Las hermanas de Shane estuvieron todo el tiempo en lo cierto con respecto a Sarah, que no era tal persona, era Leia Makris, la mujer que estaba siendo buscada en Atenas y en todo el mundo a través de la Interpol. Ellas informaron ya con las pruebas existentes a sus padres para que ellos se encargaran de hablar con Shane, a quién le iba a doler mucho el estar en esta situación cuando, por primera vez en su vida, él estaba siendo feliz con alguien. –Shane hijo, tu madre y yo queremos hablar contigo – Le pidió su padre – Por eso hemos venido ahora que Sarah, no está. Estuvimos esperando a que saliera de casa. Los padres de Shane, tenían que hablar seriamente con él, no querían que su hijo estuviera envuelto en tremendo problema internacional, –Sí, con ustedes siempre puedo hablar. Y no sé qué sea eso que quieren hablar conmigo para que mi esposa no esté presente. Shane, no se lo pudo imaginar, nunca pensó que sus hermanas seguirían con la investigación del caso que involucraba a Le
–No, eso no puede ser. Yo no me llamo Leia, mi nombre es Sarah – Gritó ella – Shane, mi amor debes decirles a estas personas que están cometiendo un error. Hazlo mi amor, hazlo por favor.Para este momento ya Shane, no podía defenderla, no iba a mover ni un dedo, estaba en juego la reputación de toda la familia y él no los iba a involucrar, en tan penosa situación, ya que Leia, era una prófuga de marca mundial, no podían aparecer en todos los titulares de la prensa, ni noticieros, porque el buen nombre de su familia no podía ser arrastrado. –Lo siento, Leia. No cometen ningún error, debes ir y pagar lo que te corresponde porque mi familia no tiene por qué pagar por algo que tú has hecho – Shane le dijo con pesar y dolor – Sabes lo que siento por ti, pero por ellos tuve que hacer lo correcto.El dolor de Shane, iba a ser doble, ya que en verdad él la amaba, pero ya no podía hacer nada a su favor, porque sus padres y sus hermanas, también podían ir a la cárcel y eso no lo podía aceptar, y
Mateo, se sentó junto a la mujer que amaba y se sintió con todas las ganas de estar a su lado y empezar una conversación un poco jocosa para aligerar un poco el ambiente. –Señorita, está usted muy guapa, con permiso ¿Me puedo sentar a su lado? – Preguntó Mateo – He venido a ver a cierto niño, que dicen que ya nada muy bien.–Claro que sí, señor – Sonrió Sabella – Mírelo usted mismo, hoy debuta en clavados.Mateo, miró a su hijo que lo saludó, apenas lo vio en las gradas, el pequeño estaba en todo y Atenea hizo lo mismo. Sabella y él estuvieron viendo la competencia y llegada la hora de la salida cuando pensó que se iría con Matías y con ella a su casa, Teseo les cambió los planes y él sabía la jugada de su amigo, ya que lo conocía de sobra.–Papitos, no me iré con ustedes – Dijo el pequeño – Teseo, nos llevará a mí y a Atenea a un show para niños y no les puedo decir que no.–Por mí, está bien, hijo mío – Dijo Mateo – Pero, si tu mamita bella, te deja ir.Sabella, estaba encantada con esta
Capítulo 1. Firma –Presidente, hemos encontrado a su esposa. El fastidio se notaba en el rostro del presidente de los navíos Petropoulos, no podía esperar el día para estar divorciado y libre de su esposa, tenía planes para casarse con su novia de toda la vida, esta le daría el heredero que tanto deseaba. – ¿Ya firmó los papeles del divorcio? Era lo único que le importaba, seis largos años esperando por ello, sí, su esposa se habia esfumado de la faz de la tierra y ahora aparecía, no le había causado ningún remordimiento, con que firmara los papeles del divorcio se daba por bien servido. –Sí, señor presidente, pero ahora hay una nueva situación, tiene que ver esto. Tomó el sobre con impaciencia, puso en contenido en el escritorio y sus ojos se abrieron con enojo, esparció las fotografías en la superficie, sin poder creerlo. Sabella sonreía sosteniendo a un niño rubio en brazos. Esto merecía una explicación, seis años y no sabía de la existencia del niño, esto estaba mal y todos l
