El regreso a la residencia de James fue en completo silencio. Él estaba preso de una maraña de emociones, el haber compartido un tiempo con su hijo, el haberlo abrazado a su llegada y luego al despedirse. ¡Eso último había sido letal para él! Y luego, ese enfrentamiento inevitable con Sofia. Sentía que la amaba tanto como la odiaba provocándole una gran contradicción porque mientras le vomitaba esa catarata de reproches y amenazas, a la vez sentía dolor al decírselas. Porque la amaba, dios... ¡Como amaba a esa mujer! Patrick miraba hacia afuera, de vez en cuando y disimuladamente miraba a su hermano. Conociéndolo sabía que no era un buen momento para abordarlo. _ James, hermano _ le dijo al fin _. Cuando estés más calmado, tenemos que hablar. Hay cosas que deberías saber... Él miró un instante y luego retiró su mirada. _ Ahora no, Patrick. No quiero ni tengo ganas de hablar de absolutamente nada. Solo quiero cerrar mis ojos y pensar en mi pequeño hijo _. suspiró y se recostó
Eleanor tocó suavemente la puerta, su corazón y sus sienes palpitaban por igual. Su sudada mano estaba sobre el pomo de la puerta mientras esperaba la respuesta de su hijo. _ James, hijo por favor, dejame pasar _le rogó ella al ver que él no le respondía _. Es importante, tengo que hablar contigo. Él se encontraba desplomado sobre su cama, mirando al techo. Escuchaba a su madre, pero no tenía ganas de verla, ni a ella ni a nadie. _ No me iré de aquí hasta que no me escuches _le dijo Eleanor con un tono más firme y decidido _. Sino me abres, me quedaré al lado de esta puerta hasta que decidas hacerlo _ siguió golpeando, pero esta vez mucho más fuerte. James puso los ojos en blanco y suspiró hondo. No tenía más opción que abrir y escuchar a su madre. _ Pasa _ le dijo entre suspiros mientras le abría la puerta _. Dime lo que tengas que decirme y por favor, vete. Estoy cansado y ya no quiero por hoy escuchar consejos o palabras de aliento... nada de lo que me digan, me ayudará.
_ Créeme Fernando, esto es un verdadero desastre _ le dijo Sofia al médico mientras se preparaba para su primer día de trabajo_. En mi casa todo es un gran caos. Fernando la miró con tristeza. Sofia no merecía lo que le estaba sucediendo, realmente no. Ella había hecho lo que creyó conveniente en ese momento sin intención de dañar a nadie pero aun así, todo parecía estar en su contra. _ Esto pasará Sofia. James entenderá, verás que sí. _ suspiró _. Quizás yo podría hablar con él, si tú quisieras… _ No, déjalo así _ tomó sus cosas para salir _. Sé que me esperan días muy difíciles, que pronto la batalla judicial será algo que nunca pensé vivir… pero… es inevitable. _ Puedes evitarlo. Habla con Aidan, y apoya a que James le dé el apellido a Alex, eso es lo que deberías hacer. Ella bajó su mirada. _ Es que… es que no puedo hacerle esto a Aidan, él quiere mucho a Alex, me rompe el corazón decirle que renuncie a ser su padre _ lágrimas brotaron de sus ojos _. ¿Y qué le diré a A
Sofia avanzó con un poco de timidez, Aidan la tomó del brazo para entrar junto ella, como queriendo mostrar quien era él. blanca apenas lo vio frunció el ceño y revoleo los ojos. No había manera que ella lo aceptara. Alex como siempre, vivaz e inquieto se les adelantó para llegar a Fernando. _ ¡Padrino! _ corrió con sus bracitos abiertos. Fernando se agachó y el pequeño lo atrapó por el cuello. Milena lo miró fijamente y entrecerró los ojos. _ Y tú, ¿Quién eres? _ se cruzó de brazos. Alex se giró hacia ella y sonrió con extrema simpatía. _ Soy Alexander O´Neill ... ¿y tú? _ Milena Ponce de León y Fernando es mi tío _ le dijo con seriedad. _ Oh, y es mi padrino _ dijo el niño con espontaneidad, sin importarle la actitud hostil de Milena _. ¿Quieres jugar? A la niña no le quedó otra que aceptar pues prácticamente, el pequeño la tomó de la mano y se la llevó a jugar. Sofia y Aidan se acercaron riendo. _ Lo siento, mi hijo suele ser demasiado sociable. _ dijo Sofia.
