Los días pasaron y Sam continuó con su rutina de trabajo, viendo a David los miércoles y los viernes que tenían clase y reuniéndose con él el sábado en la biblioteca. A medida que pasaban más tiempo juntos, comenzaron a conocerse mejor y a compartir más detalles de su vida. Eso tenía a Sam tranquila, empezaba a ver lo diferente que era David a lo que había esperado.Las cosas se sentían bien, pronto los del grupo de quinto harían el cambio a la fase de prototipos y estaba ansiosa. Ya David había empezado a fabricar el suyo, era un trabajo muy complicado y había tenido que recurrir a un taller de metalmecánica para que le ayudaran a hacer muchas de las piezas. Para los elementos terapéuticos aún no se decidía si usar madera o plástico reciclado. Había hecho unas pequeñas pruebas para ver la diferencia y se las había mostrado a Sam, a ella le gustaba la madera reciclada, pero pensando en la durabilidad y en que es un producto para niños podría ser mejor el plástico, además tenía la po
Poco más de la mitad de los alumnos habían pasado por la revisión y el tiempo normal de la clase se había terminado hacía una hora. Era normal demorarse más en las revisiones, pero como la mayoría no llevaba seguimiento, no eran correcciones menores las que había que hacer. Ni que decir de los que ya llevaban prototipo y este no servía para nada, aunque era mejor que se dieran cuenta ahora. Sam auguraba que se tardaría al menos dos horas más en terminar todo.Natalia ya se había reunido fuera del salón con los compañeros con los que siempre salían los viernes a beber. Le gustaba ese grupito porque eran leales a ella y la complacían en todos sus caprichos. Incluso aunque ella no tenía necesidad, nunca gastaba nada cuando salían.Álvaro también había salido con Judy y se encontraba con ellos en la puerta. No se habían movido por que Natalia aún esperaba a David, pero parecía que no tenía intenciones de salir.—Si estás esperando a David, creo que pasaremos un largo rato aquí —dijo Álva
Mientras iban en el taxi, David envió un par de mensajes a sus compañeros para avisarles que no los podría acompañar y que ya había salido de la universidad, para que no lo molesten. Álvaro respondió con un sticker risueño y un: «Que descanses o que te diviertas». David prefirió pensar que era broma, luego recibió un mensaje de Natalia, completamente molesta exigiendo que le dijera el por qué se había ido y para donde iba. David, decidió no contestar y quitar las notificaciones por si a Natalia se le daba por volver a escribir. Lo que menos quería esa noche era interrupciones. Sam por su parte también revisó sus mensajes, tenía uno de su madre, que hacía varios días que no le escribía y uno de Norma, preguntándole si estaba en el apartamento o disfrutando de los beneficios del colágeno. Sam se rio y solo le escribió: «Estoy probando ese tratamiento de colágeno que tanto me recomiendas». Norma por toda respuesta le envió un sticker de un miquito con cara asombrada tapándose la boca.
