Sofia respiró profundamente meditando en lo que había hablado con Anna mientras se acercaba a su esposo quien la miraba de manera inquisitiva. “Ella tiene razón, no puedo dejar que James y Alex sigan sin tener la oportunidad de acercarse…pero ¿Cómo haré eso sin dañar a Aidan?” Pensó angustiada. Apretó los puños, desaceleró su marcha pues no sabía cómo enfrentar a Aidan. Fue él quien le acortó el camino, la conocía lo suficiente como para saber que ella, se estaba debatiendo en un gran dilema. _ ¿Qué diablos te sucede Sofia? _le espetó, con su voz cargada de una furia contenida, que ella nunca le había visto antes _. ¿Te has dado cuenta de que acabas de dejarme como un imbécil ahí adentro? Sofía se detuvo, perpleja. En los años que llevaba conociéndolo, jamás había presenciado esa actitud. Las palabras se le atascaban en la garganta, pero algo dentro de ella comenzaba a despertar, una fuerza que no había sentido antes. “Esto se tiene que acabar, ya no lo soporto... ya no” pensó
Sofia estaba a punto de responderle a Aidan, pero el oficial del recinto, les informó que debían reanudar la audiencia. Ella se soltó de él, mirándolo con frialdad y decepción, aun le costaba asimilar que ese hombre en el que tanto había confiado y querido como a un hermano, se volviera tan cruel para con ella. El murmullo en la sala del tribunal se apagó de inmediato cuando Sofía volvió a entrar. Todas las miradas se posaron en ella, incluidas las de Aidan, James y la jueza, quienes esperaban ansiosos sus próximas palabras. A diferencia de antes, su rostro estaba sereno, pero sus ojos ardían con una resolución que nunca había mostrado. Aidan se acercó a ella de inmediato, con una mezcla de ira y desesperación en su semblante. _ ¿Qué estás haciendo, Sofía? _le susurró entre dientes, intentando mantener la compostura frente a todos_. Vuelve a tu lugar. Esto no ha terminado. Sofía lo miró fijamente, sin siquiera parpadear. Por primera vez, la sombra de respeto y agradecimiento que h
La jueza observó detenidamente a Aidan, luego desvió su mirada hacia James, que permanecía expectante. Finalmente, dio un golpe con su mazo, llamando al orden en la sala. _ Dado lo expuesto y considerando la relevancia de lo declarado, este tribunal ha decidido proceder con la realización de una prueba de ADN para determinar la paternidad del menor en cuestión _ anunció, en un tono firme pero imparcial_. Se fijará en las próximas 48 horas, y las partes involucradas, serán debidamente notificadas. Un murmullo de sorpresa y tensión recorrió el recinto. La jueza levantó la mano, exigiendo silencio. _ Quiero que quede claro que, hasta que los resultados sean presentados, no se tomarán decisiones definitivas sobre la custodia. Este es un procedimiento esencial para garantizar que el interés superior del menor prevalezca por encima de cualquier disputa personal. ¿Está claro? James asintió de inmediato, mientras Aidan mantenía su expresión rígida, sus labios apretados en una línea tensa
El sonido de la puerta al cerrarse tras ella resonó en la tranquila casa de los Montero. Sofía permaneció inmóvil en el recibidor, con los brazos cruzados como si intentara protegerse del torbellino de emociones que la invadía. Blanca, quien había salido de la cocina al escuchar el ruido, no tardó en percibir la tensión en el rostro de su amiga. _ ¿Sofía? _ preguntó con suavidad, mirándola con perplejidad y acercándose con pasos cautelosos_ ¿Ya terminó la audiencia? ¿Dónde está Fernando? Estaba haciendo galletas para los niños... yo. Sofía levantó la mirada, y el peso de la incertidumbre y el agotamiento se reflejó en sus ojos. No pudo contener las lágrimas que se habían estado acumulando desde que salió del tribunal. _ Todo se está desmoronando, Blanca _ susurró, dejando escapar un sollozo entrecortado_. Ya no sé si lo que estoy haciendo es correcto... ya no sé nada... todo se ha convertido en un maldito infierno. Blanca la envolvió en un abrazo cálido y firme, el tipo de a
