Por más que intentaba mantener una postura seria mientras mi padre seguía diciendo que aprobaba mi supuesta relación con Jared Calloway, no podía mantenerla durante mucho tiempo. Solté una fuerte carcajada que silenció a papá de todas las palabras que estaba diciendo.—¿Qué sucede, Liv? —pregunta él, viéndome confundido, sin entender qué estaba pasando.Sabía que probablemente parecía una lunática al reírme de este modo, pero es que no podía entender cómo papá podía creer que realmente me interesaba alguien como Jared.Me decepcionas, papá. Pensé que me conocías.—Lo siento... —Intento tomar un poco de aire, tratando de tomar la situación con seriedad, aunque no estaba resultando mucho que digamos— Papá, disculpa, pero es tan gracioso.—¿Qué es gracioso? —Pregunta, inclinándose hacia el frente.—Que pienses que me guste Jared.Aquella confesión lo hace fruncir el ceño. ¿De dónde habrá sacado aquello?—¿No es así? —¡No! —exclamo, sintiéndome un poco ofendida. Me avergonzaba del tiemp
—Ese chico no es de nuestro círculo social, ¿cierto? —pregunta de pronto, como si hubiera recordado algo.Y sabía muy bien que era.—No, no lo es.Solo puedo escuchar un largo suspiro. Sin embargo, podía ver una pequeña sonrisa irónica asomarse en su boca.Sabía por qué se había puesto así; ellos pensaban que no conocía toda la historia, pero lo hacía y esto le estaba recordando su propia historia con mamá hace muchos años.¿Él actuaría conmigo como lo hicieron con él?—Probablemente me esté ganando el desprecio de mi madre al permitirte esto, pero... ya qué. Trae al chico el fin de semana y veamos qué tan fuerte es su amor por ti. —Accede, y es imposible no poner una enorme sonrisa en mi rostro al escuchar aquello.Papá había aceptado.¡Había aceptado!¡Finalmente podré presentarle a Alex como corresponde!No celebres tan pronto, Liv. Él aún no sabe que se trata de tu guardaespaldas.Ignorando los pensamientos negativos que llegaban de golpe intentando desestabilizarme, me levanto nu
—¿En qué estabas pensando, Liv? —Alex me miraba a través del retrovisor de la camioneta. Íbamos de camino a la universidad y, no importaba cuán temprano fuera, él siempre estaba listo para reñirme. Aunque quizás esta vez tenga razón— ¿Cómo me voy a presentar ante tus padres el fin de semana?No sonaba tan enojado como esperaba, pero como él siempre lograba controlar muy bien sus emociones, no estaba segura.Al menos ya lo tenía aquí conmigo; no soportaba tenerlo tan lejos de mí.—No es tan malo, Alex.—Te dije que esperaras. —Me recuerda, y yo guardo silencio porque tenía razón. Mi ansiedad me había ganado y no fui capaz de esperar por él— Quería hacer las cosas bien y explicarle al señor Walker las cosas.Ay, Alex...—Puedes hacerlo. —Trato de animarlo. Solo con papá le había visto esa expresión de preocupación en su rostro y era entendible; se trataba de su jefe. Pero yo estaba segura de que, por muy molesto que estuviera papá, al ver mi cara de felicidad al lado de Alex, dejaría qu
—¿Entonces les dirás todo? —Amara bebía de su jugo de naranja y Mónica le daba un gran mordisco a su sándwich, ambas mirándome con ojos grandes y centrados.Estábamos en el comedor de la universidad, descansando un poco. Eran pocas las veces que coincidíamos en las horas libres, así que estábamos aprovechando para ponernos al día.Por mensaje y videollamadas jamás sería igual.—Sí, ya es hora. —Asiento mirando hacia un lado; el comedor estaba bastante lleno, cada uno en su propio mundo— No puedo seguir con esta rutina. Será peor si un día somos descuidados y nos atrapan. Además, sé que aceptarán a Alex. Es el primer chico al que les presento, no creo que me digan que no.Además, soy mayor de edad.—Eso se llama tener ovarios, diosa Walker. —Mónica sonreía y me levantaba el pulgar en señal de aprobación, cosa que me hace reír un poco— ¿Y cómo lo está llevando nuestro Dios griego favorito?Suspiro sin saber qué responderle exactamente. Alex fingía que todo estaba bien, pero sabía que es
