(...)Las horas pasaron lentamente, el tiempo se le hizo eterno a Nickolas haciendo que su ansiedad aumentara. No podía dejar de mirar la sala de emergencia a cada dos minutos esperando ver salir al doctor. Siquiera se había movido de allí aunque su estómago gruñó reclamando por comida, lo ignoró alegando que luego iría a la cafetería por algo de cenar. En ese instante lo que único que le importaba era saber cómo estaba Madison. Verla desplomarse en sus brazos fue la experiencia más desagradable que había presenciado Nickolas. Se asustó tanto que le resultó difícil no entrar en pánico, recordando lo sucedido años atrás.Desde la muerte de su hermano, había desarrollado hematofobia al presenciar cierta cantidad de sangre. Por lo que al estar expuesto ante aquel líquido rojo que comenzó a brotar de la joven, revivieron aquellos recuerdos angustiosos que recurrieron a su mente de manera involuntaria, provocando malestar en él. Después de aquel accidente, Nickolas no volvió a ser el mi
Los días pasaron de volada, el doctor había dado de alta a la joven y esta se disponía a ir a casa de Nickolas junto al chófer que él le había mandado puesto que se encontraba ocupado en una reunión de la empresa. Aún así había estado pendiente de Madison durante los tres días internada en el hospital. Afortunadamente no había sufrido una lesión grave recuperándose rápidamente de la conmoción.Volvió la vista a la ventanilla del auto observando las calles concurridas de la ciudad, hacía un buen día para caminar un rato y disfrutar de un paseo por Central Park en vez de quedarse encerrada en casa. Pero por otro lado, debía resolver unos asuntos importantes e iría a casa de Matthew para asegurarse de que estuviera bien.No había coincidido con él luego de aquel día dónde se toparon en la empresa. Y aunque intentó comunicarse no obtuvo respuesta de su amigo, y eso no era habitual en Matthew el desaparecer y no dar señales de vida. Así que no pudo evitar pensar que algo malo le había ocurr
—No creo que pueda —interrumpió ella sintiendo enojo consigo misma al no saber cómo decirle la verdad a su madre.—Yo... Solo quiero verte, Madison... Sé que las cosas no están bien entre ambas, sin embargo no creo que sea nada malo pedir encontrarnos finalmente, créeme ya me he mentalizado a...—No se trata de eso, solo no puedo, lo siento, en este momento estoy ocupada. Hablamos luego.Colgó la llamada y procesó lo que acababa de suceder, no sabía si todo había sido parte de un sueño o en verdad su madre la había llamado después de un año que ellos decidieron cortar comunicación con ella. Cerró los ojos intentando calmar las emociones que surgieron en su interior, no sabía cómo sentirse al respecto. ¿Por qué después de tanto tiempo la llamaba? ¿Qué es lo que quería?Rabia, dolor y tristeza se apoderaron de todo su cuerpo. Las lágrimas se derramaron por sus ojos mientras ahogaba un sollozo entre sus manos para no llamar la atención de los demás que parecían inmersos en sus asuntos.
