De pie en la entrada, Louisa estaba completamente sorprendida.

¿No era él quien había entregado los regalos antes?

¿Por qué estaba hablando con James?

En ese momento, todos los pensamientos desaparecieron de su mente.

Zane le dijo a Luther: “Cuando entregaste los regalos antes, no mencionaste un punto importante. Continúa. Aclara que los regalos son del Señor Caden para el Señor Lloyd”.

“Sí, señor”.

Luther se acercó a Louisa.

Louisa salió de su aturdimiento. “Señor, pase por favor”.

Luther agitó la mano. Dijo: “Estuve aquí hace un momento entregando los regalos. Los regalos son para el Señor Lloyd, cortesía del Señor Caden”.

“¿Eh?”.

Louisa se quedó boquiabierta.

Después de unos segundos, se dio la vuelta para mirar a Leonardo.

Ya que Leonardo había dicho que los regalos eran de él, ella le dio las gracias apropiadamente en la habitación privada del tercer piso.

Leonardo se quedó perplejo.

No era más que alguien que trabajaba en la construcción. Aunque tenía algo de dinero