Fue un viaje corto y en total silenció. Conforme avanzaba mis nervios se intensificaban, las manos comenzaban a sudarme, y una preocupación atrevida se adentraba al observar en el espejo mi semblante. Imagine muchas veces este momento, ensaye miles de veces lo que le diría cuando el despertara, ahora mi mente estaba en blanco.El auto se detuvo frente a la casa de Samanta, Vicenzo conservó sus brazos tensos sobre el volante, cerraba sus puños alrededor tan fuerte que producía un rechinido de la goma. Resoplaba constante, imagine una reacción completamente diferente, pero creo que entendía lo que estaba remolineando en su interior.Cual actitud era la correcta, pararse frente a él y abrazarlo después de tanto tiempo agradeciendo que al fin volvería a la vida o pedirle explicaciones apenas colocar un pie en la habitación.Coloque mis manos sobre las suyas, me agradaba el contacto físico más de lo que podría admitir. Abrió sus ojos cuando sintió el contacto, corrió sus ojo sobre mis braz
Levanté la vista Vicenzo tenía a su hermano sujeto de la ropa, le gritaba que se callara, que parara de reírse, pero el parecía estar aún más divertido con la situación, imaginaba estar frente a un adolescente solo riendo de una travesura que cometió.¿Cuánto tiempo hacia despierto?, el suficiente para que Samanta le contará sobre el hijo que tuvo conmigo, la frialdad en sus palabras, la diferencia de su rostro, no dejaba de lastimarme. No me comprendía, por qué me importaba su reacción, por qué esperaba algo de su parte.Con dificultad me puse en pie y camine hasta ellos, me preocupaba la forma en que Vinicio podría lastimar a Vicenzo, cuando el sintió una mano sobre la espalda se dio la vuelta al darse cuenta que era yo sé apresuró a tomarme y apartarme de él, como si temiera que fuera capaz de hacerme daño, me protegía con su cuerpo y me preguntaba si estaba bien.—Me arrepiento no sabes cuánto de haberte amado, es sorprendente como pudiste transformar ese cariño en un profundo y p
Manejaba de forma automática, la furia estaba reflejada en su rostro, la frente fruncida y la quijada tensa, no le dije nada durante el camino, ni siquiera le pedí que me llevara a casa de mi padre cuando vi que tomo el camino a su mansión, al llegar le pedí a Aurora el botiquín, aunque Vicenzo me explico que no lo necesita, mientras la Nana volvía lo revise, era verdad no tenía un mínimo rasguño.Camina por toda la sala, resoplando como un dragón embravecido lanzando fuego por la boca, no conocía a este Vicenzo, si es que acaso podría asegurar que conocí a los Sanlúcar, podría afirmar que Vicenzo controlaba su temperamento.Pero Vinicio tenía la capacidad de hacer perder el control a cualquiera sin necesidad de insultar o agredir, solo esa actitud arrogante y despreocupada provocaba a Vicenzo como nadie más.Yo no respondí a su solicitud de ser un amigo, o un apoyo para mí, no estaba convencida de que haría lo correcto, rechazarlo sembraba en mí una culpa, pero aceptarlo sembraba en
Angel ProtectorEl contacto no tenía un nombre, tome un bolígrafo y anote los numero en mi mano, era el mismo que recién acababa de llamarle, pensé en marcar para conocer a la personan detrás de esa diminuta pantalla.—¡Helen! —la voz de Vicenzo a mi espalda diciendo mi nombre, me estremeció desde la cabeza hasta los pies, mi cuerpo era una tabla rígida, deje caer el bolígrafo sobre la alfombra — ¿Qué haces? Creí que ya te habías marchadoVicenzo se para junto a mí, me hablo con dulce voz, el calor de sus dedos me descongeló al tocarme suavemente el antebrazo.—Mi taxi, aún no llega. —me gire enfrentando su acecho, yo me aparte del punto en que me encontraba, no hilaba las palabras para cuestionarlo sobre el mensaje que acaba de recibir.Recordé las miradas de complicidad entre él y Amery, mi corazón se aceleró como un loco, y ¿si se trataba de Peter?, ¿que otro pequeño era importante?—Aun puedo cancelar el transporte y llevarte…—¡No!, —cuidé su expresión, solo bajo su vista a la la