Capítulo 2. DivorcioSabella al ver la decisión en los ojos de Mateo, se acordó de esos mismos ojos pero en la cara de su pequeño Matías, cuando no estaba de acuerdo con ella y no lo hacías cambiar de opinión, hizo a un lado ese pensamiento y recordó las palabras de su abogado, si ella quería recibir la herencia de sus padres en vida, tenía que aceptar que su aun esposo pusiera condiciones para que siguiera el proceso del divorcio. Eso ya lo habían contemplado.–Espero que estés de acuerdo en que se lleve a cabo la terminación del vínculo a la brevedad. – Le dijo Sabella.Mateo la miró como si ella estuviera loca, por nada del mundo dejaría que eso pasara antes de que llegaran a un acuerdo con respecto a lo de su hijo. Deseaba conocerlo y convivir con él–No lo creo, Sabella, ahora lo que tenemos que hacer, es llegar a un acuerdo con lo que respecta a Matías. – Dijo Mateo. – Eso ahora lo cambia todo.Y Aldo estuvo de acuerdo con lo dicho por el señor presidente, ya esto cambiaba por c
Capítulo 3. MatíasMatías había regresado de la escuela y se fue directo al estudio de su madre, él era un niño muy inteligente y en cuanto vio a su madre la notó triste. Sabía que algo malo le habia pasado y si descubría quien le habia hecho daño, él mismo se encargaría de aniquilarlo.–Hola mami, ¿Lloraste mucho, quien te hizo llorar?Ella sintió que se le agrandaba el corazón y sonrió, tenía un guardián que estaba dispuesto a luchar por ella.–No cariño, ven acá y dale un beso a mamá.Sabella estaba pensando de qué forma le iba a decir a su hijo que su padre lo quería ver, que habia regresado después de su viaje de negocios. A pesar de que Matías habia visto las fotografías que salían en las revistas donde aparecía Mateo, nunca le preguntó directamente cuando regresaría, espera que esta noticia no lo mortificara.–Claro que sí, mamá.Se subió con ayuda de Sabella a sus piernas y le comenzó a dar muchos besos, luego ella le comenzó a hacer cosquillas en su vientre y Matías comenzó
Capítulo 4. CulpabilidadCuando sale Mateo de la casa Domit, va un poco inconforme, él deseaba conocer a su hijo en ese mismo día de ser posible, pero no podía exigir, después de 4 años de ausencia aunque no había sido culpa suya.–Vayamos directo a casa, Aldo, no creo tener cabeza hoy para continuar.–Pero tenemos que terminar las negociaciones pendientes, –No quiero que el abuelo se entere de la existencia de Matías, podría cancelar el divorcio al instante y lo que yo quiero es negociar con Sabella antes de que nos divorciemos no cancelarlo. Leia no creo que pueda esperar un día más.Aldo había pensado eso con anterioridad, pero también estaba en juego su pellejo, el abuelo Petropoulos era en realidad su jefe directo y ocultarle algo tan delicado era estar en constante peligro.–Muy bien señor presidente, lo dejaremos así por el momento.–Muchas gracias, Aldo, yo veré que día le estaré informando.No había de otra, pensó el asistente, si el señor, necesitaba estar libre para
Capítulo 5. Negociaciones Mateo había esperado durante dos días seguidos la llamada de Sabella, esta no se dignaba a hacerle saber qué día sería el encuentro con su hijo, así que tomó la firme decisión, un jueves por la tarde ir a buscarla. Iba enfadado y dispuesto a hablarle de frente, esto ya no lo toleraría le estaba dando largas al encuentro. Llegó a su casa sin haber llamado, pero se detuvo antes de bajar del auto que rentó en el aeropuerto, al llegar a Fira. Ella y el ama de llaves salían de la casa y llevaban a su hijo, que iba montado en un auto deportivo eléctrico. Las dos iban hablando mientras que Matías manejaba a unos metros de ellas. Él los había seguido hasta donde iban y los miraba a escondidas. Como si fuera un delincuente se había mantenido en el auto mirándolos mientras su hijo sacaba una pelota y jugaba con las dos mujeres. Tal como le había dicho Sabella, Matías era un niño feliz, reía y correteaba la pelota, Mateo sintió un latigazo de enojo, a él le hubiera gu