No era asidua al maquillaje, sin embargo mirarse bonita esa noche nació dentro de ella como un objetivo por agradar a Nickolas. No entendía la razón de sentirse tan impulsada a verse bien delante de sus ojos. Pero afloraba en sus mirada brillaba la respuesta. Esbozó una sonrisa mientras alcanzaba el polvo compacto y terminaba la labor, le quedó preciso y atractivo el maquillaje. Sus ojos delineados sobresalían y sus labios barnizados de rojo, le daban un toque provocativo. ¿Quizá era demasiado? No era momento de estar insegura. Lo más importante era el atuendo. Aún estaba indecisa. Hizo un puchero, era ridículo tener que usar algo de lo que allí tenía. Al final se desinfló sobre la cama. Pero entre las perchas eligió uno que sobresalía, era el que debía usar. Lo alcanzó, era tan grácil y delicado. Le agradó al instante. Supo que ese era el indicado. Deslizó la prenda por su cuerpo colocándose el vestido que se ceñía a su silueta cómo un guante, le quedaba perfecto y satisfecha con
La semana pasó de volada, durante su estadía en casa del CEO, la joven había notado lo diferente que se comportaba con ella. Estaba siendo mucho más atento y se mostraba amable en todo momento. Esa mañana al despertar por el ruido proveniente de la cocina, decidió levantarse e ir a averiguar de qué se trataba. Antes averiguarlo se dio una ducha y cepillos de dientes.Le sorprendió ver a Nickolas usando un delantal mientras preparaba el desayuno sin mayor problema. Eso era lo que no se lo esperaba la escena la cautivo por algunos minutos antes de proceder. Madison frunció el ceño y se acercó hacia él.—¿Qué haces? —inquirió confusa.Giró a verla.El hombre no pudo evitar deslizar una sonrisa, al verla allí frente a él. —Oh, has despertado. Que bueno, porque he preparado el desayuno para los dos —emitió Nickolas sin inmutarse ante la llegada de la chica.Lo miró desconcertada.—¿Tú has hecho... todo esto? —preguntó observando un montón de comida en la encimera.Se volteó a verlo sin
Madison lo observó fijamente, su ceño parecía estar la mayor parte del tiempo fruncido pero al enojarse este se volvía más notorio dejándole ver qué se estaba conteniendo en su interior. Lo poco que había podido entender del indescifrable Nickolas era que se preocupaba por los demás incluso más que por él mismo. Aunque no había pasado ni un mes de estar allí viviendo en su casa, reconocía que cada vez que necesitaba de alguien el CEO no dudaba en brindarle la ayuda.Debía admitir que era un hombre difícil de comprender, y quizá algo tozudo, pero sus acciones le demostraban que en su interior residía un ser completamente diferente a la fachada exterior que todos veían. Transmitía algo que en realidad no era, pareciendo ser desinteresado ante el resto y preocuparse solo por él mismo, pero la verdad es que no era así.Delante de ella había un hombre que se interesaba sinceramente por los demás a pesar de mostrar lo contrario. Esa era la conclusión a la que estaba llegando después de qu
Miró su reflejo en el espejo observando el precioso vestido que le había regalado Nickolas, era el mismo que vio aquella vez en la tienda y no alcanzó a comprarlo puesto que no estaba dentro de su presupuesto. No entendía cómo es que él se había enterado que era justo el que quería, le pareció extraño que le hubiera regalado precisamente ese vestido. Pero pensó que quizá había sido casualidad y decidió restarle importancia al asunto.Ponerse a pensar en que era una casualidad, sólo sería inventarse algo tonto en su mente. Giró un poco para admirarse, la verdad es que le gustaba demasiado el vestido. No había duda de que Nickolas tenía un buen gusto para ese tipo de cosas, no entendía cómo es que podía ser tan perfecto. Suspiró. Lo importante era centrarse en lo que pasaría esa noche. —Es tan hermoso —murmuró para si misma mientras tocaba la delicada tela.De sentía diferente, incluso se veía mucho más adulta. Normalmente solía usar ropas sencillas sin esforzarse demasiado en su asp