—¿Se puede saber dónde está el chico sexy que te acompaña a todas partes? —El tío Evan se me acerca después de que papá tuviera que salir a responder una llamada urgente.Mamá estaba conversando con la tía Aria y Lucian estaba en el jardín, jugando al fútbol con Mike.Ese niño definitivamente era un amor de persona. Quizás un poco tímido, pero era algo normal por el cambio tan abrupto y suponía que debía ser bastante sorprendente para él que lo hubieran adoptado a esa edad.La tía Aria me había dicho que, por lo general, las parejas preferían adoptar bebés o niños muy pequeños, por lo que chicos como Mike casi nunca tenían la suerte de conocer el cariño de unos padres amorosos. Eso me había partido el corazón en mil pedazos. Yo hacía voluntariado en un orfanato que patrocinaba la empresa de papá, dando clases a los niños, pero jamás me había detenido a investigar sobre cómo era la vida en esos lugares.Ahora lo comprendía muchísimo más.Por fortuna, Mike había caído en manos de las me
Sentía que mi corazón saldría corriendo de mi pecho en un segundo. Mis manos temblaban, estaba sudando a mares y sentía que en cualquier momento me desmayaría, pero nada de eso me detuvo de pararme frente a mi padre, impidiendo que volviera a golpear a Alex.No podía permitir algo así; esta vez, papá se había pasado de la raya.—Olivia, quítate. —Rugía papá desde lo más profundo de su ser.Todo su cuerpo subía y bajaba gracias a su respiración acelerada. Su rostro enrojecido me recordaba mucho al de un volcán que había hecho erupción. De nuevo, esta era una versión de papá que jamás había visto.—No. —Le respondo firme, tomándolo por sorpresa.Sin embargo, una mano en mi hombro me hace estremecer. Giro la cabeza hacia un lado y noto a Alex recomponiéndose detrás de mí, con su otra mano tocando la zona golpeada.—Liv, déjame hablar con el señor Walker. —Me pide en voz baja, pero yo me niego, con mis ojos llenándose de lágrimas al ver el rostro enfurecido de la persona a la que más admi
Mientras papá y yo teníamos nuestra propia guerra de miradas, podía sentir a Alex a mi lado, rogándome con la mirada que me detuviera y finalizara mi recién iniciada guerra con mi padre, ya que esto no había sido parte de nuestro trato.Alex y yo lo habíamos hablado en el pasado. Él y yo sabíamos que esto podría pasar y yo le había prometido que no me pondría de su lado en ningún momento, que siempre escucharía a papá. Sin embargo, en el momento en que mi padre decidió comparar mi amor por Alex con lo sucedido con Daniel hace tres años atrás, perdió cualquier clase de consideración que tuviera hacia él.Sabía que estaba enojado, pero nada justificaba que hubiera tomado el momento más traumático de mi vida y lo hubiera minimizado simplemente porque no le agradaba la idea de mi relación con Alex.¡Es algo ridículo!También tenía muy claro que mis últimas palabras las había dicho para provocarle el mismo dolor que él me había causado a mí con sus palabras. Yo también podía hacer lo mismo
—¡Olivia! —Ni siquiera me giro para ver cómo mi madre intentaba alcanzarme. En estos momentos no estaba pensando con claridad. Solo tenía en mente una única cosa: hacer que ese idiota pagara por lo que había ocasionado— ¡Olivia, espera!Continuaba corriendo fuera de casa, ignorando los llamados tanto de mi madre como el de Roger y los demás guardaespaldas que quedaban en casa. Por fortuna, papá se había marchado molesto a su habitación mucho antes de que decidiera ir hacia la casa de los Calloway a confrontar al rubio por haberme jodido la vida.Maldita rata.Al principio había planeado dejar todo el asunto así, pero mientras recogía, con ayuda de mamá, las fotografías que le había enviado a papá del suelo, una enorme llama ardiente comenzó a crecer dentro de mí y, en cuanto llegó a su punto máximo, mi mente ya estaba envenenada por la rabia.Todo esto había sucedido por culpa de él.Viendo a lo lejos cómo el taxi que había pedido en medio de mi crisis se acercaba, apresuro el paso y