Sus ojos se entristecieronAmery me tomo de la muñeca llevándome hacia la puerta, como no me apretó muy fuerte saque mi mano de su agarre y regrese a la mesa, pero el detective no me dejaría volver a hacer ninguna pregunta, me tomo de la cintra y me saco de ahí, aunque grite y patalee no conseguí volver a acércame al supuesto asesino de mi hijo. —Suéltala. —escuche gritar Vicenzo, quien era arrastrado y empujado por Drago, no era posible que me defendiera. No solo nos sacaron de la sala de interrogatorios, nos llevaron hasta afuera, hasta el estacionamiento; —No vuelvan por aquí, no quiero verlos en este lugar, si pisan mi estación los encarcelare.—Drago estaba por demás furioso, Vicenzo lo estaba igual. Yo estaba ensimismada, mi hijo estaba muerto, o mi hijo estaba en manos de alguien más.—Perfecto, me colocas en la misma celda que ese maldito —continuó discutiendo Vicenzo. —Vicenzo…—hizo un ademan de advertencia, pero de su boca no salió ni una sola palabra, camino de un lado a
Déjame estar contigoAquel día pensé que la ultima repuesta que me dio resolvería todas mis dudas, pero solo dejo más interrogantes, Vinicio tuvo otro hijo, eso tal vez era verdad. Hoy no tenía fueras para buscar despejaba a todas mis dudas ni encontraba sentido a resolverlas. —No recuerdo que me dijera nada más. —me toque la cabeza, comenzaba a dolerme, mis parpados se pusieron pesados, y mis ánimos decayeron más. —Revisamos las grabaciones — presionó Matías —, fue muy evidente una gesticulación justo después de que se acerca a usted ¿qué fue lo que le dijo?Sus miradas tenían esa expresión, esperando una gran revelación que resolviera todas las dudas. —Vamos Helen. —insistió Vicenzo, al mirarlo recordé que él tenía derecho de saber que su hermano guardaba secretos con él, o quizás el sabia de ese primer hijo y yo al callarme solo seguía dándole vueltas. —Me dijo que Peter no estaría solo, que le haría compañía a su hermano. La extrañeza se plasmo en el rostro de Vicenzo, el cam
Su aroma masculino su suave respiración me encerraban en un lugar de reposo, donde el dolor se desvanecía, con delicadeza y fuerza me sujetaba entre sus brazos, podía sentirme refugiada, consolada y por un momento ilusionada, nada conseguía darme una rato de luz o de paz, la angustia en mis entrañas mordía a cada instante y la opresión en mi pecho me dificultaba el respirar. Vicenzo era un oasis en mi desierto.—Vamos has un esfuerzo. —insistióNo quería que me soltara, en este instante de quimera todo era hermoso. Recibió una llamada, ese timbre estaba destruyendo mi silencio.Respire sobre su hombro y me aparte de él, mis ojos se encontraron con los suyos enrojecidos. Fue como una estrella fugaz el mantuvo su rostro cerca de mío recorrí mi rostro un poco más había abajo, leí sus deseos al ver cómo observaba mi boca. Aunque una parte de mi lo deseaba no era prudente aferrarme al sentimiento de un hombre para reparar el dolor de perder un hijo.Ni Peter, ni su amor era reemplazable.
