Inicio / Fantasía / El Guardián de la Sangre Prohibida / 02. La Revelación y la Decisión
02. La Revelación y la Decisión

🦋✨|.Allison Collins.|🦋✨

—Noah, sabes que no habrá sexo hasta el matrimonio —le recordé

— Puedes pensar que soy una puritana como siempre me lo dices, pero es una promesa que hice y tú decidiste respetar mi decisión.

 Entonces ¿Qué te está pasando? Su respuesta me heló la sangre.

—Allison, faltan solo diez días. Ya soy prácticamente tu esposo.

—¿Eso significa que debo romper mi promesa? — Le conteste.

De repente, el ambiente se tornó oscuro Noah intentó besarme por la fuerza lo empujé, pero algo en su mirada me intimidó al llegar a mi piso, abrí la puerta y él entró conmigo, ignorando mis súplicas para que se fuera.

—Noah, te dije que me dejes en paz —dije, con la voz temblando me empujó contra el mueble y se subió encima de mí y su peso me impedía respirar y cada vez me costaba más trabajo.

—Por favor, para —le pedí, con mi voz quebrada por el miedo y la angustia que tenía.

—Me estás maltratando.  — Sentí terror ante sus palabras y mi corazón latía tan deprisa que, por segundos, tuve miedo de que me diera un ataque.

Intentó besarme de nuevo y aunque logré empujarlo el impacto de su cuerpo contra el suelo me hizo estremecer. Sin embargo, cuando se levantó lo hizo con una rapidez que me paralizó. Me miró con una intensidad que nunca había visto en el antes y mi corazón parecía que se me iba a salir del pecho. Me llevé una mano al corazón que latía de prisa, sacudí la cabeza y bajé la mirada.

—Noah, me estás asustando —dije, sintiendo cómo las lágrimas amenazaban con salir.

Él me acorraló contra la pared y comenzó a besarme a la fuerza. Le grité, desesperada.

 —¡Noah, te estás volviendo loco! Su respuesta me dejó helada.

—Me he vuelto loco esperándote todos estos años —dijo, con una intensidad aterradora.

Logré darle una patada en las partes íntimas y corrí hacia la puerta justo cuando creía que me atraparía de nuevo, Charlotte y su hermano Logan entraron Logan, protector como siempre, me miró preocupado.

—Allison, ¿qué te pasa? —preguntó y yo, aún en shock solo pude decirle a Noah:

 —Vete de mi casa no quiero verte.

Noah me miró con un odio antes de susurrar en mi oído.

— Sé que volverás. Por las buenas o por las malas, serás mía.

 Me quedé sin palabras sintiendo que el mundo se desmoronaba a mi alrededor. Noah se fue, pero la tensión en el aire permaneció. Charlotte, que había visto todo, me miró con una mezcla de preocupación y curiosidad.

No dije nada en ese momento, demasiado abrumada por lo que acababa de suceder Logan, siempre atento, volvió a preguntar:

—Allison, ¿qué te pasa?

Estás muy nerviosa intenté calmarme y le respondí que no tenía nada, aunque sabía que no podía ocultar la verdad por mucho tiempo. Después de todo, Logan es uno de los mejores amigos de mis hermanos, Matthew y Ethan. Sabía que tarde o temprano se enterarían.

Esa noche, cuando finalmente entré en mi habitación Charlotte me siguió.

 —Allison, a mí no me engañas dime ¿qué pasó entre tú y Noah? 

No podía ocultarle la verdad a mi mejor amiga, así que le conté todo lo que había pasado, excepto lo de Kylie y Noah sospechaba que Noah me tenía vigilada y no quería darle ninguna ventaja.

 —¿Y qué piensas hacer? —me preguntó Charlotte, su voz llena de preocupación.

 Le respondí con un suspiro:

—No lo sé. Mañana pensaré mejor las cosas.

Pero en el fondo, sabía que ya no podía ignorarlo. Algo en Noah había cambiado, y yo no quería descubrir hasta dónde llegaría.

A la mañana siguiente, después de una noche sin dormir, me levanté pensando en todo lo que había pasado la noche anterior la forma que reacciono Noah el cambio en sus ojos lo único que tenía claro era la sensación de que algo en él había cambiado, aunque no sabía exactamente qué.

Entré al baño, me aseé y me vestí con mucho cuidado, como si esos pequeños rituales pudieran darme alguna claridad de lo que estaba pasando con mi vida. Respiro hondo tratando de reunir las fuerzas que sabía que eran necesitaría para lo que se venía. Al salir de mi habitación, me encontré con Charlotte sentada en el comedor, observando un ramo de flores que descansaba sobre la mesa.

