Aquel sábado fue muy especial, Sam y David decidieron no ir a la biblioteca y quedarse en el apartamento disfrutando del descanso. Después de una noche tan movida y una mañana tan excitante, estaban muy cansados.Prepararon el desayuno y David lo llevó a la cama. Comieron y luego tomaron una ducha juntos, con su respectivo jugueteo bajo el agua, lleno de besos, caricias y orgasmos. La resistencia de David tenía a Sam sorprendida. Era increíble como no se cansaba y se recuperaba tan rápido.Después de vestirse, David llamó a su tío para preguntarle cómo iban las cosas en la oficina. Todo marchaba normal a excepción de unas órdenes de compra que David olvidó firmar, pero que podría hacerlo al regresar a casa para tenerlas listas el lunes. David aprovechó para avisar a su tío que regresaría tarde.Por su parte Sam llamó a su madre, hacía más de una semana que no hablaban y aunque ella no era una gran conversadora, si le había pedido que la llamara la noche anterior debía ser por algo i
David regresó a su casa el sábado en la noche, al poco tiempo Sam lo estaba extrañando. Eso le asustó un poco. Pero la verdad es que hacía muchísimo que no disfrutaba con un hombre como disfruto el viernes y el sábado con él. Ahora se sentía confusa y emocionada, triste y extrañándolo. Su cabeza era un caos.Tratando de pensar en otras cosas y alejar su mente de David, Sam llamó a su padre. El tono repiqueteaba en su oído, mientras esperaba ansiosa a que conteste. —Sam —dijo su padre del otro lado del teléfono, indicándole que algo lo tenía molesto.—Hola papá —contestó Sam, tratando de sonar normal. Su padre suspiró y se mantuvo en silencio unos segundos.—¿Por qué has tardado tanto en llamar? —dijo su padre, un poco resignado.—He estado ocupada con el trabajo. Hablé con mamá y me dijo que habías estado enfermo.—No fue nada, un resfriado y algo de fiebre, pero ya estoy bien —dijo un poco resentido, Sam empezaba a creer que estaba molesto por que ella no se había enterado de su est
La tarde del domingo fue para Sam muy agradable, el fin de semana había vivido cosas que nunca se imaginó que pasarían y ahora se sentía diferente, llena de alegría y optimismo a pesar de que sabía que lo que estaba viviendo con David debía permanecer oculto por el bien de los dos.Pero Norma le había hecho ver que eso podría darle incluso más sabor a la relación y que si lo sabían llevar bien, podrían salir adelante sin inconvenientes.Después de acompañar a Norma a comprar las cosas para Mateo, fueron a ver ropa y terminó comprando varios conjuntos de lencería nuevos. Para Sam hacía mucho que verse sexy no era una prioridad, pero quería intentar sentirse atractiva y quería ver que pensaba David al respecto. Norma le hizo comprar un conjunto de encaje y cintas y además de eso un par de ligueros para complementar y aunque Sam se mostró reacia de comprarlos al principio, al llegar a su apartamento se dio cuenta de que estaba ansiosa por estrenarlos.La semana siguiente inicio muy bie
Después de cerciorarse de que Natalia y Sienna habían desaparecido, Sam y David salieron a cenar y fueron a un bar a tomar algunas copas. Pasaron la noche en el apartamento de Sam, ya que David estaba obsesionado con ver aquella sensual lencería en su cuerpo. Tuvieron sexo desenfrenado devorándose mutuamente hasta la madrugada y amanecieron durmiendo juntos.David previendo que esto podría ocurrir, llevó ropa para cambiarse al día siguiente. El sábado retomaron sus sesiones de estudio en la biblioteca, continuaron con las lecciones de defensa personal y de dibujo. No intentaron hacerlo en el apartamento, porque cuando estaban en privado, ninguno podía mantener sus manos, ni sus labios alejados del otro. Pero, aun así, pasaron un buen sábado lleno de besos robados y caricias disimuladas.Después de otro placentero fin de semana continuaron con sus rutinas, adoptándolas a la nueva realidad de su relación. Sin embargo, Natalia no se daba por vencida, sabía que esos dos tenían que estar e
