía ir al hospital sin problemas.Estaba viendo una serie en donde las mujeres buscaban vestidos de novias y se vivían unos mega dramas, para elegir uno de esos. Recordé el día de mi boda y que las cosas aunque fueron rápidas, fue muy bonito. Hoy miro a mi pequeño bebé, dormido a mi lado y es lo único que valió la pena en ese matrimonio.Mañana te
No sé en quién creer...Mikhail.Todo era confuso para mí desde que abrí los ojos después del accidente. Tenía un fuerte dolor de cabeza que me mataba y había olvidado algunas cosas.Sentía que había olvidado momentos y personas que fueron importantes para mí, pero no tenía idea de quién había sido. No dije nada esa madrugada al despertar porque estaba cómodo con la persona que me estaba cuidando. Todo estaba oscuro y no pude ver bien quién era, pero simplemente me sentía en casa.En la mañana, ella ya se había ido y no pude preguntarle a dónde, porque mi voz no salió. Mi boca estaba siendo sellada por un tubo que me ayudaba a respirar.Simplemente sentí un vacío con su ausencia.—¿Misha, me estás prestando atención? —la voz de Natasha, me regresa a la realidad.Ella estuvo aquí cuando el doctor dijo que había perdido la memoria. Lloró desconsolada y me dijo cuánto me amaba. Me explicó que estábamos juntos desde hace mucho tiempo y que nos comprometimos hace un año.—Claro, Natasha. P
Un minuto más para confiar.Mikhail.La puerta es abierta con cuidado y finjo estar dormido, para no tener que escuchar a alguien discutir por no darle la razón.—Al parecer estás dormido —la escuché murmurar—. Bueno, esperaré a que despierte. Espero no asustarlo.Escucho el sonido del sofá y después las voces de varias personas en un vídeo.No podía levantarme porque tenía una pierna enyesada y solo quería ver si Gianna hablaría algo sobre mí.—Tengo hambre. Es increíble que viva con hambre ahora. La comida del hospital es horrible, pero se me antoja comerme la gelatina que tiene en esa bandeja —quiero reirme por sus lamentos.¿Qué les cuesta ser así como ella?Abro los ojos lentamente, para intentar parecer recién levantado. Ella estaba de pie, frente a la bandeja de comida, con la mano estirada para agarrar la gelatina.—¿Qué estás haciendo? —le pregunto, sorprendiéndola.—Quería saber la calidad de la gelatina —la agarra, apartando la mirada—. Es que se nota a lo lejos que nos vas