Habían pedido todos los días para que su hija se encontrara bien y que no hubiera pasado ningún percance en su vida, sabían que estaba con Oriony y con Heber, pues eran los que la habían cuidado desde siempre.–Muy bien, pues lamento que voy a sonar un poco dura – Advirtió Sabella – Pero, sintiéndolo mucho, ustedes tuvieron la culpa de no saber lo que pasaba en mi vida y no hablo de lo mío con Mateo, habló de mi vida desde que vivía aquí con ustedes y para ustedes, fui menos importante que el mobiliario de la casa, pues a ese si le daban mantenimiento y a mí, no me hacían caso.Sabella, venía desahogar todo lo que la había mantenido resentida con sus padres, porque ya no quería seguir con ese sentimiento que la tenía subyugada al rencor, pues ella tenía un hijo que no tenía por qué saber de lo que había padecido su madre, si llegaba a conocer a sus abuelos, ella debía dejar eso de lado, para poder vivir en paz, sin resentimientos del pasado.–Sabella, lo sentimos tanto – Dijo Homer –
Mateo se encontraba molesto, contrariado e incluso un poco preocupado. No podía creer que, habían pasado algunos días desde que él había mandado a investigar a Evan y los investigadores a los que contrató, no habían encontrado nada turbio en la vida de ese desgraciado, su última carta a jugar, era una cita que tenía con un detective en unos momentos en su casa, él lo iba a poder sacar de dudas, definitivamente. Había dejado a Leia durmiendo plácidamente en la recámara y él bajó a la sala, para esperar la llegada del detective, la cual no tardó nada en producirse, tenía que hallar a como diera lugar, alguna información de Evan, que le pudiera servir, para desenmascararlo, no podía tener una vida intachable, algún error tenía que haber cometido, aunque fuera una cosa minúscula.–Buenas tardes, señor Petropoulos – Saludó el detective – ¿Cómo está?–Buenas tardes, detective – Respondió Mateo – Adelante, por favor. Lo estaba esperando.Le urgía tener esa información en sus manos, tenía la
–Está bien, mi amor – Dijo Mateo – Quiero saber, si tú el día de la boda, en uno de los breves momentos, que no estuviste a mi lado, tuviste algún roce con la hija de Teseo, con Atenea.Leia, no esperaba que Mateo, le preguntara sobre esa niña. Porque jamás había tenido ningún contacto con esa mocosa escandalosa, simplemente se la había aguantado porque Matías, iba a estar solo durante la boda y no quería que los interrumpiera a cada rato, que para el caso había sido igual, el mocoso se había llevado toda la atención de los invitados.–Mateo, no puedo creer que me estés preguntando esto – Leia, estaba a nada de llorar – Para nada, tuve que ver con esa hermosa chiquita, pero ¿A qué viene esa pregunta?Él, no sabía si decirle a Leia o no, el motivo por el que le estaba preguntando eso. Estaba demasiado nervioso porque, no quería decir nada, que fuera a alterar a Leia, pero no podía con la duda y menos ahora, que el detective, al igual que los investigadores, no habían logrado encontrar
Pasaron unos meses, en los cuales Mateo, ya no sabía si creerle o no creerle a Leía, las cosas que decía o que hacía. Estaba terriblemente contrariado y más aún cuando un día que él volvió de ver al pequeño Matías, encontró a Leía aparentemente dormida, pero al estar con ella dentro de la recámara, le dio un olor muy fuerte a alcohol. Mateo se recostó en su cama, pero cuando ese olor se hizo más intenso, tanto así que se le hacía imposible descansar, se levantó de la cama y empezó a buscar el alcohol en el cuarto, pensando que la enfermera lo pudo usar con Leia para algo, pero cuando encontró debajo de la cama unas botellas de vino, no pudo con su coraje y despertó a Leia muy enojado.–Leia, ¿Qué rayos es esto? – Le preguntó Mateo a su esposa, sosteniendo las botellas de vino en sus manos – Las he encontrado debajo de la cama.Él se había sospechado desde hacían días que el comportamiento de su esposa ya no era la de una persona enferma, ya ella no actuaba como si se fuera a romper, c
