Pasaron unos meses, en los cuales Mateo, ya no sabía si creerle o no creerle a Leía, las cosas que decía o que hacía. Estaba terriblemente contrariado y más aún cuando un día que él volvió de ver al pequeño Matías, encontró a Leía aparentemente dormida, pero al estar con ella dentro de la recámara, le dio un olor muy fuerte a alcohol. Mateo se recostó en su cama, pero cuando ese olor se hizo más intenso, tanto así que se le hacía imposible descansar, se levantó de la cama y empezó a buscar el alcohol en el cuarto, pensando que la enfermera lo pudo usar con Leia para algo, pero cuando encontró debajo de la cama unas botellas de vino, no pudo con su coraje y despertó a Leia muy enojado.–Leia, ¿Qué rayos es esto? – Le preguntó Mateo a su esposa, sosteniendo las botellas de vino en sus manos – Las he encontrado debajo de la cama.Él se había sospechado desde hacían días que el comportamiento de su esposa ya no era la de una persona enferma, ya ella no actuaba como si se fuera a romper, c
Mateo, después de escuchar a Teseo decirle aquellas palabras, se sintió fatal. Ahora que sabía el daño que Leia, le había causado a King, por fin empezaron a agolparse los momentos de cuando él le tocó varios temas a Leia, referentes a la pequeña Atenea y ella había reaccionado mal. Mateo pensaba que tal vez él, había ignorado todas las señales que había en Leia, pero no, eso era imposible, pues él creía conocer a Leia, mejor que nadie. –No me digas eso, por favor, amigo – Le pidió Mateo a Teseo – Nuevamente, lamento mucho lo de King, no sé en qué momento Leia, le causó ese daño de tal magnitud, pero ya lo hablaré con ella. Para Mateo, seguía siendo un misterio, pues a ella no se la podía poner en el lugar donde sucedieron los hechos, ella no se encontraba ni siquiera cerca del cachorro, cuando este resultó malherido, se pudo haber caído de alguna parte, porque era lo que evidenciaban sus heridas, pero estaba solo, no había nadie, no había un testigo de lo ocurrido. –No tiene caso q
Mateo, después de la breve plática que sostuvo con su abuela Aria, se sentía peor de lo que se hubiera imaginado. Tenía un dolor de cabeza terrible y por más que quería dormir, no podía hacerlo, tenía muchos pensamientos en su cabeza y uno de ellos y el que más lo atormentaba, era como desde que había conocido a Leia, él se había cegado más por su belleza y se precipitó a tener una relación con ella, sin conocerla demasiado o, mejor dicho, sin conocerla casi nada. Se sentía devastado y muy mal, todo este tiempo había vivido con una venda en los ojos, aunque él, no se imaginaba la magnitud, de los daños que su querida esposa, había cometido durante toda su vida. Mateo, se quedó dormido un rato después y al día siguiente, cuando despertó y estaba decidido a confrontar a Leia, pero la vida tenía otros planes, ya no pudo ir a la habitación que ella estaba ocupando.–Señor Mateo, señor Mateo – Se acercó corriendo a él, una de las empleadas de su casa – Es que lo están buscando, es la poli
El agente de la policía le entregó el documento de la orden de arresto para la señora Leia Petropoulos, donde venía especificado por qué se le tenía que llevar a la delegación, para ser procesada por los delitos que había cometido. Mateo estaba impresionado, no cabía en su cabeza, de todo lo que se le acusaba a su esposa.–Así es señor, ahora no haga más difíciles las cosas y no se inculpe más usted mismo, por albergar en su casa a una delincuente como lo es, Leia Makris – Dijo el otro agente – Le pedimos por favor, que nos lleve con ella o que la haga presentarse ante nosotros.Por supuesto que él iba a entregar a Leia, a las autoridades, puesto que él no había cometido ningún delito y no quería ir a la cárcel, por lo que ya había dicho el agente, pues él no se iba a inculpar por estar protegiendo a una persona que residía en su casa, pues no había tenido conocimiento de las atrocidades que había cometido su ahora esposa.–De acuerdo, denme un momento.Mateo, salió de la oficina que