—¿Ustedes discutieron, cierto? —la joven asintió a duras penas—. ¿Puedo saber...?—Realmente ni yo misma sé que ocurrió, es decir, es más complicado de lo que creo —murmuró más para sí misma —. Lo único que te puedo decir es que nuestra mesa parece haberse acabado de un momento a otro sin razones profundas, es todo tan absurdo...Chasqueó la lengua. Matthew asintió. Tenía la sospecha de cuál asunto importante era ese que quería hablarle Kenia, pero fingió no estar al tanto de lo que había estado ignorando hace tiempo. Quizá era la razón de su comportamiento hacia Madison, y él se había equivocado al hablarle a ella de lo que sentía hacia la joven sin saber que aquello iba avivar los sentimientos egoísta que crecían en el interior de Kenia.Sin embargo, decidió no comentar nada a la pelinegra. Creía que podía solucionar el problema de raíz siendo sincero con Kenia, así ninguno de los tres saldría lastimado. Solo esperaba que funcionara lo que tenía en mente.—No puedo opinar al resp
Kenia enfurecida llegó al apartamento que compartía con otra chica, no podía creer que siempre cuando estaba a poco de expresar la verdad, ocurría algo, quedarse en puntos suspensivos la ponía furiosa, siempre tenía que ser Madison arruinando los momentos. La odiaba con todo con su corazón, ese crecimiento insano estaba haciéndose cada vez más fuerte desde su interior, echaba raíces en un lugar en donde definitivamente haría daño.No le importaba. En ese momento la chica con la que compartía ese lugar no se encontraba presente, incluso si estuviera no le importaba hacer lo de ahora, rompía todo a su paso, descargando la ira que sentía. —¿Por qué tengo que ser yo la rechazada? —exclamó molesta con todo —. ¡Estoy cansada de ser ignorada! No merezco ser a la que tratan como si nada. Debo tener algo mejor que estar así. ¡Agh! todo es culpa de esa...Algunas cosas estaban rotas sobre el suelo, un desastre que fue en aumento hasta la interrupción de aquella mujer abriendo la puerta y qued
No obstante, tan pronto como el juicio volvió a Madison, esta se separó abruptamente del CEO y la realidad cayó a ella como un balde de agua fría, devolviéndola a la realidad.No podía reclamar absolutamente nada. Ella de todos modos le había seguido el curso, cayó en su juego, en él... —N-no... —tartamudeó sin saber qué decir, la verdad es que su mente estaba en blanco procesando lo que acababa de ocurrir, era mucho lo que pasó, no se lo podía creer.Lo único que deseaba era que Nicolás luego olvidara ese vergonzoso momento, porque andaba borracho, los hechos en algún punto podrían ser un poco borrosos. Pero, no se miraba tan ebrio como antes. Tomó una bocanada de aire, la necesitaba para suministrar el oxígeno que sus pulmones exigían, puede que un beso no era la gran cosa, sin embargo Madison no le podía restar importancia a lo vivido, se sentía de peso en su mente. Se levantó como un resorte sintiendo sus mejillas encendidas. Nickolas también se puso en pie sin poder creer lo q
Entró de prisa a la habitación cerrando la puerta con pestillo, se dejó caer en la cama junto a su pequeño que apenas reconoció a su madre y su llanto cesó. Lo cargó entre sus brazos colocándolo encima de su pecho mientras acariciaba su cabecita para lograr calmarlo. Su bebé fue quedándose dormido sintiéndose tranquilo con la presencia de la joven.Suspiró aliviada. Si no hubiera sido por el inesperado llanto de Natt, seguramente estaría aún en la habitación de Nickolas siendo interrogada por su intromisión. Lo que había hecho estuvo mal y lo reconocía, pero solo sintió algo de curiosidad y se dejó llevar por ella, además no es cómo si hubiera leído todo lo que decía allí, apenas y si pudo alcanzar a ver lo que había en las primeras hojas de la libreta.Sin embargo, actuó de manera indiscreta. ¿Por qué tuvo que haber abierto esa caja negra? Cerró los ojos pasando la mano por su rostro con frustración. Lo más probable es que Nickolas la echara de su casa por entrometerse en sus cosas
Pero luego se alejó rápidamente dejándola aturdida con su perfume. Aquello estaba afectando su estabilidad mental y no creía ser capaz de soportarlo.La muchacha se mostraba incrédula ante su invitación, es que no parecía real. Se le quedó mirando curiosa creyendo que probablemente le estaba gastando una broma, pero la expresión de Nickolas hizo que descartara lo que pensó. Suspiró hondo. —¿Eh? —frunció el ceño confundida—. ¿Solo nosotros? No comprendo...No parecía ser necesario para mantener todo eso de la farsa, por esa razón se había quedado atrapada en la sorpresa. Era algo que no se podía creer. Nickolas asintió con la cabeza. —Considéralo una cita —agregó retirándose del pasillo y una sonrisa socarrona se deslizó en sus labios.Aprovecharía la situación para ganar algo a su favor.Madison procesaba lo sucedido en su mente sin saber que había pasado, todo había ocurrido tan rápido que apenas y tuvo tiempo de reaccionar. Era increíble que le dijera que podía tomarlo como una