_ Cuando toda esta historia comenzó te dije que él no era para ti _ dijo Angelo mientras le acercaba la taza de café a su hija _ ahora, me toca verte sufrir por un hombre que no te merece.

Sofia se encogió de hombros, ya no tenía ganas de escuchar más los “te lo dije” ¿De qué le servía eso ahora?

_ Que va papá, eso ya no importa _ dijo con indiferencia _ todos tenían razón, menos yo. Como si uno pudiera elegir de quien enamorarse. ¿Crees que me levanté un día y dije: ¿oh, hoy me voy a enamorar de un heredero multimillonario? No. Solo sucedió y ya.

El hombre la miró con seriedad.

_ Espero que esto te sirva de lección _ apretó los labios mientras tomaba con fuerza la taza de café _ Te veo sufrir y tengo ganas de ir a buscar a ese tipo y romperle la cara. Pero lamentablemente no puedo intervenir, porque eres una mujer adulta y supuestamente sabes lo que haces. Me encantaría que alguna vez en tu vida, me escucharas.

_ ¡Papà! Ya no me digas más nada _ le dijo ella dejando la taza