Todo el día previo a la boda, Sabella se encerró en el estudio a trabajar todo lo que fuera posible, no quería tener su cabeza metida en el asunto de Mateo, Leia y de la boda entre ellos, entonces se forzó a ella misma a ser fuerte y a hacer, lo que mejor hacia cuando no quería tener pensamientos que ocuparan su mente, ponerse a trabajar.Tenía además que terminar con un pedido urgente de su amigo y cliente Ares Antonides, quién ocupaba un lujoso anillo, para el cumpleaños de su madre, así que se metió de lleno a terminar el pedido, para poder entregarlo antes de la fecha que habían acordado.–Mi niña Sabella – La interrumpió Oriony – Lamento interrumpir, pero te traje este jugo que hice especialmente para ti.Oriony, siempre lo hacía con la intención de distraer a su niña, cada vez que se enfrascaba en su trabajo, para distraerse de todo el mal que la rodeaba, pues Oriony, se había dado cuenta que por eso, ese día Sabella, se había encerrado, pues no quería saber nada de la boda de M
Exactamente, ellos debían saber en qué lugar podían hacer sus agujeros y donde podían tener permitido jugar. No en todos los lugares le iban a dejar que hiciera sus escondites de tesoros, por eso Heber, les había indicado cual era el sitio correcto para hacerlo.–Gracias Heber, nos iremos a jugar allá entonces – Respondió Evan – Vamos Matías, suelta a Queen, para que me persiga.El pequeño se divertía mucho con su amigo y con la mascota, era feliz con el regalo que le habían dado sus abuelos, y le enseñarían a Queen a divertirse para cuando estuviera sola.–Sí, Evan.Todo ese día, fue de risas y travesuras para Matías quién se divirtió como loco con Evan, tanto que, en todo ese día no se acordó para nada que mañana, sería el día que iría como paje de su padre en la boda con la bruja mala del cuento.Para Sabella, fue un día lleno de éxito profesional, al terminar el anillo, su cliente y amigo Ares Antonides, lo fue a recoger a su casa y no solo a eso, le fue a dar una excelente notici
Ares se retiró y Sabella, se quedó muy feliz en el estudio, pues estaba triunfando demasiado con su trabajo, pero vio entonces el reloj y salió de prisa, para llevar a dormir al pequeño Matías, ya que esa noche Mateo no iría por él, por ningún motivo lo haría, pues habían quedado en verse al día siguiente, el día de la boda, para que él se llevara al pequeño. Sabella, apenas salió del estudio, escuchó risas de Matías y de Evan.–Hola mamita bella – Matías corrió a sus brazos – Evan y yo, le hemos hecho un vestido de reciclaje a Queen, pero ella se lo quita.Matías estaba renuente a aceptar que su cachorra se quitara el vestido que le habían hecho él y Evan, porque a él le gustaba cómo le había quedado, pero no contaba que a la pequeña mascota no le gustara sentirse acalorada y apretada.–Que ocurrencias, las de ustedes – Sabella se reía – Las mascotas, casi no deben usar ropa.Por eso las mascotas tenían su pelaje, que los protegía o ellas se iban adaptando al clima en el que estuvier
Al día siguiente muy temprano, Sabella se levantó y bañó y se cambió, para después ir a levantar al pequeño Matías, lo levantó sin mucho esfuerzo, lo bañó y también lo vistió, para que desayunaran y estuviera listo para cuando pasara su padre por él y cuando ambos bajaron y salieron al comedor, listos para desayunar, Sabella, se encontró ahí con una enorme sorpresa.–Ezio – Gritó el pequeño Matías y corrió a abrazar a su amigo – No sabía que, vendrías.Matías estaba sorprendido al igual que Sabella, que no esperaba de la visita de su otro gran amigo Ezio, Evan, no le había dicho nada de que estaba en la ciudad y le reservó hasta el último día para que se encontraran.–Hola mi pequeño – Ezio, cargó a Matías en el aire y lo abrazó – He venido con muchos regalos para ti, supe que ganaste un segundo lugar en una competencia de natación.A Matías no había necesidad de premiarlo porque hubiera ganado un lugar en la competencia ellos siempre le llevaban juguetes y libros sin ninguna razón en
