LOS RANGOS PRINCIPALES SON:
CAPO.
DON.
CONSIGLIERE.
SOTTOCAPO.
CASSETTO.
AVVOCATO.
CAPORÉGIME.
SOLDATO.
En el transcurso de la historia entenderán. Pondré una breve descripción abajo del capítulo cuando mencione los rangos para que sepan identificarlos.
Quiero decir que no escribo romance vainilla, aquí todos los personajes son tóxicos y ni hay malos ni buenos.
Esto es ficción, cualquier similitud a la realidad es pura coincidencia. Esto es un borrador, lo errores que aparecen en esta historia serán corregidos cuando termine.
ORDEN SAGA REYES DE LA MAFIA:
LIBRO 1. El don. (Terminado)
LIBRO 2. La reina (En proceso)
LIBRO 2.5 Los Reyes. Vuelta al Pasado. (En borrador)
LIBRO 3. Los Herederos (En borrador)
LIBRO 1.5 EL príncipe (En borrador)
Atte, Selena Bonnet.
BIANCA.Mi nana siempre me lo había advertido, aun así, cerré los ojos y me tiré al vacío.El cielo todavía estaba despejado cuando abrí el portón de mi hogar, observé el entorno varias veces verificando que no hubiera ningún hombre de seguridad custodiando el jardín. Al no haber nadie, salí sigilosa como un gato. No debía escaparme de nuevo, pero tampoco me importaba volver a hacerlo.Mi vida se había convertido en una jaula de diamantes y champán francés.Quería negarme a pensar en los problemas que me daría esa huida, no tenía opción estaba atrapada entre esas bestias. Yo tenía constancia de que la mafia, en verdad, el capo de la mafia siciliana acechaba a mi familia como un lobo a su presa, no sabía el motivo, pero debía huir.Yo sería su próximo juguete roto
BIANCA.La pareja recién casada salió de la catedral con las manos entrelazadas.Priscilla esbozó una sonrisa triunfal mirándome de reojo, pensaba que había ganado, maldita idiota, ella misma se metió en la boca del lobo. Llevaba puesto un vestido clásico con un escote en forma de barco, de color blanco y su larga cola se movía a medida que caminaba, saliendo del gran templo. Por otro lado, su esposo se mantenía neutral vestido de negro, no sonrió a las cámaras que lo grababan y fotografiaban, ni siquiera reparó en mí. Sólo tenía sus ojos al frente pareciendo un maldito egocéntrico.Era jodidamente sexy. ¡Maldita sea!Mi madre apretó sus dedos en mi muñeca para que no tuviera acceso a huir.—No hagas ninguna tontería —espetó furiosa en mi oído.Su contacto me hac&ia
Bianca.La semana se me hizo larguísima, las pertenecías de Priscilla llegaban a la mansión de Don cada día, sus hombres y empleadas se encargaban de transportar todo con sumo cuidado, porque en una de esas mi hermana les gritaba lo mal que estaban haciendo su trabajo.Solo llevaba días viviendo en esa mansión perdida en la periferia de Nueva York y era peor que quemarse en las llamas del infierno.Por suerte, la estúpida mudanza de mi hermana acabó. No podía comprender por qué quería traerse todo de nuestra casa, si aquí podía tener todo lo que deseaba y más. Solo bastaba con pedírselo a Giovanni Lobo, el don.
BIANCA.Don ignoró a su esposa y me jaló del brazo más fuerte, sin compasión porque eso era algo que no poseía. Sus empleados se habían quedado quietos observando cómo me dominaba a su antojo, su contacto quemaba mi piel. La abrasaba por completo. Me guiaba por los pasillos de su mansión, ingresamos en zonas oscuras llenos de polvo y bajamos varias escaleras espinadas para llegar a su sótano.—No pretendía hacerle daño a mi hermana —mentí con el pulso a mil.No obtuve respuesta.Su agarre fue más intenso y me detuvo en una sala absolutamente oscura. Me soltó gracias a Dios, me sobé la muñeca. E
BIANCALas sábanas sedosas acariciaron la piel desnuda de mi cuerpo mientras combatía contra el dolor incesante de mi pie derecho. No podía moverlo, era imposible, el dolor se hacía más intento y ya no sentía mis últimos dedos. Don me los había cortado cruelmente con su cuchillo de sierra.Con el suyo propio.Y maldita sea como dolió.Todavía en mi cama sentía como clavaba sus cuchillos en mis dedos y luego los tiraba al suelo. No pude hacer nada. Me sentó en su silla, amordazó y empezó a mutilar mis pequeñas extremidades.¡Pero eso no se quedarí
BIANCALlegué a mi habitación tras un par de minutos, me costó subir las grandes escaleras que llevaban a la tercera planta, donde estaba alojada mi habitación. La mansión de Giovanni Lobo era la más impresionante que había visto y eso que había visto muchísimas. Desde que era pequeña mis ojos divisaron los edificios más exclusivos y caros de Nueva York, también de Italia, solíamos ir de vacaciones y pasar por las islas para tomarnos semanas de descanso. En ese entonces Priscilla no era la de ahora, era una niña bonita y humilde, pero cuando creció, madre metió en su cabeza a la fuerza los planes que tenía para ella.Conmigo no lo consiguió.Supon
DONEra un paraíso para mis ojos y lo recorrí con gusto utilizando mis manos en el proceso. Su cuerpo reaccionó ante mis caricias, excitándome aún más de lo que estaba ya. Volví a deslizar mis dedos sobre sus pechos desnudos, no estaban nada mal. Posicioné las manos debajo de sus tetas y jadeó como respuesta. Me dieron unas ganas terribles de comerla ahí mismo.De arrancarle las bragas y follarla salvaje por el culo.Esa mujer era una tentación.—¿Qué mierdas haces? —preguntó con enfado.Me deleité un momento más antes de mirar a sus ojos
BIANCA.Horacio Lobo había muerto en esa noche que habían tratado de matar a Don y a todos sus seres queridos. Un día después su hijo lo estaba enterrando en el cementerio de Nueva York, con doble seguridad.Me vestí con un vestido negro para acompañarlo, ya que mi hermana no estaba y yo era la única "familiar" que estaba a su lado para acallar los cotilleos de la prensa. Las cámaras seguían a Don por todas partes, se rumoreó que un mafioso había matado a su padre, cosa que era verdad, pero que él lo desmintió diciendo que había fallecido debido al cáncer de pulmón que padecía.Melody y Priscilla ya estaban de camino a Italia. No sabía para que Do