El Emperador sabía que no podía matar a James en Sol.

Él no tenía la capacidad de matar a James.

La idea de usar a Thea para deshacerse de James había pasado por su mente antes.

Después de tantas cosas, el Emperador entendió que James valoraba mucho a Thea, incluso más que su propia vida. Seguramente se volvería loco si algo le pasaba.

Las consecuencias de la furia del Dragón Negro eran aterradoras.

Sería una consecuencia severa para el Emperador.

Solo había una forma de matar a James: llevarlo de regreso a las fronteras y matarlo en el campo de batalla.

Sin embargo, las fronteras eran pacíficas y los pequeños países cercanos a las fronteras tendrían que iniciar una guerra para que James se viera obligado a regresar al campo de batalla.

El Emperador tamborileó la mesa con sus dedos.

Toc, toc, toc.

Un sonido rítmico resonó en la habitación.

Después de un tiempo, el Emperador dijo: “Manténganse ocultos por un tiempo y no actúen de forma imprudente. Se me ocurrirá un plan”.

“E