Hombre misterioso.Trate de remover el resto de papeles, eran notas de su itinerario, lugares donde habia estado y detalles de su vida privada. Información sobre sus finanzas pero nada sobre su nombre, termine por remover algunos para saber que era esto.El recuadro aunque era pequeño, estaba lleno de detalles. Cuando pude descubrir completo el letrero, este decía;“Caso Sanlúcar”Busque en el suelo la fotografía, ya tenía una pista para investigar por mi cuenta, me incline la fotografía resbalo hasta abajo de la pequeño mesa y casi metida por debajo del cubilo del otro lado, deje caer mis rodillas sobre el piso, recorrí la silla para que me dejara pasar.—¿Qué hace aquí? —la voz de un oficial me ofusco, alce la cabeza y me golpe contra la mesa —Permítame ayudarle, —me extendió la manos y la tome, era un hombre afroamericano, con una sonrisa muy blanca y unos ojos negros muy alegres.—Está buscando al detective Amery —me sobré el golpe, sacudí las manos para quitarme el polvo, el ofic
Subí nuevamente a su camioneta, como Drago nos acompañaría yo decidí ir en el asiento de atrás, creyendo que la mirada de Vicenzo ni su cercanía me perturbarían, pero olvide los espejos retrovisores. Bajé el vidrio y dirigí mi vista al camino. Aun así podría sentir como me miraba.Al voltear el estaba mirando el camino, estaba actuando como una tonta, eso era. ellos conversaban de futbol, Drago tenia el humor de hablar apasionadamente sobre su equipo favorito de americano, aseguro que le robaron el pase al supertazón en no sé qué año. No estaba concentrada en la conversación.El cielo era azul, pero no como cualquier día, en particular estaba limpio, y con una intensidad que pocas veces se ve en el año. Trataba de unir en mi mente todo, encontrar alguna conexión, pero nada tenia sentido. y si encontraba las respuestas de todo, ¿me serviría de algo?Sobre el tablero llevaba una cámara profesional, no la note al subir, “caso Sanlúcar”, la fotografía de ese hombre.—Vicenzo, porque debem
No te ocultare nadaColoque la cámara en el piso, me levante gire a todos lados, corrí escaleras arriba, yo tenía que ir por Peter a donde sea que estuviera, recorrería el océano nadando si era necesario., llamaría a la policía de España, postearía la fotografía de Peter en los periódicos, pelearía.Escuche pasos detrás de mí.Tome una bolsa grande donde solo cupieran dos cambios y un poco de ropa para Peter, uno de sus juguetes favoritos de mi hijo, busque de inmediato todos los documentos que me ayudaran a demostrar que era mi hijo. no recordaba con exactitud donde los había guardado.Abrí unos cajones y otros.—¿Qué haces?, —pregunto impaciente Vicenzo siguiéndome por toda la habitación—No es claro, iré por Peter —revisé una cajita donde tenía dinero, lo metí todo sin siquiera contarlo, era bastante quizás necesitaría más para sobornar a algún empleado—No estamos seguros que sea él … —me tomo de los brazos para contener mi frenesí—Yo sí, sé que es él, sé que es mi hijo, suéltame
¿Aún hay amor entre ellos?Ensimismada en mis pensamientos, en la ilusión que se volvía cada vez más real, me quede dormida. Creyendo que todo había acabado y que mi pequeño Peter estaba recostado sobre mi pecho dormido cuan tranquilo como todas la noches. Su aroma se hacía presente al igual que su pausada respiración. Estaba en los brazos de su madre, mis dedos acomodaban delicadamente uno a uno sus finos cabellos castaños. Le llenaba de besos invadiéndome de su dulce aroma.Desperté con un sobre salto, con una manta sobre mi cuerpo, y un hombre sentado en un sofá al otro lado de la habitación, en sus manos estaba un par de zapatitos negros perfectos para combinarlos con un curioso trajecito de hombrecito de negocios. O un elegante para asistir a una fiesta. —No quería despertarte. —no levanto el rostro, su interés estaba puesto en el objeto entre sus manos.—Ahora no dormiré toda la noche —rezongue, frotándome los ojos.Me gustaba míralo, era atractivo, si su rostro estaba de fren