Mateo, después de escuchar a Teseo decirle aquellas palabras, se sintió fatal. Ahora que sabía el daño que Leia, le había causado a King, por fin empezaron a agolparse los momentos de cuando él le tocó varios temas a Leia, referentes a la pequeña Atenea y ella había reaccionado mal. Mateo pensaba que tal vez él, había ignorado todas las señales que había en Leia, pero no, eso era imposible, pues él creía conocer a Leia, mejor que nadie. –No me digas eso, por favor, amigo – Le pidió Mateo a Teseo – Nuevamente, lamento mucho lo de King, no sé en qué momento Leia, le causó ese daño de tal magnitud, pero ya lo hablaré con ella. Para Mateo, seguía siendo un misterio, pues a ella no se la podía poner en el lugar donde sucedieron los hechos, ella no se encontraba ni siquiera cerca del cachorro, cuando este resultó malherido, se pudo haber caído de alguna parte, porque era lo que evidenciaban sus heridas, pero estaba solo, no había nadie, no había un testigo de lo ocurrido. –No tiene caso q
Mateo, después de la breve plática que sostuvo con su abuela Aria, se sentía peor de lo que se hubiera imaginado. Tenía un dolor de cabeza terrible y por más que quería dormir, no podía hacerlo, tenía muchos pensamientos en su cabeza y uno de ellos y el que más lo atormentaba, era como desde que había conocido a Leia, él se había cegado más por su belleza y se precipitó a tener una relación con ella, sin conocerla demasiado o, mejor dicho, sin conocerla casi nada. Se sentía devastado y muy mal, todo este tiempo había vivido con una venda en los ojos, aunque él, no se imaginaba la magnitud, de los daños que su querida esposa, había cometido durante toda su vida. Mateo, se quedó dormido un rato después y al día siguiente, cuando despertó y estaba decidido a confrontar a Leia, pero la vida tenía otros planes, ya no pudo ir a la habitación que ella estaba ocupando.–Señor Mateo, señor Mateo – Se acercó corriendo a él, una de las empleadas de su casa – Es que lo están buscando, es la poli
El agente de la policía le entregó el documento de la orden de arresto para la señora Leia Petropoulos, donde venía especificado por qué se le tenía que llevar a la delegación, para ser procesada por los delitos que había cometido. Mateo estaba impresionado, no cabía en su cabeza, de todo lo que se le acusaba a su esposa.–Así es señor, ahora no haga más difíciles las cosas y no se inculpe más usted mismo, por albergar en su casa a una delincuente como lo es, Leia Makris – Dijo el otro agente – Le pedimos por favor, que nos lleve con ella o que la haga presentarse ante nosotros.Por supuesto que él iba a entregar a Leia, a las autoridades, puesto que él no había cometido ningún delito y no quería ir a la cárcel, por lo que ya había dicho el agente, pues él no se iba a inculpar por estar protegiendo a una persona que residía en su casa, pues no había tenido conocimiento de las atrocidades que había cometido su ahora esposa.–De acuerdo, denme un momento.Mateo, salió de la oficina que
Todo eso los demás lo sabían, pero de todos modos él no se iba a poder oponer a que los agentes de la policía hicieran su trabajo, porque él o ella tenían que rendir declaraciones por los delitos que se habían cometido, aunque él no tuviera nada que ver, porque no había estado en el momento que se cometieron esos delitos, pero en estos momentos Mateo, era el que llevaba todas las de perder, así se lo hizo saber Teseo.–Lo sé, pero la policía te tomará por culpable, como el primer sospechoso de su huida, hasta que se demuestre lo contrario. Por favor, haz lo que te pidan y yo, te ayudaré, porque en el fondo yo sabía que esto se iba a presentar, pues era lo obvio, era lo que todos hubieran razonado y llegado a la conclusión que sucedería en un porcentaje muy alto, no te estoy juzgando, simplemente había que usar el sentido común.Teseo, no se quería estar en ese momento en zapatos de su amigo, y aunque sabía que tenía todas las de ganar Mateo, era un problema que iba a manchar su buen n