Los ojos de Kenia se abrieron cómo platos al tiempo que escupía el café ante la noticia que presentaban en la pantalla, según la conductora del programa que solía ver todas las mañanas explicaba que las fotografías habían sido infiltradas y ahora era el "escándalo" en todos los titulares de las revistas de cotilleo. Cogió su móvil revisando sus redes sociales e inmediatamente aparecieron más publicaciones, estaba atónita con lo que estaba mirando. El CEO Nickolas Jones aparecía junto a una mujer que reconoció al instante, se trataba nada más y nada menos que de Madison. Ambos se encontraban tomados de la mano mientras caminaban por la orilla de la playa, además, con ellos había un bebé que el empresario sostenía entre sus brazos pareciendo una familia.¿Por qué está con él? ¿De dónde se conocen? Leyó los comentarios fijándose que algunos estaban a favor y otros en contra de la supuesta pareja. ¿Cómo es posible qué tengan una relación? Aquello le resultó completamente descabellado,
—En serio no te entiendo, dices estar enamorado de Madison y te ves tan relajado aún sabiendo que ella está con otro hombre. ¿No harás nada al respecto? Eso es lo que tendrías que hacer si de verdad te gusta tanto como dices —él aparentó no escucharla y se dedicó a limpiar la barra, en serio quería que se fuera de su lugar, ya no soportaba seguir escuchándola, no decía nada bueno —. Bien, cómo quieras. Sé que no lograré nada contigo cuando tu corazón ya tiene otra dueña. Pero tarde o temprano te darás cuenta que Madison no es la chica perfecta que todos creen y algún día descubrirán que solo ha estado fingiendo.Matthew percibió el desprecio en sus palabras, le dolía ver qué alguien permitiera que la envidia y el resentimiento los dominaran. No era más que una calumnia lo que soltaba, no tenía razón. Ella solo escupía odio de su boca, porque no podría ser otra cosa. —¿Por qué haces esto, es por el hecho de haberte rechazado? No tienes derecho de soltar mentiras sobre Madison, no hay
Mientras tanto, Nickolas se dirigía a la oficina de su padre quién estaba furibundo ante la polémica del artículo publicado. La noticia se había esparcido cómo pólvora y los medios de comunicación no hacían más que hablar de las fotografías del CEO y Madison refiriéndose a ella cómo su nueva conquista.Su progenitor siempre había procurado mantener una buena reputación e imagen, ahora sucedía, por culpa de su hijo, todo lo contrario afectando directamente a la compañía tenía razones de sobra para estar al borde un colapso y furibundo con su hijo. Al final no había seguido sus consejos, y todo eso pasaba. Era una locura, algo inaceptable. ¿Es que no se tomaba en serio el trabajo? Ya todo lo que ocurrió los salpicaba, lo que en consecuencia acentuó más la persecución periodística, quienes no dejaban de llamar, queriendo más detalles de lo sucedido. Entró al despacho tomando asiento frente al señor Jones.—¿Me puedes explicar qué es esto? —lanzó la tablet encima del escritorio —. ¡Est
—La mayoría de las personas que infiltran información cómo esta solo quieren una cosa; dinero. Así que les daré lo que me pidan si de este modo retiran las fotografías, no voy a mentir, incluso cuando todo eso se borré, ya está en las memorias de muchas personas, pero al cabo de un tiempo se olvidarán y podremos quedarnos tranquilos —explicó y la chica asintió liberando el aire sonoramente, parecía que finalmente se podía quedar tranquila, aunque aún no del todo —. Pero en fin, no hablemos más de eso. Hay cosas más importantes que quiero hacer justo ahora.Se acercó lentamente a ella y soltó sus manos colocándola en su mejillas con ternura. Estampó sus labio con los suyos besándola con delicadeza cómo si temiera dar un paso en falso que arruinara el momento íntimo entre ellos. Esta vez era un beso lento, una simple caricia, apenas unos roces que hicieron suspirar a la joven al olvidar lo que sucedía a su alrededor. Sus labios no pudieron separarse fundiéndose en un beso profundo y ap