James, llevó a Rocío a un pintoresco restaurante que quedaba cerca de la compañía, la asistente accedió por qué quería zafarse del insistente Jay, no le quedaban no pocas ganas de hablar con él, le molestaba que se quisiera acercar a ella como si lo de su traición jamás hubiese pasado

El Joven CEO y su hermosa asistente tomaron asiento, James no se podía contener más

— Dime, Rocío, ¿soy yo el hombre del que te has enamorado? se honesta y respóndeme desde el corazón — James, pedía una respuesta, pero para la joven no era tan sencillo responder a su pregunta, la bella asistente sabía que ese hombre que le había resultado irresistible, no se enseriaba nunca en alguna relación de noviazgo o de pareja con ninguna de las mujeres con las que se acostaba

— ¿Y si así fuera qué? ¿qué de relevante tiene eso para usted? vaya que le gusta jugar al gato y al ratón con sus presas, le vuelvo a repetir señor Hill, quiero que lo que pasó entre nosotros no lo volvamos a mencionar más

— ¿Pero por qué? f