Fue un viaje corto y en total silenció. Conforme avanzaba mis nervios se intensificaban, las manos comenzaban a sudarme, y una preocupación atrevida se adentraba al observar en el espejo mi semblante. Imagine muchas veces este momento, ensaye miles de veces lo que le diría cuando el despertara, ahora mi mente estaba en blanco.El auto se detuvo frente a la casa de Samanta, Vicenzo conservó sus brazos tensos sobre el volante, cerraba sus puños alrededor tan fuerte que producía un rechinido de la goma. Resoplaba constante, imagine una reacción completamente diferente, pero creo que entendía lo que estaba remolineando en su interior.Cual actitud era la correcta, pararse frente a él y abrazarlo después de tanto tiempo agradeciendo que al fin volvería a la vida o pedirle explicaciones apenas colocar un pie en la habitación.Coloque mis manos sobre las suyas, me agradaba el contacto físico más de lo que podría admitir. Abrió sus ojos cuando sintió el contacto, corrió sus ojo sobre mis braz
Levanté la vista Vicenzo tenía a su hermano sujeto de la ropa, le gritaba que se callara, que parara de reírse, pero el parecía estar aún más divertido con la situación, imaginaba estar frente a un adolescente solo riendo de una travesura que cometió.¿Cuánto tiempo hacia despierto?, el suficiente para que Samanta le contará sobre el hijo que tuvo conmigo, la frialdad en sus palabras, la diferencia de su rostro, no dejaba de lastimarme. No me comprendía, por qué me importaba su reacción, por qué esperaba algo de su parte.Con dificultad me puse en pie y camine hasta ellos, me preocupaba la forma en que Vinicio podría lastimar a Vicenzo, cuando el sintió una mano sobre la espalda se dio la vuelta al darse cuenta que era yo sé apresuró a tomarme y apartarme de él, como si temiera que fuera capaz de hacerme daño, me protegía con su cuerpo y me preguntaba si estaba bien.—Me arrepiento no sabes cuánto de haberte amado, es sorprendente como pudiste transformar ese cariño en un profundo y p
Manejaba de forma automática, la furia estaba reflejada en su rostro, la frente fruncida y la quijada tensa, no le dije nada durante el camino, ni siquiera le pedí que me llevara a casa de mi padre cuando vi que tomo el camino a su mansión, al llegar le pedí a Aurora el botiquín, aunque Vicenzo me explico que no lo necesita, mientras la Nana volvía lo revise, era verdad no tenía un mínimo rasguño.Camina por toda la sala, resoplando como un dragón embravecido lanzando fuego por la boca, no conocía a este Vicenzo, si es que acaso podría asegurar que conocí a los Sanlúcar, podría afirmar que Vicenzo controlaba su temperamento.Pero Vinicio tenía la capacidad de hacer perder el control a cualquiera sin necesidad de insultar o agredir, solo esa actitud arrogante y despreocupada provocaba a Vicenzo como nadie más.Yo no respondí a su solicitud de ser un amigo, o un apoyo para mí, no estaba convencida de que haría lo correcto, rechazarlo sembraba en mí una culpa, pero aceptarlo sembraba en
Angel ProtectorEl contacto no tenía un nombre, tome un bolígrafo y anote los numero en mi mano, era el mismo que recién acababa de llamarle, pensé en marcar para conocer a la personan detrás de esa diminuta pantalla.—¡Helen! —la voz de Vicenzo a mi espalda diciendo mi nombre, me estremeció desde la cabeza hasta los pies, mi cuerpo era una tabla rígida, deje caer el bolígrafo sobre la alfombra — ¿Qué haces? Creí que ya te habías marchadoVicenzo se para junto a mí, me hablo con dulce voz, el calor de sus dedos me descongeló al tocarme suavemente el antebrazo.—Mi taxi, aún no llega. —me gire enfrentando su acecho, yo me aparte del punto en que me encontraba, no hilaba las palabras para cuestionarlo sobre el mensaje que acaba de recibir.Recordé las miradas de complicidad entre él y Amery, mi corazón se aceleró como un loco, y ¿si se trataba de Peter?, ¿que otro pequeño era importante?—Aun puedo cancelar el transporte y llevarte…—¡No!, —cuidé su expresión, solo bajo su vista a la la
Hombre misterioso.Trate de remover el resto de papeles, eran notas de su itinerario, lugares donde habia estado y detalles de su vida privada. Información sobre sus finanzas pero nada sobre su nombre, termine por remover algunos para saber que era esto.El recuadro aunque era pequeño, estaba lleno de detalles. Cuando pude descubrir completo el letrero, este decía;“Caso Sanlúcar”Busque en el suelo la fotografía, ya tenía una pista para investigar por mi cuenta, me incline la fotografía resbalo hasta abajo de la pequeño mesa y casi metida por debajo del cubilo del otro lado, deje caer mis rodillas sobre el piso, recorrí la silla para que me dejara pasar.—¿Qué hace aquí? —la voz de un oficial me ofusco, alce la cabeza y me golpe contra la mesa —Permítame ayudarle, —me extendió la manos y la tome, era un hombre afroamericano, con una sonrisa muy blanca y unos ojos negros muy alegres.—Está buscando al detective Amery —me sobré el golpe, sacudí las manos para quitarme el polvo, el ofic