La conversación con el pequeño Alex había sido difícil. Aunque el niño con su habitual perspicacia hubiera tomado la noticia con una aparente naturalidad, Sofia sabía que, a partir de ahora, nada sería igual para él. Mientras ambos regresaban al departamento que aun compartían con Aidan, el pequeño no cesaba de hacerle preguntas y ella con mucha paciencia tuvo que respondérselas. _ Mami, ¿Podré seguir viendo a papá? ¿o, mí otro papá ya no me dejará? Sofia se acercó más a él y lo abrazó. _ Cariño, nadie podrá impedirte que sigas viendo a Aidan, tú y él se aman. James jamás hará algo que a ti te lastime _le acarició el rostro_. Ya te lo dije, desde que él supo de tu existencia, solo quiere estar junto a ti, conocerte y que le des la oportunidad de amarte, tanto o más que Aidan. Alex asintió. _ Mami, James, ¿puede venir a visitarme y quedarse a cenar con nosotros? _dijo, mirándola de manera inquisitiva. La joven dio un suspiro profundo. ¿Cómo explicarle la complicada situación
El atardecer había caído en un silencio inquietante cuando Aidan subió las escaleras hacia el departamento. La rutina de volver al hogar después del trabajo, de escuchar la risa de Alex o el murmullo de Sofía en la cocina, era el único consuelo en su vida caótica. Pero esa noche, el eco de sus pasos en el pasillo le pareció más sombrío de lo habitual. Abrió la puerta, dejando que el peso de su día se colara junto a él, y al instante algo le tocó: un vacío palpable, casi físico. Todo estaba en su lugar, pero algo estaba mal. _ ¿Sofía? ¿Alex? _llamó, su voz iba resonando como un eco inútil. El silencio respondió. Dejó las llaves sobre la mesa y recorrió el departamento con pasos cada vez más rápidos. El dormitorio estaba impecable, pero el armario… vacío. La ropa de Sofía no estaba, ni las pequeñas camisetas de Alex. Los juguetes que normalmente estaban dispersos por el suelo ya no adornaban el lugar. Una caja de cartón vacía, olvidada en un rincón, fue la confirmación de lo
James permanecía de pie junto a la cama de Edward, quien no podía estar más feliz con la noticia que su hijo le estaba dando. _ Entonces, una vez que el resultado dé positivo, el pequeño, ¿tendrá nuestro apellido? _dijo, con una mezcla de seriedad y esperanza_ No veo la hora de que eso suceda, mi nieto debe tener el lugar que le corresponde en la familia. James soltó un suspiro profundo. _ No es tan sencillo como crees padre, he tenido un avance positivo, sí. Pero ese hombre sigue siendo el padre de Alex y teniendo todos los derechos sobre él. Posiblemente, luego sobrevenga otra batalla legal por la custodia... Todo es más complicado de lo que parece _ tensó su mandíbula, mientras lo decía_. Sé que él quiere a Alex, pero no es solo mi hijo lo que lo impulsa a luchar de manera tan férrea. Él quiere retener a Sofia a como dé lugar, pero está muy equivocado si cree que esta vez le dejaré el camino libre. Esta vez, iré por todo lo que es mío y estoy dispuesto a luchar contra todos l
Sofia había pasado una muy mala noche. Su alma era una maraña de emociones, a la situación vivida en el tribunal, ahora se le sumaba el enfrentamiento con Aidan, quien, durante toda la noche, no había dejado de hostigarla, reprochándole su actitud. Después de no haberse negado a responderle a varios llamados, Angelo la terminó convenciendo para que hablara con él, así que finalmente, accedió a atenderlo. _ Qué diablos crees que estás haciendo Sofia, ¿eh? Alex es mi hijo, no puedes llevártelo de nuestra casa, así porque sí _le gritó furioso, totalmente fuera de sí_. A ti no te importa nada, no te importa mi sufrimiento, ni el de Alex, sólo te interesa él. Ese maldito, que lo único que ha hecho es arruinar tu vida. Y a mí, me desechas como si fuese basura. ¡A mí! Que lo único que he hecho en toda mi vida ha sido amarte y cuidarte. Sofia cerró sus ojos, tratando de contener sus lágrimas. No quería, pero mientras lo escuchaba, sentía que punzadas de culpa invadían su pecho como daga