Capítulo 113. Un pedido especialMateo estaba muy contento, porque el almuerzo con Leia y con su hermoso hijo, había sido mejor de lo que esperaba. Todo estaría bien con ellos y era la señal, que él estaba esperando para darse cuenta, que sí le convenía por todos los medios el casarse con Leía, ella era muy buena con su hijo. Cuando terminaron de desayunar, Matías se puso a armar un rompecabezas con Leia, en lo que Mateo entregó las invitaciones a un mensajero que llegó por ellas, ya que Leia las había aceptado, debían entregarse a la brevedad, esperando que todos confirmaran su asistencia.– ¿Me dejan integrarme al rompecabezas? – Preguntó Mateo a Leia y a Matías – No soy tan bueno como ustedes, pero, quiero intentar.–Claro papito – Respondió Matías – Yo he encontrado más piezas que Leia.–Tú hijo es un genio, Mateo – Leia hacía su mejor sonrisa falsa – Casi, todas las piezas, las ha colocado él.–Qué bueno, veamos lo que puedo encontrar yo – Mateo, estaba dispuesto a colocar, al m
Mateo, al ir a dejar a su hijo con Sabella, le tuvo que avisar a ella, que el niño sería paje en la boda, pero que no se preocupara, él mismo se haría cargo de comprarle el trajecito que iba a llevar, el día de su boda.Matías, estaba muy cabizbajo, pero no dijo nada, al despedirse de su papá, esa noche. Mateo le leyó el cuento al niño, como ya era una costumbre de cada noche, lo acostó a él y a Queen y antes de irse, pensaba decir otra cosa a Sabella, pero ya no pudo, pues cuando el pasaba a retirarse, ella ya se encontraba con Evan, jugando cartas en la mesa de la sala.–Buenas noches, Sabella – Le dijo Mateo – Entonces, quedamos en lo de pasado mañana, pasaré por Matías temprano y lo traeré al terminar la fiesta de la boda.El solo hecho de escuchar de la boda entre Mateo y Leia, a Sabella, le causaba un tremendo dolor en el pecho, era insoportable, pero lo disimulaba muy bien, no dejaría que eso la tirara al piso.–Buenas noches, Mateo – Respondió Sabella, reprimiendo el dolor que
–Sí, ella le hizo algo yo, de eso estoy seguro – Evan siempre, creía en la palabra del pequeño – Mira, los niños no odiamos, ¿Te acuerdas de mi abuela? Cuando nos cuidaba y teníamos la edad de Matías, pues ella justamente me decía que, cuando un niño llega a odiar, es porque una persona muy mala, se gana ese sentimiento.Y la abuela nunca se había equivocado, los niños tenían esa intuición muy desarrollada, por eso los adultos debían, estar siempre al pendiente que lo que decían los pequeños, no podían hacer de oídos sordos cuando cualquier pequeño ponía una queja, porque además los niños no sabían mentir.–Evan, no sé si he hecho mal, en pedir a Matías que le dé la oportunidad a esa mujer, pero no sé qué más hacer – Sabella, estaba consternada – Mateo, es su padre y merece que, su hijo, forme parte de su vida, pero algo dentro de mí, advierte de esa mujer.Y no era que ella no le había creído al niño, porque ella también había sentido la mala intención de Leia, cuando se presentó aqu
Todo el día previo a la boda, Sabella se encerró en el estudio a trabajar todo lo que fuera posible, no quería tener su cabeza metida en el asunto de Mateo, Leia y de la boda entre ellos, entonces se forzó a ella misma a ser fuerte y a hacer, lo que mejor hacia cuando no quería tener pensamientos que ocuparan su mente, ponerse a trabajar.Tenía además que terminar con un pedido urgente de su amigo y cliente Ares Antonides, quién ocupaba un lujoso anillo, para el cumpleaños de su madre, así que se metió de lleno a terminar el pedido, para poder entregarlo antes de la fecha que habían acordado.–Mi niña Sabella – La interrumpió Oriony – Lamento interrumpir, pero te traje este jugo que hice especialmente para ti.Oriony, siempre lo hacía con la intención de distraer a su niña, cada vez que se enfrascaba en su trabajo, para distraerse de todo el mal que la rodeaba, pues Oriony, se había dado cuenta que por eso, ese día Sabella, se había encerrado, pues no quería saber nada de la boda de M