Los días fueron pasando, y una cómoda rutina se fue estableciendo sin que los implicados siquiera lo notaran. Sam y David continuaban viendo pasar los días, hablando por mensajes y encontrándose en las clases. El ambiente en la universidad se sentía normal e incluso bastante cómodo. David se empezó a sentir más libre a medida que Natalia dejó de buscarlo. Al principio le extraño un poco, pero luego dejó de darle importancia.El miércoles se reencontraron en clase, ya David había terminado de armar su prototipo y la silla funcionaba tal como esperaban, los módulos se podían desarmar con facilidad y reorganizar para hacer las terapias sin problemas. Lo probaron en el salón y todo iba bien, solo faltaba hacer las pruebas con los niños de la fundación y si resultaban satisfactorias, el proyecto de David estaría listo con tiempo suficiente.—Entonces —comenzó David a preguntar mientras organizaban todo para terminar la clase —. ¿Podrás acompañarme mañana a hacer las pruebas?—Sí. Tuve que
Al terminar la jornada Bruno, Sam y David ayudaron a los chicos a prepararse para ir con sus padres que ya los estaban esperando fuera del salón.Mientras iban saliendo, Sam se percató de que entre la gente había un hombre extraño. No parecía estar buscando a ninguno de los niños. Ella notó que la observaba, pero a su vez el hombre trataba de disimular y pasar desapercibido.Sam empezó a sentirse inquieta, así que se acercó a David para comentarle lo que pasaba, pero cuando estaba a punto de hacerlo, el sujeto desapareció. —¿Pasa algo? —preguntó David, preocupado por la expresión de Sam, pero ella negó con la cabeza.—No, no es nada.Después de terminar de despedir a los chicos y charlar con Bruno por un rato, los dos salieron de la fundación hacia la camioneta. David se veía feliz, orgulloso de su trabajo.—¿Qué tal te pareció la prueba? —le preguntó David, mientras subía la silla a la parte posterior de la camioneta, Sam sonrió.—Muy buena, solo te falta hacer los últimos ajustes y
La tarde del viernes estaba cargada de un ambiente inusual, tranquilo y apacible. Aparecieron unos pocos alumnos más a revisión de prototipo en la clase de Sam y los proyectos iban muy bien. El único que estaba terminado era el de David, que en el día le hizo los ajustes que habían decidido con Bruno que debían realizarse. Pero los demás estaban bastante cerca de terminar, algunos apenas irían a hacer pruebas y aún tenían suficiente tiempo, eso tenía tranquila a Sam, sabía que habría proyectos que llegarían a último minuto, pero en general las cosas marchaban bien.Poco a poco se desocupó el salón y David se quedó con Sam, mostrándole los cambios y charlando sobre la visita a la fundación. Desde el día anterior estaban un poco tensos porque lo que había pasado parecía una advertencia de lo que podría ocurrir si seguían siendo descuidados. Aunque para Sam era increíble que alguien los siguiera, sonaba como a algo de ficción.Faltando unos pocos minutos para terminar, David comenzó a
David se encargó de los asuntos que tenía pendientes y mientras acababa de organizar los últimos pedidos que tenía que hacer, Sam y Francisco charlaban sobre la empresa. Sam notaba que no era una empresa tan pequeña como se la había imaginado según lo que le había contado David, pero entendía que tuviera sus reservas en contarle a los demás lo que poseía, uno nunca sabía cómo podía reaccionar la gente y había muchos peligros ahí afuera.David terminó todo y le entregó los documentos a su tío para que se encargara del resto. Francisco recibió la carpeta y asintió.—Me imagino que mañana no pasarás por aquí, como los últimos fines de semana —dijo Francisco, con aire casual. David se rio un poco.—Imaginas bien, ahora saldremos con Sam y me quedaré con ella. Regresaré mañana en la noche —contestó David mientras abrazaba a Sam, ella también se rio y asintió.—No te preocupes. De todas formas, es mejor que estés pendiente del teléfono, si algo sucede te aviso —dijo Francisco y luego se d