David había pasado una semana terrible evitando a Sam. En realidad no quería alejarla, pero lo que había visto en su apartamento lo había puesto sobre aviso.Decidió desaparecer por un tiempo para ver como reaccionaba. Esperaba que ella fuera a buscarlo a su casa o tratara de interceptarlo en los pasillos de la universidad, pero no pasó ni lo uno ni lo otro y no sabía si eso le preocupaba o le molestaba.Lo único seguro es que la extrañaba demasiado. Pasaba las noches en vela recordándola, pero esa foto, ese detalle era el que lo retenía para ir a buscarla.Ya iba a pasar una semana desde que se había alejado de ella, incluso evitó ir a la clase del miércoles. Pero ya era viernes y ya no soportaba más. Tenía que verla, tenía que preguntarle por qué tenía esa foto y aclarar las cosas.Llegó a la universidad poco después de iniciada la clase, pero no sabía qué hacer, intentó acercarse varias veces al salón, pero cuando la oía hablar con sus compañeros, algo lo detenía. Salió hacia la ca
Como un fantasma oscuro, el vehículo deportivo de Octavio se deslizaba por las calles hacia el edificio donde vivía Sam. Sus dos ocupantes iban en silencio, cada uno sumergido en sus pensamientos.Sam se sentía mucho peor ahora que Octavio la había besado, no sabía si sería capaz de verlo a la cara en la universidad. Lo único que sabía era que debía dejarle claro que no podía corresponderle, que el que no se resistiera esta vez no significaba que estuviera aceptando sus intentos y que no lo iba a volver a permitir.Octavio por su parte trataba de aclarar sus ideas, sabía que el beso había sido forzado y ahora tenía demasiadas ganas de tenerla. Ya había empezado a dar pasos en esa dirección, ella no había rechazado del todo su acercamiento, así que no podía dejar de avanzar.Después de unos cuantos minutos llegaron a su destino. Octavio estacionó el auto y lo apagó, algo que a Sam le extrañó, pero aun así giró con toda la intención de despedirse. En ese momento, Octavio volvió a sujeta
El lunes llegó veloz y con él los miedos de Sam comenzaron a crecer como si estuvieran contendidos en un volcán a punto de hacer erupción. No tenía idea de cómo manejaría las cosas, ni siquiera estaba segura de que no le impedirían la entrada a la universidad y aunque eso le daba miedo, ya se enteraría al llegar, no había otra forma.Mientras se alistaba para salir, algo en su interior la retenía, pero no había posibilidad tampoco de no ir a trabajar. ¿Y si se hacía la enferma? ¿Si solo llamaba y decía que tenía problemas para ir? ¿Tal vez inventar que se murió la abuelita de algún vecino?Empezó a navegar por las distintas excusas, pero era lógico que Octavio no se tragaría esos cuentos y con eso lo único que lograba era retrasar lo inevitable. Así fuera por ir por la liquidación de su trabajo, tendría que ver de nuevo a Octavio y enfrentarlo.Respirando profundo, tomó su bolso, se armó con todo el valor del que fue capaz y salió del edificio rumbo a la universidad, como siempre. El
Sam sintió como una mano la sujetaba del brazo y la metía de un solo jalonazo al salón sin que ella pudiera hacer nada para detenerlo. Aquel grandulón cerró la puerta y arrinconó a Sam contra ella.Sam se quedó sin aire al ver que era David quien la había metido al salón y ahora tenía un brazo a cada lado de su cuerpo, evitando que ella se fuera de su escrutinio.Sam miró con tristeza y luego con molestia a aquellos intensos ojos verdes que le devolvían la mirada. David se veía molesto y sus ojos reflejaban también su rabia contenida. Tuvieron un pequeño duelo de miradas, mientras alguno de los dos se decidía por hablar primero.David se alejó un poco y puso frente a Sam unas fotografías arrugadas que había soltado del corredor.—Samantha. ¿Me quieres explicar que significa esto? —espetó David mientras batía las fotos de Sam y Octavio frente a ella. Sam las quitó de la vista con un manotazo y miró con furia a David.—Te lo explicaré, si primero me dices ¡por qué carajos me dejaste ab