Exactamente, ellos debían saber en qué lugar podían hacer sus agujeros y donde podían tener permitido jugar. No en todos los lugares le iban a dejar que hiciera sus escondites de tesoros, por eso Heber, les había indicado cual era el sitio correcto para hacerlo.–Gracias Heber, nos iremos a jugar allá entonces – Respondió Evan – Vamos Matías, suelta a Queen, para que me persiga.El pequeño se divertía mucho con su amigo y con la mascota, era feliz con el regalo que le habían dado sus abuelos, y le enseñarían a Queen a divertirse para cuando estuviera sola.–Sí, Evan.Todo ese día, fue de risas y travesuras para Matías quién se divirtió como loco con Evan, tanto que, en todo ese día no se acordó para nada que mañana, sería el día que iría como paje de su padre en la boda con la bruja mala del cuento.Para Sabella, fue un día lleno de éxito profesional, al terminar el anillo, su cliente y amigo Ares Antonides, lo fue a recoger a su casa y no solo a eso, le fue a dar una excelente notici
Ares se retiró y Sabella, se quedó muy feliz en el estudio, pues estaba triunfando demasiado con su trabajo, pero vio entonces el reloj y salió de prisa, para llevar a dormir al pequeño Matías, ya que esa noche Mateo no iría por él, por ningún motivo lo haría, pues habían quedado en verse al día siguiente, el día de la boda, para que él se llevara al pequeño. Sabella, apenas salió del estudio, escuchó risas de Matías y de Evan.–Hola mamita bella – Matías corrió a sus brazos – Evan y yo, le hemos hecho un vestido de reciclaje a Queen, pero ella se lo quita.Matías estaba renuente a aceptar que su cachorra se quitara el vestido que le habían hecho él y Evan, porque a él le gustaba cómo le había quedado, pero no contaba que a la pequeña mascota no le gustara sentirse acalorada y apretada.–Que ocurrencias, las de ustedes – Sabella se reía – Las mascotas, casi no deben usar ropa.Por eso las mascotas tenían su pelaje, que los protegía o ellas se iban adaptando al clima en el que estuvier
Al día siguiente muy temprano, Sabella se levantó y bañó y se cambió, para después ir a levantar al pequeño Matías, lo levantó sin mucho esfuerzo, lo bañó y también lo vistió, para que desayunaran y estuviera listo para cuando pasara su padre por él y cuando ambos bajaron y salieron al comedor, listos para desayunar, Sabella, se encontró ahí con una enorme sorpresa.–Ezio – Gritó el pequeño Matías y corrió a abrazar a su amigo – No sabía que, vendrías.Matías estaba sorprendido al igual que Sabella, que no esperaba de la visita de su otro gran amigo Ezio, Evan, no le había dicho nada de que estaba en la ciudad y le reservó hasta el último día para que se encontraran.–Hola mi pequeño – Ezio, cargó a Matías en el aire y lo abrazó – He venido con muchos regalos para ti, supe que ganaste un segundo lugar en una competencia de natación.A Matías no había necesidad de premiarlo porque hubiera ganado un lugar en la competencia ellos siempre le llevaban juguetes y libros sin ninguna razón en
Mateo deseaba que ella, le dijera que no fuera a casarse, pero eso no iba a ser posible. Se estaba dando cuenta, en el día de su boda, de la vida loca de Sabella, no solo estaba con Evan, parecía ser que también tenía algo con ese otro hombre que estaba en su sala, pues ambos le daban besos y abrazos y cuando Mateo, estaba pensando lo peor, Matías, lo sacó de su error.–Mira papito, a él no lo conoces, es mi amigo Ezio – Lo presentó el pequeño – Es otro amigo y es el novio de Evan.Lo que le dijo el niño a Mateo, le cayó como balde de agua helada. Ahora lo entendía todo, quiso llorar en ese momento, pero se contuvo para no quedar ahí en ridículo. Se lamentaba haber pensado lo peor de Sabella y entendía por qué Matías quería tanto a Evan, siempre debió ser muy cercano a él y a Sabella y no sólo él, también su novio.–Mucho gusto Mateo, soy Ezio – Dijo el hombre – Por cierto, ya me han contado que te casas hoy, muchas felicidades.A Mateo, no le quedó de otra que quedarse callado al esc