James agitó las manos, señaló la silla a su lado y dijo: “Toma asiento. Por cierto, ¿has resuelto el problema con Louisa?”.

Zion se acercó, tomó asiento y respondió: “Ya se lo he dejado claro. Sin embargo, divorciarnos no será fácil, ya que ella se niega a hacerlo sin importar nada. Voy a tener que solicitar el divorcio. Tendré que reunir alguna evidencia de que ella me engañó. ¿Puedes ayudarme con eso, James?”.

“Claro”.

James asintió.

Como él controlaba la red clandestina de inteligencia, le resultaba fácil recopilar pruebas de la infidelidad de otra persona.

“Déjamelo a mí. Mañana te conseguiré pruebas de que Louisa te es infiel”.

Zion se puso de pie y dijo agradecido: “Gracias, James. No sé cuánto tiempo más viviría una vida tan miserable si no fuera por ti. Me diste una nueva vida…”.

Con una sonrisa, James agitó la mano y dijo: “Zion, estás exagerando. Somos amigos, así que no hay necesidad de agradecerme. Muy bien, ve a dar instrucciones a la cocina para que sirvan los plat