Todo eso los demás lo sabían, pero de todos modos él no se iba a poder oponer a que los agentes de la policía hicieran su trabajo, porque él o ella tenían que rendir declaraciones por los delitos que se habían cometido, aunque él no tuviera nada que ver, porque no había estado en el momento que se cometieron esos delitos, pero en estos momentos Mateo, era el que llevaba todas las de perder, así se lo hizo saber Teseo.–Lo sé, pero la policía te tomará por culpable, como el primer sospechoso de su huida, hasta que se demuestre lo contrario. Por favor, haz lo que te pidan y yo, te ayudaré, porque en el fondo yo sabía que esto se iba a presentar, pues era lo obvio, era lo que todos hubieran razonado y llegado a la conclusión que sucedería en un porcentaje muy alto, no te estoy juzgando, simplemente había que usar el sentido común.Teseo, no se quería estar en ese momento en zapatos de su amigo, y aunque sabía que tenía todas las de ganar Mateo, era un problema que iba a manchar su buen n
Mateo fue esposado delante de sus empleados, no opuso resistencia como le había indicado Teseo, y sus empleados, nada pudieron hacer para impedirlo, debían dejar que se lo llevaran y muy pronto ellos serían llamados para que pudieran rendir sus declaraciones ante la justicia, mientras el encargado de la mansión, tendría que ponerse en comunicación con el asistente del señor Petropoulos.Alguien tenía que ayudarlo, nunca había cometido ningún acto delictivo, delante de los ojos de todos sus empleados, era una persona muy ejemplar, que nunca había estado envuelto en un tipo de conflictos, y apenas habían conocido a la señora, y de ellas no podían decir nada a su favor, muy al contrario, algunos se habían fijado de los desprecios que ella cometía con algunos miembros del personal.Los empleados no habían querido tener ningún problema con la que sería la dueña de la casa cuando se casara con Mateo, pues ella vendría siendo su jefa inmediata cuando eso sucediera, y ellos ya llevaban muchos
Mateo llegó a la entidad policiaca y para su buena suerte, se dio cuenta de que en la entrada lo estaba esperando Teseo con un hombre, que él pensó de inmediato que sería su abogado. Mateo, sentía su pecho muy agitado y su corazón latir desbocado, por el temor que toda esta penosa situación le estaba generando. Teseo observó cómo pasaban a su amigo esposado dentro de la entidad y después, él entró con el abogado.–Señor Petropoulos, pase por favor conmigo a rendir su declaración – Le indicó otro agente del lugar – En tanto, su abogado va haciendo con los otros agentes, los trámites pertinentes, para otorgarle su libertad bajo fianza.Mateo, estaba agradecido con su amigo Teseo, el haber actuado tan rápido, pues ya estaban haciendo los trámites para una salida pronta de ese lugar, prácticamente eso iba a ser entrada por salida, esperaba no pisar ni siquiera la celda. –Muchas gracias – Dijo Mateo aliviado – Espero, que al menos me puedan retirar las esposas.–Sí, por supuesto.La agen
Sabella se sentía mal de pensar todo lo que estaba pasando con Mateo, pero al mismo tiempo, se sentía aliviada al saber que al menos a estas alturas del día, él ya debería saber con qué clase de mujer estaba casado. Ella se encontraba cuidando a Atenea y a Matías, pues Teseo se había ido a la estación policiaca con el abogado para poder apoyar a Mateo, en la difícil situación que él estaba enfrentando.Ella, se sintió de pronto muy preocupada, por lo que fuera a pasar con los abuelos de Mateo, cuando se enteraran de todo esto que estaba ocurriendo. Ella se encontraba a punto de irse con los pequeños a la clínica veterinaria, para ir a visitar a King y ver si ya lo daban de alta, cuando llegó Evan.–Hola amiga mía, hola mis chiquitos – Saludó Evan – No me digas, que pensaban irse a ver a King, sin mí.Había llegado justo a tiempo, porque a Sabella, se le había olvidado por completo que Evan estaba más que atento a todo lo que pasaba con la mascota, pero lo había hecho con mala intenció