La expresión en su rostro dejaba claro que no estaba impresionada no necesitaba preguntar de quién eran; ya sabía la respuesta.

 —Lo mismo de siempre —dijo Charlotte, con un tono de voz que mezclaba cansancio y frustración

— Te maltrata y luego trata de comprarte con un maldito ramo de flores sentí una mezcla de rabia y tristeza al ver esas flores. Eran un recordatorio de cuántas veces había permitido que Noah me lastimara, cuántas veces había aceptado sus disculpas y promesas vacías. Pero esta vez, sería diferente pensé la miré sin saber exactamente qué decir. Ella me devolvió la mirada, buscando respuestas en mi rostro y finalmente preguntó:

—¿Qué vas a hacer, Allison? 

Sentí el peso de su pregunta, pero en ese momento, no tenía una respuesta clara así que simplemente le dije: 

—Te lo diré después. Charlotte, sin embargo, no estaba dispuesta a dejarlo pasar tan fácilmente frunció el ceño y replicó con firmeza:

 —Es en serio, Allison. Necesitas decidir qué harás. La seriedad en su voz me obligó a reflexionar finalmente, decidí que necesitaba tomar el control de la situación, aunque aún no estaba segura de cómo. Así que le dije: 

—Acompáñame al centro comercial cogí las llaves del carro de Logan y cuando bajamos al estacionamiento le entregué las llaves a Charlotte. Ella me miró con sorpresa y luego comenzó a reírse, incrédula.

—¿Quieres que Logan nos mate cuando se entere de que le tomamos el auto sin su permiso? 

La miré con una sonrisa tranquila y respondí: 

—No hará nada. 

 Llegamos al centro comercial y como si intentáramos dejar atrás nuestros problemas a través de las compras, comenzamos a comprar ropa de manera compulsiva no era simplemente consumismo; era una declaración de independencia.

Compré dos celulares nuevos, uno para mí y otro para Charlotte y sin titubear arrojé nuestros viejos teléfonos al retrete. Charlotte me observaba fijamente, como si tratara de descifrar lo que estaba pasando por mi mente. Después de eso, nos cambiamos de ropa, deshaciéndonos de cualquier rastro de lo que habíamos sido antes de entrar en el centro comercial.

Mientras nos mirábamos en el espejo del baño, rompí el silencio: 

—Te responderé a tu pregunta: no me casaré con él. Esta es la gota que colma el vaso. Si de novia me hace esto, no quiero ni imaginar cómo sería como esposa. Charlotte me miró con una mezcla de alivio y preocupación. 

—¿Dónde iremos? —preguntó su voz temblando ligeramente. 

La miré, sorprendida por su lealtad y disposición a seguirme y pregunté más para mí que para ella:

—¿Harías eso por mí Charlotte?

Ella asintió con determinación y respondió:

—Has hecho mucho por mí y por mi hermano desde que mi mamá trabaja para tu familia. Has sido mi amiga, sin importar el estatus social. Eso no importa, dime adónde iremos, por favor.

Después de salir del centro comercial, sentí una extraña mezcla de libertad y miedo. Compré boletos para volar a Inglaterra y mientras lo hacía le envié un mensaje a Logan al número secreto que solo Charlotte y yo conocíamos. Cuando Charlotte me preguntó qué me había dicho Logan, le respondí con una calma que no sentía:

—No te preocupes él va rumbo a Corea del Sur para distraer a Noah y evitar que sepa dónde estamos. Charlotte no dijo nada más, pero podía ver la preocupación en sus ojos. El vuelo a Londres transcurrió en silencio. Charlotte y yo apenas intercambiamos palabras, cada una inmersa en sus propios pensamientos.

Cuando finalmente aterrizamos, la curiosidad de Charlotte pudo más y me preguntó: —Allison, ¿cuál es el misterio?

Respiré hondo antes de responder, sabiendo que lo que iba a decir cambiaría nuestras vidas para siempre.

—Es sencillo —dije con voz firme — Noah no es quien dice ser me tenía vigilada tu hermano descubrió todas las cámaras que tenía instaladas en nuestra vivienda, en el trabajo, en mi celular... en todas partes. Además, me engaña con Kylie. Por eso dejé todo, no traje nada. No quiero estar con alguien así. También me oculta información sobre su trabajo. Ya no confío en él.

Charlotte asimiló mis palabras con una expresión de preocupación. Después de un momento de silencio, me miró con desesperación.

  —No tenemos empleo, no tenemos nada. ¿A dónde vamos? —Vamos a donde Ethan —respondí sin titubear.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP