Alessia
Cada conversación, cada encuentro, cada caricia hacen que caiga siempre por él, que mi mente se nuble y olvide todo lo demás.
Pero debo ser honesta y no me puedo engañar, lo amo pero en estos momento no podemos estar juntos, ya que, sería más que dañino para nosotros y no nos deseo eso.
Suelto un suspiro y dejo a Alexander solo en el coche para yo ingresar de manera discreta al centro de eventos e ir al baño.
Mi maquillaje el día de hoy a sufrido todas las consecuencias de las fuertes emociones que he sentido. Primero el sexo desenfrenado con Alexander y ahora el llanto incontrolable de nuestra conversación.
Si sigo así dudo que vaya a sobrevivir el día o terminarlo de manera intacta.
Me veo en el espejo y puedo ver como el maquillaje sufrió consecuencias pero mi rostro también, tengo los ojos rojos, algo hinchados y el
- Y acá esta tu familia, tus amigos – dice y asiento, pero eso no hará que cambie de opinión.- Lo se y prometo que vendré más seguido de ahora en adelante pero ya mi vida la tengo hecha en otro lado y me gusta. Amo vivir en Londres y no me veo en volviendo a vivir acá mamá, lamento si no logras entenderlo pero es lo que deseo y lo que me hace bien – suelto y ella asiente luego de unos segundos.- Esta bien pero prométeme que vendrás mas seguido. A nuestros cumpleaños, a los de tus hermanos, sobrinos, fechas especiales como navidad y año nuevo. Vacaciones de invierno y de verano ¿Promételo? – dice y todos comienzan a reír en la mesa.- Bueno, bueno, intentare venir para todas las fechas que puedan, no prometo todos los cumpleaños pero si en las fechas más importantes ¿Sí? – le digo sonriendo y ella asiente a rega&n
Tiempo después…Alexander Ingreso en mi oficina luego de una extenuante reunión con todos los encargados de las diferentes áreas. Odio este tipo de reuniones pero son necesarias para poder conocer todo en detalle y mantener el control de mi empresa.- Necesito me traigas los últimos contratos con los proveedores – le digo a mi secretaria y ella asiente tomando nota a mis palabras.- Por supuesto señor. El señor Rodrigo esta en su oficina esperando por usted – dice y yo asiento en respuesta.Ingreso a mi oficina y a la primera persona que veo es a mi mejor amigo sentado en mi lugar, lo que me hace sonreír divertido así que sigo su juego y me siento en los asientos frente a mi escritorio.- ¿Estas cómodo o necesitas algo? – suelto y el levantando el mentón para observarme me hace reír.- Me gustaría tu cuenta bancaria ¿Es eso posible? – suelta y yo lanzo una carcajada.- Lo siento amigo mío, cua
AlessiaPensé que mi regreso a Londres seria algo bueno, positivo, que volvería a mi rincón adorado, a mi paz y tranquilidad, pero fue todo lo contrario.Al llegar a la ciudad solo tuve tiempo un día para estar en calma, ya que luego regrese al trabajo y desde entonces no he parado de estar ocupada.Algo que me gusta bastante porque me mantiene ocupada la mente y evita que piense cosas o más bien, en personas que no debería.Y como no deseo caer en lo que estaba hace unos meses, es que decidí regresar con mi psicóloga para seguir tratando mis heridas y así de una vez por todas dejar de lado mi rencor, odio y las heridas del pasado.Y debo decir que me ha ido bastante bien, tengo sesiones semanales donde cada vez que salgo de alguna de las citas, me siento mejor, mas renovada, como si en cada sesión lograra dejar una carga pesada y salir mas liviana.- Has
AlexanderCamino descalzo por los pasillos de mi casa y admiro lo que esta en el camino. No puedo parar de sonreír al ver el caos que está por alrededor y que me fascina.A muchas personas les puede de disgustar, pero a mí me fascina porque me hace caer en cuenta de la vida que llevo en estos momentos y no puedo evitar agrandar todavía más mi sonrisa.Estoy un bastardo afortunado y lo sé, no merezco nada de eso pero lo agradezco, porque por fin después de muchos años tengo la vida con la que siempre soñé en tener y con la mujer que me roba el aliente, que es todavía mejor.- No se como puedes disfrutar todo este caos ¡es un completo desastre! – dice mi esposa ingresando en la casa esquivando unos cuantos obstáculos en el camino.- Son niños, pronto crecerán y ya no tendremos nada de esto con nosotros. Solo disfruto de sus e
Jamás pensé que tendría que estar en esta posición alguna vez en mi vida. Se que cuando nos casamos, éramos demasiado jóvenes, que dentro del tiempo que llevamos casados habíamos pasado por mucha situaciones pero donde el amor siempre nos ayudó a seguir adelante en nuestro compromiso, el amor era más fuerte que todo.¿Qué sucedió? ¿En qué momento nos alejamos tanto?¿Cuándo él amor se murió entre los dos? Pienso con dolor, trato de irme al pasado y encontrar el momento exacto en que todo comenzó a cambiar, en que nuestros caminos se comenzaron a separar para tenernos hoy en día, frente a nuestros abogados disolviendo nuestro matrimonio de cinco años.Nos casamos teniendo tan solo diecinueve años, luego de nuestro primer año de universidad y donde pensábamos que éramos todo poderosos e intocables por las vueltas que da la vida.Nuestros padres nos advirtieron, nos dijeron que no lo hiciéramos, no porque faltara amor entre los dos, más bien, por que faltaba experiencia de vida, tener
- Quedaras con una pensión mensual, además de la casa matrimonial y tu coche - me dice Rodrigo.- ¿Dónde dice eso? - pregunto a mi abogado con el ceño fruncido, ya que pedí expresamente no quedarme con nada en este divorcio y Tatiana tomando el documento con sus manos me indica donde se dice aquello. Tacho todo lo que mi pronto ex esposo me está dando por el divorcio ante tu atónita mirada, la de Rodrigo y por supuesto, la de derrota de mi amiga. - ¿¡Qué haces!? - pregunta y después de semanas, vuelvo a escuchar su voz. - No quiero nada de ti, no me case por tu dinero. Recuerda que cuando lo hicimos, no teníamos ni donde caer muerto - le digo sin verlo, no puedo hacerlo, me duele demasiado todavía la decisión que tomo para mirarlo a los ojos y hacer como esto no me duele.Puedo sentir su mirada sobre mí y puedo imaginar todo lo que por su mente debe de estar pasando, lo conozco demasiado o bueno, pensé que lo hacía. - Eso te corresponde, tu ayudaste a que hoy en día tenga lo que h
Llego por última vez a la casa familiar, el lugar que compramos hace un año cuando nos dimos cuenta de que nuestras finanzas eran mucho mejores que cuando comenzamos. Nuestro primer hogar fue la universidad, ya que ambos estudiamos en el mismo lugar pero en residencias diferentes. Cuando nos casamos, nos mudamos a un departamento que conseguimos cerca del campus, uno a muy buen precio, ya que ambos, éramos estudiantes de segundo año de universidad. Teníamos la misma edad, los mismos sueños, las mismas metas que en algún punto de nuestras vidas fueron cambiando y que nos llevaron al desenlace de hoy. Algunas amigas me dicen que fue porque no teníamos hijos, que preferí el trabajo antes que ponerme a procrear.Y no, ambos decidimos que esperaríamos, que queríamos crecer profesional y económicamente antes de traer pequeños a este mundo, además, dudo que un hijo lo hubiera retenido a mi lado cuando se mostró tan decidido en querer acabar con lo nuestro. Nos conocimos siendo unos niño
- Sigo considerando que todo esto es un error - dice Tatiana y yo solo me encojo de hombros, siguiendo con mi misión de guardar mis cosas para salir de aquí. Ya la mayoría las tenía en cajas y en maletas, pero había algunas que todavía me faltaban.El mismo día que Alexander me pidió el divorcio, fue el día que salió de esta casa para no volver más. No espere que lo hiciera, con todo el dolor que representaba en mi saberlo fuera de mi vida, prefería que se mantuviera lejos a tener que verlo una vez más.Sus cosas todavía permanecer en la casa, incluso su anillo de matrimonio sigue estando en su velador, el que no he querido ni tocar por miedo a derrumbarme de nuevo o de una manera irreversible.Dormir durante noches viendo como aquel anillo que en su momento significo tanto me destrozaba, me hacia llorar a mares por lo que tuvimos y que ahora ya no es más. El ver su anillo, fue prueba de que ya él no me amaba, de que deseaba una vida lejos de mí, que sus gustos, estándares y propósi