_ James, abre la maldit@ puerta de una vez o le diré a los muchachos que la derriben a patadas _ le gritó Patrick _. No me iré de aquí hasta que hablemos. ¿Lo entiendes o no?James respiró hondo. Después de la conversación que había tenido con su madre se había recluido en su habitación. No quería hablar con nadie, ni escuchar nada más. Estaba harto de todo. Cinco largos años en donde lo único que habían hecho había sido mentirle. Las personas que amaba y confiaba lo habían traicionado de la peor manera.Su madre pidiéndole a Sofia que lo abandonara y ella ocultándole a su hijo. Suponiendo que la decisión de irse lo había hecho para hacerle un bien a él, ¿Por qué diablos se había casado y le había ocultado a Alex? Ya dudaba de todos y de todos. Al final, terminó creyendo de que su padre con su actitud despreciable acababa siendo el más sincero en esa historia; el menos él decía sin pudor lo que sentía.Su teléfono sonaba sin parar. Era Patrick. _ Abre la puerta o voy a torturarte de
James no era una persona impulsiva y a pesar de la difícil situación que estaba atravesando, decidió calmarse y pensar muy bien los pasos a seguir porque estaba en juego todo. Alex era su prioridad, pero después de las revelaciones de Eleanor y Patrick, estaba decidido a recuperar a Sofia. Después de todo, consideraba a Aidan solo un advenedizo que quería robarle todo lo que, por derecho, le correspondía. _ No, de ninguna manera permitiré que ese imbécil se quede con mi familia. Aun me cuesta entender y quizás hasta perdonar las actitudes de Sofia, pero a pesar de todo la sigo amando y tenemos un hermoso hijo. Eso es suficiente para mí _ se dijo mientras miraba a través del ventanal de su habitación, pensativo _. Ya no puedo seguir perdiendo tiempo en tonterías mientras ese tipo, sigue avanzando en su propósito. Un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos. _ Señorito James _ le dijo Paquita del otro lado _ ¿Puedo pasar? _ Pasa, está abierto. Paquita lo miró un instante
Sofía apretaba las manos sobre su regazo, sus dedos se torcían en un nudo de ansiedad. Sentía su pecho apretado, como si el aire en la habitación fuera insuficiente para llenar sus pulmones. Cada palabra de Aidan era un golpe directo a su conciencia, y por más que intentaba mantener la calma, su voz temblaba con cada suspiro. Aidan, por otro lado, caminaba como una fiera enjaulada. Su mandíbula estaba tensa, y sus manos se cerraban en puños que luego se relajaban, como si estuviera luchando por no perder el control. Cada vez que hablaba, su voz salía ronca y cargada de resentimiento. _ No puedo creer que estés haciendo esto Sofia... _ le dijo Aidan desencajado y furioso _. Estamos en medio de litigio por Alex y tú, ¿permites que el hermano de ese hombre vea a nuestro hijo? ¿Estás loca? _ le reprochó _. No tienes una idea de lo que estás haciendo... ¡te dije que debías mantener alejado a Alex de esas personas! Es contraproducente tu actitud ante la demanda que estamos enfrentado.
A pesar de que Aidan había hecho todo por tratar de persuadirla, Sofia seguía en su firme postura en permitirle a Patrick a que tuviera relación con Alex. Además, el niño le insistía para verlo, tanto así que, memorizando el número de su tío cuando él se lo pidió, lo había llamado para que viniera a buscarlo. Así que después de hablar con Sofia, Patrick al otro día fue por él._ Sofi, prometo que lo traeré en un par de horas _ le dijo el joven sonriendo _. No te preocupes, prometo que lo cuidaré más que a mi vida. Para serte sincero, mi sobrino me ha robado el corazón. Me gustaría que conociera a mi hermana, ella está desesperada por conocerlo, creeme que no es como mi padre ni mi madre... ella está de nuestra parte, los hermanos siempre nos apoyamos.Sofia miró hacia abajo, suspirando. Sentía una gran opresión en el pecho a medida que veía el gran mal que había hecho con su desacertada decisión de alejar a Alex de parte de su familia biológica, empezando por James. _ Patrick, t