Mateo deseaba que ella, le dijera que no fuera a casarse, pero eso no iba a ser posible. Se estaba dando cuenta, en el día de su boda, de la vida loca de Sabella, no solo estaba con Evan, parecía ser que también tenía algo con ese otro hombre que estaba en su sala, pues ambos le daban besos y abrazos y cuando Mateo, estaba pensando lo peor, Matías, lo sacó de su error.–Mira papito, a él no lo conoces, es mi amigo Ezio – Lo presentó el pequeño – Es otro amigo y es el novio de Evan.Lo que le dijo el niño a Mateo, le cayó como balde de agua helada. Ahora lo entendía todo, quiso llorar en ese momento, pero se contuvo para no quedar ahí en ridículo. Se lamentaba haber pensado lo peor de Sabella y entendía por qué Matías quería tanto a Evan, siempre debió ser muy cercano a él y a Sabella y no sólo él, también su novio.–Mucho gusto Mateo, soy Ezio – Dijo el hombre – Por cierto, ya me han contado que te casas hoy, muchas felicidades.A Mateo, no le quedó de otra que quedarse callado al esc
Mateo y Matías, llegaron al lugar en el que se realizaría su boda con Leia, el día había llegado y no se podía postergar más, había llegado ese momento en el que se casaría con su prometida de hace tanto tiempo. Matías se emocionó apenas bajaron del auto él y Matías, porque ahí estaba Teseo con su hija Atenea, quién le sonreía a Matías y después los dos pequeños, se abrazaron para saludarse.–Hola Atenea, estás muy bonita – Le dijo el pequeño Matías a su amiga – Que bueno, que has venido. Hola Teseo.El niño, saludó a Teseo, estirando su pequeño brazo para saludarlo con un apretón de mano, con toda la educación que le había enseñado Sabella, había formado a todo un mini caballero.–Hola Matías, ¿Cómo estás, pequeño? – Lo saludaba Teseo – Se van a divertir mucho hoy, gracias por invitarnos Mateo, aún cuando esta fiesta, no es para niños.Leia, había manifestado abiertamente que en su boda no se iba a permitir la asistencia a niños, pero como Matías iba a ser el paje, no podía negarse y
Luego de la boda, todos se fueron a la recepción, al hermoso salón que estaba destinado para ello, ahí los esperaba un esquisto menú, tan sofisticado y elegante, todo como Leia, lo había ordenado, pues a su parecer, todo tenía que salir a la perfección. Pues de esa boda, se tendría que hablar por años.Matías se fue con los abuelos de Mateo, acompañados de Teseo y de Atenea, mientras que Mateo se fue en el auto destinado, para él y su esposa Leia, los recién casados, que debían ir solos, cómo era la tradición.En el camino, Mateo, destapó una botella de champaña, que estaba ahí dispuesta en la limusina, para tener un brindis privado con Leia, antes de llegar al salón y hacerlo allá, con todos los invitados.–Leia, brindemos por nosotros – Mateo le dio una copa a su esposa – Porque, nuestro matrimonio, esté lleno de felicidad y de nuevas cosas que aprender el uno del otro.A Mateo, le pareció que ellos tuvieran unos minutos para ellos solos, como si fuera un sello de su intimidad y su
Mateo, tomó del brazo a Leia y se abrieron paso entre, toda la multitud que los aclamaba a su reciente ingreso al salón. Parecían modelos, salidos de una revista, modelando los atuendos exclusivos que lucían cada uno.Todos estaban felices, en especial, la familia y amistades de Leia, aunque algunas casi la mayoría, estaban ahí por morbo y por hipocresía, pues a varias les hubiera gustado estar en el lugar de Leia, para ser ellas, las que desposaran a Mateo, por todo lo bueno que eso representaba, tanto socialmente cómo económicamente.Había valido la pena esperar por tanto tiempo, pensó Leia, no todo el mundo hubiera soportado aguantar tanto, solo a ella la había movido la ambición del poder, que solo el nombre Petropoulos significaba, eran muy respetados en cualquier sitio que se presentaban, eran tratados como si fueran de la realeza y ella siempre se había sentido una princesa y por eso, le hacía honor a su nombre.Llegaron a los lugares destinados, para ellos y Mateo, ayudó a Lei