Después de vivir algo tan difícil, David había decidido fortalecer su cuerpo y su alma. Pero por más fuerte que fuera, el trauma no había desaparecido. Era el motivo por el que había dejado a Sam y al aclararlo, las cosas para ella comenzaron a tener sentido.—Lo siento David. Entiendo por qué huiste de mí y por qué tuviste tanto miedo. Superar una situación así no debió ser fácil y te deja marcado para toda la vida. Y entiendo si ahora quieres permanecer al margen. Nunca ha sido mi intención lastimarte ni arrastrarte a alguna situación que te afecte. » Con las fotos que han salido a la luz, estoy hasta el cuello y sé que no tengo salida. Así que creo que lo mejor que puedes hacer, es decir que te forcé a salir conmigo, no tenemos por qué hundirnos los dos.David miró a Sam con el dolor a flor de piel. No podía permitir que ella se hiciera responsable por algo que había surgido entre los dos. Los miedos de David no eran una excusa para zafarse de la responsabilidad. En este caso, él
La entrada del auditorio de la universidad estaba a reventar esa mañana. El escándalo de la profesora de taller de la facultad de diseño había trascendido a las demás facultades. Hoy se había citado al consejo estudiantil y a los alumnos de la facultad, pero llegó gente de todas partes pretendiendo entrar a la reunión. Sam miraba desde la esquina del escenario a Octavio, quien estaba organizando todo antes de que llegaran los miembros del consejo. Estaba muy nerviosa. La reunión se grabaría y se transmitiría por los canales de difusión de la universidad. Esperaba que en serio el plan funcionara o si no su fracaso sería estrepitoso. Después de un rato sintió que una mano se posaba en su hombro. Vio a David junto a ella, a quien no le importaba mucho ocultar el contacto. Sam lo vio con angustia y se movió un poco forzándolo a soltarla. —Debemos tener cuidado. No hay que dar pie a que la gente siga imaginando cosas —dijo Sam, David bajó la mirada con tristeza. —Lo sé, tranquila. En
Los días pasaron con relativa tranquilidad. Al principio era difícil para Sam ver a David en su clase, charlar con él y no tener ningún acercamiento, ningún toque, ninguna mirada furtiva. Pero si para Sam era difícil, para David era el infierno. Soñaba con ella, con sus besos, sus abrazos, su cuerpo enredado en el suyo y sus orgasmos. Por Dios, como la extrañaba. Habían intentado más de una vez tener algún acercamiento disimulado, pero siempre aparecía algún curioso que les hacía detenerse. Desde que surgió el escándalo de las fotos, las miradas no dejaban de posarse en ellos. Terminaron dándose por vencidos y empezaron a acostumbrarse a estar juntos en el mismo lugar sin tener contacto físico de ningún tipo. Poco a poco las semanas pasaron y David terminó su proyecto antes de tiempo, con todos los detalles afinados y revisados. Para Sam era un orgullo ver como ese proyecto había cobrado forma. Seguro que tendría la mejor nota del semestre. Entre tanto, alumnos iban y venían. La
Los profesores se quedaron en silencio procurando salir de su asombro, mientras que los alumnos comenzaron a reír y a abuchear ante el despliegue de habilidades físicas que había mostrado Natalia, saltando y literalmente trepando el cuerpo de David para besarlo en frente de todos.Un sorprendido y dolido David se puso serio, sin saber cómo quitarse de encima a la mujer sin hacer un escándalo. Trataba de alejarse, pero ella se aferraba a él como si su vida dependiera de ello, mientras escondía la cara en la curva de su cuello.Octavio los miraba divertido, mientras Sam trataba de esconderse tras el muro de frialdad que solía erigir frente a sus alumnos. Se imaginaba que gran parte de este despliegue de Natalia se debía a tratar de ponerla en evidencia. Pero no pensaba darle el gusto, aunque sintiera como si una puñalada se le clavara en el corazón con el contacto entre ellos.Octavio terminó llamando al orden para poder revelar al mejor proyecto del semestre. Si no, estarían allí qui