Esta historia no tiene romance vainilla, no habrá un mafioso lindo que cuida a su esposa, no. El protagonista de esta historia es malo, cruel, despiadado y un imbecil. Giovanni poco a poco se convierte en el villano de su propia historia, al igual que Bianca. Ellos son sus propios villanos, los verdugos que van a destruir su vida poco a poco y tendrán que luchar por lo que a cada uno anhela y quiere.
Que tengan sexo no significan que ya se aman apasionadamente, la atracción sexual no significa que se hayan enamorado, solo es eso, que sienten ganas de follarse unos con otros.
No intento que esta historia sea una comedia romántica, aquí todo es cruel, malo, tóxico, mero entretenimiento. Se intentan matar entre ellos mismos, no están luchando por el amor, por lo menos en este libro.
Giovanni no será un caballero, quítenselo de la cabeza. Bianca deberá sufrir mucho más en la mafia para llegar al final que tengo destinada para ella. Si hay un romance, este será oscuro y tóxico. La crueldad no se detiene en este libro y cada vez se intensificará más. Habrá muertes, suicidios, violaciones, machismo, relaciones sexuales explícitas con distintos personajes... mucho más que irán viendo si deciden quedarse. (Eso no significa que esté de acuerdo)
Digo esto para que después no me vengan con reclamos, este es mi libro, yo decido lo que pasa. No suelo ir por el buen camino. Si no quieren leer, no lean. Si no les gustan los personajes, no los lean. Si no le gusta la narración, esta bien. Hay miles de historias que pueden ser de su gusto, incluso puede hacer la suya.
Solo les pido que no vengan a decirme después cosas porque no les gusta el libro o los giros que doy. Son libres de dejar de leer, no les estoy apuntando con una pistola para que lean.
Si van a comentar una crítica, que sea constructiva y que me ayude a progresar como escritora.
Quedan avisados, este libro no es un color de rosas donde los villanos se convierten en buenos, no mi amor, aquí progresan a peor, se vuelven destructivos y malvados, a excepción de unos cuantos.
Si deciden quedarse, adelante, tienen un mundo cruel por descubrir.
Fin del comunicado.
LOS RANGOS PRINCIPALES SON:CAPO.DON.CONSIGLIERE.SOTTOCAPO.CASSETTO.AVVOCATO.CAPORÉGIME.SOLDATO.En el transcurso de la historia entenderán. Pondré una breve descripción abajo del capítulo cuando mencione los rangos para que sepan identificarlos.Quiero decir que no escribo romance vainilla, aquí todos los personajes son tóxicos y ni hay malos ni buenos.Esto es ficción, cualquier similitud a la realidad es pura coincidencia. Esto es un borrador, lo errores que
BIANCA.Mi nana siempre me lo había advertido, aun así, cerré los ojos y me tiré al vacío.El cielo todavía estaba despejado cuando abrí el portón de mi hogar, observé el entorno varias veces verificando que no hubiera ningún hombre de seguridad custodiando el jardín. Al no haber nadie, salí sigilosa como un gato. No debía escaparme de nuevo, pero tampoco me importaba volver a hacerlo.Mi vida se había convertido en una jaula de diamantes y champán francés.Quería negarme a pensar en los problemas que me daría esa huida, no tenía opción estaba atrapada entre esas bestias. Yo tenía constancia de que la mafia, en verdad, el capo de la mafia siciliana acechaba a mi familia como un lobo a su presa, no sabía el motivo, pero debía huir.Yo sería su próximo juguete roto
BIANCA.La pareja recién casada salió de la catedral con las manos entrelazadas.Priscilla esbozó una sonrisa triunfal mirándome de reojo, pensaba que había ganado, maldita idiota, ella misma se metió en la boca del lobo. Llevaba puesto un vestido clásico con un escote en forma de barco, de color blanco y su larga cola se movía a medida que caminaba, saliendo del gran templo. Por otro lado, su esposo se mantenía neutral vestido de negro, no sonrió a las cámaras que lo grababan y fotografiaban, ni siquiera reparó en mí. Sólo tenía sus ojos al frente pareciendo un maldito egocéntrico.Era jodidamente sexy. ¡Maldita sea!Mi madre apretó sus dedos en mi muñeca para que no tuviera acceso a huir.—No hagas ninguna tontería —espetó furiosa en mi oído.Su contacto me hac&ia
Bianca.La semana se me hizo larguísima, las pertenecías de Priscilla llegaban a la mansión de Don cada día, sus hombres y empleadas se encargaban de transportar todo con sumo cuidado, porque en una de esas mi hermana les gritaba lo mal que estaban haciendo su trabajo.Solo llevaba días viviendo en esa mansión perdida en la periferia de Nueva York y era peor que quemarse en las llamas del infierno.Por suerte, la estúpida mudanza de mi hermana acabó. No podía comprender por qué quería traerse todo de nuestra casa, si aquí podía tener todo lo que deseaba y más. Solo bastaba con pedírselo a Giovanni Lobo, el don.
BIANCA.Don ignoró a su esposa y me jaló del brazo más fuerte, sin compasión porque eso era algo que no poseía. Sus empleados se habían quedado quietos observando cómo me dominaba a su antojo, su contacto quemaba mi piel. La abrasaba por completo. Me guiaba por los pasillos de su mansión, ingresamos en zonas oscuras llenos de polvo y bajamos varias escaleras espinadas para llegar a su sótano.—No pretendía hacerle daño a mi hermana —mentí con el pulso a mil.No obtuve respuesta.Su agarre fue más intenso y me detuvo en una sala absolutamente oscura. Me soltó gracias a Dios, me sobé la muñeca. E
BIANCALas sábanas sedosas acariciaron la piel desnuda de mi cuerpo mientras combatía contra el dolor incesante de mi pie derecho. No podía moverlo, era imposible, el dolor se hacía más intento y ya no sentía mis últimos dedos. Don me los había cortado cruelmente con su cuchillo de sierra.Con el suyo propio.Y maldita sea como dolió.Todavía en mi cama sentía como clavaba sus cuchillos en mis dedos y luego los tiraba al suelo. No pude hacer nada. Me sentó en su silla, amordazó y empezó a mutilar mis pequeñas extremidades.¡Pero eso no se quedarí
BIANCALlegué a mi habitación tras un par de minutos, me costó subir las grandes escaleras que llevaban a la tercera planta, donde estaba alojada mi habitación. La mansión de Giovanni Lobo era la más impresionante que había visto y eso que había visto muchísimas. Desde que era pequeña mis ojos divisaron los edificios más exclusivos y caros de Nueva York, también de Italia, solíamos ir de vacaciones y pasar por las islas para tomarnos semanas de descanso. En ese entonces Priscilla no era la de ahora, era una niña bonita y humilde, pero cuando creció, madre metió en su cabeza a la fuerza los planes que tenía para ella.Conmigo no lo consiguió.Supon
DONEra un paraíso para mis ojos y lo recorrí con gusto utilizando mis manos en el proceso. Su cuerpo reaccionó ante mis caricias, excitándome aún más de lo que estaba ya. Volví a deslizar mis dedos sobre sus pechos desnudos, no estaban nada mal. Posicioné las manos debajo de sus tetas y jadeó como respuesta. Me dieron unas ganas terribles de comerla ahí mismo.De arrancarle las bragas y follarla salvaje por el culo.Esa mujer era una tentación.—¿Qué mierdas haces? —preguntó con enfado.Me deleité un momento más antes de mirar a sus ojos