Jade apretó los labios y calló lo que tenía en su mente. La vergüenza cubrió su rostro. Estaba totalmente desnuda y antes no acostumbraba a enseñarse por lo que sus movimientos fueron rápidos y torpes cuando salió de la bañera y agarró una toalla cubriéndose. Pero estaba segura que el lobo había visto otra vez todo. Eso creo una extraña sensación en su estómago.
-La ropa está encima de la cama, es de tu talla- Vladek le señaló por encima del hombro y el chico pasó inclinándose levemente por su lado sin mirarlo y dejando un fino trillo de humedad por el suelo.Ya sin que le doliera su pie corrió hacia la cama y dejó caer la toalla al suelo poniéndose la túnica inferior. Sentía el peso de la mirada del lobo pero no se dignaba a girarse para comprobarlo. Estaba a medio vestir cuando la puerta se abrió de golpe con una bandeja de comida.-Yo soy su siervo señor Vladek, no el de ela- Izen pateó la puerta para que se cerrara en su espalda dejando después la bandeja sobre una mesaEl lobo apretaba sus dientes sobre la suave piel de la nuca. El instinto primario de reclamar algo por encima de los otros reinaba en su cabeza y no dejaba que su presa se liberara aun cuando esta se revolvía constantemente para ser liberada. Y mientras más esta luchaba más fuerte apretaba él, tanto su boca como los brazos alrededor del delgado y cálido cuerpo. Sus ojos tan dorados que estaban más allá de lo humano. Su bestia estaba tan al borde que sus brazos comenzaron a cubrirse de pelaje oscuro. Su transformación reclamando ser liberada.Sus sentidos salvajes solo dictaba que desnudara a s
Un gruñido salió de su garganta y Jade quiso separarse. Esta vez Vladek la dejó irse y esperó a que se acomodara la ropa, cosa que hizo rápido. Lo malo o bueno del vínculo, dependiendo el contexto y aún si no era completo, es que la tensión y el deseo entre las dos partes aumentaba siendo más conscientes de ellos mismos. Él no estaba mal con eso, sabría sobrellevarlo aunque no se confiaba mucho de su autocontrol. En cuanto a Jade estaba seguro que le resultaría extraño el nuevo mar de emociones que la asaltaría.Ahora tenía mucho en que pensar.
Vladek no dijo nada. Era una reacción natural con la que ella tendría que familiarizarse. Aún si la había mordido sin su consentimiento, su cuerpo ahora le pertenecía, al menos en su mayoría. Comenzaría anhelando su olor, después su toque y por último le rogaría que la hiciera suya y él no tendría el control para negárselo.Vladek y Izen corrieron rápidamente y con una agilidad propia de su especie. Lo que quedaba del camino lo cubrieron en la tercera parte de si lo hubieran hecho a pie. Jade ni siquiera se movía. Estaba demasiado tranquila en la espalda del lobo y este se detuvo por un momento.-Izen revísala- le ordenó al menor que se preguntaba el porqué de la pausa.El lobo se acercó a la humana y le levantó un poco el rostro enterr
Jade apretó las manos sobre sus muslos. Después de lo que le había dicho se sentía verdaderamente avergonzada. No había planeado que aquello se tornara de esa manera. Ahora tenía que atenerse a las consecuencias. Su mente empezó a procesar demasiadas cosas. Vinculados y solos en una misma habitación, ella con los impulsos de tocarlo, solo podía significar una cosa.-Es para que estés segura- escuchó decir a Vladek interrumpiendo así sus pensamientos.
Jadeaba. El dolor no era constante, solo venía en oleadas que desparecían. Aun así Izen la terminó de llevar hacia su habitación dejándola sentada en la cama.Se paseó por el cuarto de un lado a otro sin saber qué hacer. Podría ir a descansar pues estaba agotado pero no quería dejar a la humana sola ¿Y si se ponía peor? No es que él pudiera hacer mucho.Un fuerte estruendo iluminó la vieja ventana cubierta por una leve tela de gasa. Afuera se escuchaba las gotas romper contra las paredes y la madera. La lluvia había comenzado.-Lo que faltaba ahora- protestó Izen. Odiaba la lluvia. No estaba hecho para él, era fría, molesta y húmeda, si, húmeda, como lo decía vulgarmente cada vez que hacía acto de presencia.
Solo, vacío, no había absolutamente nadie en aquel cuarto. ¿Qué demonio?Los vellos de la nuca de Vladek se erizaron. Entró a la habitación, la cama algo desordenada no había sido usada pero no tenía su olor. Por el contrario, la silla a un lado estaba aún caliente. La vieja cortina se agitaba violentamente por la lluvia dejando ver la ventana sin persianas, simplemente un agujero sin nada de seguridad. Se gruñó así mismo, había sido muy descuidado.-Izen- solo murmuró con un tono grave, en menos de un minuto el lobo menor aparecía por la puerta con los ojos rojos pero agitando la cabeza para quitarse el sueño. No era normal que lo llamara de aquella forma.Pero cuando fue a hablar también notó la habitación vacía. Su rostro palideció.-Le juro que la dejé sentado allí mismo- señal&oa
Enterró su rostro en el cuello de Vladek. Al menos en ese momento el hombre era su única ancla. Y su olor fue un gran alivio para ella. El lobo avanzó cada vez con más dificultad. La lluvia solo amenazaba con ser aún más fuerte y sin evidencias de detenerse en algún momento. Ya había perdido hasta su propio rastro por lo que volver en esas condiciones y con la humana en sus brazos calándose hasta los huesos solo empeoraría la situación.Por lo que después de caminar al menos un kilómetro y medio más vio una cabaña con un establo. Parecía vieja y abandonada pero al menos era un techo en el que se podían refugiar. Por primera vez agradeció que algo así se cruzara en el camino. Si fuera él solo podría regresar sin problemas pero no sabía cuánto la chica podría aguantar.Acercándose se percató
Vladek notó el cambio en la reacción de su pareja hacia con él. La sentía ansiosa, nerviosa y confundida en partes iguales. Era natural. Estaba pasando por el proceso de adaptarse a su marca. Había hecho un esfuerzo llenado la habitación con su olor en busca de calmar un poco el austero ambiente y que la mente de la humana se desviara un poco de la reacción de su cuerpo así como del frío que estaba haciendo, aunque sabía que no era la acción más sana. Mientras más fuerte fuera la presencia de él, más los instintos primitivos de Jade se reforzaría.-Deberías descansar un poco, la lluvia no parará en buen rato y no dormiste en toda la noche- Vladek habló como algo normal que debía hacer. Él podía pasar días sin dormir si era necesario pero Jade no lo había hecho y además se había alejado bastante de