Silencio, como si todo en el lugar hubiera dejado de sonar, de moverse, como si el tiempo se hubiera detenido en seco. David sintió que todo se detenía y se ralentizaba en el momento en el que Sam lo invitó a su apartamento.Eso era increíble, ella quería estar con él. Como habían sido las cosas al principio, con una Sam bastante esquiva y prevenida, no había esperado que ella fuera a hacerle una proposición de esa forma.No se dio cuenta de que en realidad el tiempo no se había detenido si no que su cabeza se había quedado congelada en el instante.Sam, vio que David no contestaba y que se había quedado pensando, tal vez estaría buscando una excusa para poder zafarse de ella.—Sabes que, no te preocupes, entiendo.Se soltó del abrazo de David lo que lo hizo reaccionar y antes de que se fuera la volvió a tomar de la mano, la atrajo hacia él y la volvió a besar. Sam aturdida volvió a verlo a los ojos y él sonreía, parecía feliz.—¿A dónde ibas sin mí? —dijo David risueño, Sam trató de
David recostó con suavidad a Sam sobre la cama mientras la besaba, sus labios recorrieron su cuello, sus senos que cabían perfectamente en sus manos y continuó su camino de besos hacia el sur, hacia su ombligo y luego abriendo sus piernas, beso sus muslos y su ingle y se detuvo en su sexo, deleitándose con su humedad.Sam estaba extasiada con los labios y las caricias de David, y cuando su boca se concentró en su clítoris, sus gemidos se elevaron y pasaron a ser casi gritos que ella trataba de ahogar con sus manos.David sonreía cada vez que la escuchaba, le encantaban esos sonidos agudos y jadeantes que emitía y aún más cuando logró que ella llegara al orgasmo, saboreando su dulzura. Luego volvió a escalar por su piel y al llegar a sus labios, Sam lo hizo recostarse para poderlo probar.Palpó sus músculos, beso su cuello y su pecho siguiendo la suave línea de vello que descendía hacia el ombligo, pasó su lengua por el hasta llegar a su miembro.Era impresionante, todo en David era as
Aquel sábado fue muy especial, Sam y David decidieron no ir a la biblioteca y quedarse en el apartamento disfrutando del descanso. Después de una noche tan movida y una mañana tan excitante, estaban muy cansados.Prepararon el desayuno y David lo llevó a la cama. Comieron y luego tomaron una ducha juntos, con su respectivo jugueteo bajo el agua, lleno de besos, caricias y orgasmos. La resistencia de David tenía a Sam sorprendida. Era increíble como no se cansaba y se recuperaba tan rápido.Después de vestirse, David llamó a su tío para preguntarle cómo iban las cosas en la oficina. Todo marchaba normal a excepción de unas órdenes de compra que David olvidó firmar, pero que podría hacerlo al regresar a casa para tenerlas listas el lunes. David aprovechó para avisar a su tío que regresaría tarde.Por su parte Sam llamó a su madre, hacía más de una semana que no hablaban y aunque ella no era una gran conversadora, si le había pedido que la llamara la noche anterior debía ser por algo i
David regresó a su casa el sábado en la noche, al poco tiempo Sam lo estaba extrañando. Eso le asustó un poco. Pero la verdad es que hacía muchísimo que no disfrutaba con un hombre como disfruto el viernes y el sábado con él. Ahora se sentía confusa y emocionada, triste y extrañándolo. Su cabeza era un caos.Tratando de pensar en otras cosas y alejar su mente de David, Sam llamó a su padre. El tono repiqueteaba en su oído, mientras esperaba ansiosa a que conteste. —Sam —dijo su padre del otro lado del teléfono, indicándole que algo lo tenía molesto.—Hola papá —contestó Sam, tratando de sonar normal. Su padre suspiró y se mantuvo en silencio unos segundos.—¿Por qué has tardado tanto en llamar? —dijo su padre, un poco resignado.—He estado ocupada con el trabajo. Hablé con mamá y me dijo que habías estado enfermo.—No fue nada, un resfriado y algo de fiebre, pero ya estoy bien —dijo un poco resentido, Sam empezaba a creer que estaba molesto por que ella no se había enterado de su est
La tarde del domingo fue para Sam muy agradable, el fin de semana había vivido cosas que nunca se imaginó que pasarían y ahora se sentía diferente, llena de alegría y optimismo a pesar de que sabía que lo que estaba viviendo con David debía permanecer oculto por el bien de los dos.Pero Norma le había hecho ver que eso podría darle incluso más sabor a la relación y que si lo sabían llevar bien, podrían salir adelante sin inconvenientes.Después de acompañar a Norma a comprar las cosas para Mateo, fueron a ver ropa y terminó comprando varios conjuntos de lencería nuevos. Para Sam hacía mucho que verse sexy no era una prioridad, pero quería intentar sentirse atractiva y quería ver que pensaba David al respecto. Norma le hizo comprar un conjunto de encaje y cintas y además de eso un par de ligueros para complementar y aunque Sam se mostró reacia de comprarlos al principio, al llegar a su apartamento se dio cuenta de que estaba ansiosa por estrenarlos.La semana siguiente inicio muy bie